"El Arrepentimiento Del Último Uchiha" [Sasusaku]

XXXIV. Hagoromo Otsutsuki.

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Luego de la sorprendente revelación de que Karin, Suigetsu y Juugo habían sido los responsables de salvar a Sasuke, Naruto y Kakashi, y de ocultarlos, transcurrió un tedioso y largo mes en el mundo ninja.

Para sorpresa de los tres ex-miembros del equipo Hebi y del Hokage, ambos jóvenes del clan Uchiha y Uzumaki no habían dado indicios de querer despertar.
Sí, a esas alturas sus cuerpos se encontraban completamente recuperados de sus heridas y el total de sus charkras ya se había restablecido, pero aún así ninguno había si siquiera los ojos por un par de segundos.
Era cómo sí ambos jóvenes se encontrarán en algún estado de coma desconocido o a la espera de que algo sucediera.

Respecto a la aldea de la Hoja las cosas eran mucho peor y terribles de lo que Kakashi y los demás pensaban; los rumores que corrían no hacían justicia a lo que en verdad se vivía ahí.
Los alrededores de la aldea, los caminos hacia ella, cada una de las calles y la mayoría de edificios eran cuidadosa y furtivamente vigilados por patrulla de vigilancia conformadas exclusivamente por ninjas seguidores de Konoha.
Respecto a los habitantes, desde ninjas médicos, dueños de establecimientos y demás también eran vigilados con precaución; la extorsión a los dueños de locales y el uso de las personas como entretenimiento para los seguidores del sannin, eran actos totalmente normales.

En un principio, al recibir los primeros rumores de lo que sucedía muros hacia adentro, Kakashi había tratado de dejar la cueva e ir en dirección a la aldea y tratar de hacer lo mejor posible para ayudar; él era el Hokage y su deber era velar por la seguridad de las personas de Konoha, y él solo se estába ocultando. Evidentemente, Karin y los demás lo habían hecho entender que no tendría ni siquiera una mínima oportunidad de acercarse a Orochimaru o Kabuto antes de que los demás seguidores de Orochimaru acabarán con él, dejando así a la "resistencia" de la cueva con uno menos.
Los antiguos miembros de Hebi le habían hecho entender, dura pero verdaderamente, que sin su sharingan ya no tendría oportunidad de presentar una gran batalla, sin su sharingan había perdido muchas de sus habilidades.

La única manera posible de que tanto Orochimaru como sus seguidores fueran derrotados, cosa que evidentemente traería paz de nueva cuenta a Konoha, era aguardar hasta que Naruto y Sasuke despertarán.
Ellos dos eran los ninjas que más problemas y temor presentaban para Orochimaru, y ambos, a pesar de sus nuevas dificultades, podrían ser lo suficientemente fuertes como para vencerlo de una buena vez.

En ese momento el único inconveniente es que ninguno tenía idea alguna de cuando podrían despertar aquellos dos.

Podría ser pronto, la siguiente semana, en un par de meses o incluso en un año...

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Todo a su alrededor se encontraba sumido en una misteriosa y escalofriante oscuridad silenciosa, solo eso.
Ambos estaban prácticamente en el mismo lugar, aunque por separado, pero con lo mismo en mente; no tenía idea alguna de en donde y por qué se encontraban en ese lugar.

Lo único que sabían con exactitud, sin estar completamente seguros de por qué, es que ya no se encontraban en el mundo ninja que conocían.

Habían despertado ahí hacía unos cuantos minutos, ambos tirados sobre lo que parecía ser un suelo cubierto por una leve capa de agua incapaz de mojarlos a pesar de hacer contacto, uno con de esos con un ligero color amarillo, en el caso de Naruto, y otro de un tono morado que se asimilaba bastante al color negro, en el caso de Sasuke.

Ambos se levantarón en cuanto pudierón, todo eso con preocupación al no saber lo que les sucedería, y notarón de inmediato que aproximadamente a unos doscientos o trescientos metros se podía apreciar una pequeña y brillante luz, una luz que, pese a la lejanía a la que se encontraba, les resultaba incómodo verla.