"El Arrepentimiento Del Último Uchiha" [Sasusaku]

XXX. Konoha Contra Los Enemigos.

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Antes de que alguno de los ninjas de Konoha pudiese decir algo respecto a todo lo que habían escuchado, pudierón escuchar y sentir unas poderosas y fuertes explosiones a lo lejos.
Rápidamente todos fijarón sus miradas en la misma dirección de donde habían prevenido aquellas explosiones, notando sin problema alguno cómo algunos hilos de humo poco a poco iban apareciendo en el cielo.

—Todas esas explosiones y el humo vienen de...

—... la aldea— completó el Uzumaki las palabras del joven Nara.

—Yo se los dije, ¿No es así?— volvió a hacerse escuchar Kabuto. —Solo tenía que hacer tiempo...

—¿Tiempo para qué infeliz?— lo interrogó Ino.

—Tiempo para el inicio... de la destrucción de Konoha...

Ante las sorprendidas y preocupadas miradas de todos los jóvenes ninjas, Kabuto desapareció en una pequeña nube blanca; era un clon, dejando en su lugar a un grupo de entre quince o veinte ninjas renegados quienes obviamente solo tenían un pensamiento en mente: acabar con Konoha y sus ninjas.

—Tenemos que regresar a la aldea y ver cómo se encuentra la situación ahí— habló Hinata.

—No creo que eso sea algo sencillo...— añadió Shikamaru, dándoles a entender, con un movimiento de cabeza, a sus compañeros que mirarán a sus enemigos.

Luego de la acción del ninja del clan Nara, todos los demás mirarón a los ninjas que tenían frente a ellos.
Cada uno de sus enemigos parecían tener marcas de maldición que cubrían gran parte de sus cuerpos.
Pocos segundos después de que los ninjas de Konoha notarán aquellas marcas, estas mismas comenzarón a cubrir cada parte del cuerpo de los usuarios hasta tornar las pieles de estos en un negro total en las cuales solo resaltaban sus ojos completamente llenos de furia.

—Parece que tendremos que luchar hasta que lleguemos a la aldea— habló Lee.

—Es lo que haremos, aunque las explosiones y el humo me dicen que la situación en la aldea no debe ser muy diferente— añadió Naruto.

Dichas esas últimas palabras por parte del rubio, todos los ninjas sombra bajo las órdenes de Orochimaru se lanzarón en contra de Naruto y los demás.

—¡Kage Bunshin no jutsu!— gritó Naruto, y rápidamente cientos de clones se sombra aparecierón para detener y entretener a sus enemigos.

Notando que tenían un tiempo, una vía libre,  todos se observarón fugazmente antes de comenzar a dirigirse en dirección a la aldea, todos a excepción de dos personas.
El joven Uzumaki se quedó inmóvil al ver que Sakura no parecía tener intenciones de ir con ellos.

—Sakura, ¿Estás bien?

—No puedo hacerlo, Naruto, no puedo ir con ustedes...— confesó la pelirrosa; mientras, los clones de sombra de Naruto poco a poco iban cayendo ante sus enemigos. —Él está siendo cazado por Orochimaru y los Edo-tensei que viste. Él necesita mi ayuda.

—Créeme, lo entiendo, Sakura; se que temes por lo que pueda pasar con Sasuke, pero él también entiende algo...— la pelirrosa lo miró sin terminar de entender sus palabras. —Sasuke sabe perfectamente que está siendo cazado, sabe que probablemente es el  objetivo principal, Sakura, incluso sabe muy en su interior que necesita ayuda, pero también sabe que las personas de la aldea la necesitan, y por eso estas aquí. Él confío en ti para informar de la gran amenaza que se acerca a nosotros.

—¿A qué tratas de llegar esta vez, Naruto?

—Si él te envió hacia Konoha no sólo fue para que nos advirtieras de lo que probablemente sucedería, sino también para que tuviéramos con nosotros a una de las ninjas más fuertes. Sasuke sabe que contigo ayudándonos acabaremos más fácilmente con los hombres de Orochimaru, además de que tus habilidades médicas se encuentran muy por encima de la mayoría y la gente podría necesitarías.

—Él también podría necesitarlas.

—Él lo sabe, y es por eso que no dudo que será mucho más precavido que de costumbre. Nosotros debemos proteger a los niños, a los enfermos, a los hombres y mujeres que no son capaces de hacerlo por si mismos, nosotros debemos proteger la aldea. Cuando la aldea este segura, te prometo como lo hice hace años, que iremos a buscar a Sasuke.

Hubo algunos segundos de completo silencio hasta que Sakura miró a Naruto, asintió y comenzó a correr a su lado en dirección hacia la aldea para apoyar en lo que se estaba llevando a cabo allí...

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Horas atrás...

En las cercanías de la aldea de la Arena, con la calurosa luz del sol sobre sus cabezas y con lo que parecía ser una tormenta de arena acercándose, uno de los dos escuadrones de protección del Hokage, conformados por jounins y cazadores especiales AMBU, recorría los alrededores de aquella zona desértica en busca del objeto o actividad sospechosa, todo aquello debido a la incertidumbre que Naruto Uzumaki había metido en ellos ante su insistencia por querer ir, mientras el otro escuadrón de protección y el Hokage se encontraban en el interior de la aldea manteniendo una reunión con el Kazekage.

—La zona parece estar despejada...— habló uno de los AMBU, acercándose al líder de aquel escuadrón: Asuma Sarutobi.

—Enterado— respondió Asuma. —Revisaremos de nuevo en cuanto el Hokage este por salir, no podemos confiarnos.

—¿Por qué el exceso de preocupación en esta expedición, Asuma?— se interesó Shibi Aburame.

—Tengo un mal presentimiento de esto, y no ayudó mucho que Naruto tuviese el mismo mal presentimiento.

A lo lejos, escondidos entre la arena y observando a aquel escuadrón de la Hoja, se encontraban los mismos Edo-tensei que se habían encargado de Sasuke Uchiha hacía un par de horas.

Transcurrierón unos cuantos minutos en los que, aprovechando una buena oportunidad creada por los Edo-tensei, dos ninjas seguidores de Orochimaru suplantarón a dos cazadores especiales AMBU.
Si querían que su plan fuera exitoso tenían que estar bastante cerca del Hokage.

Momentos después, Kakashi Hatake y su guardia personal salierón a través de las puertas de la aldea de la Arena, encontrándose y reuniéndose con el segundo escuadrón.

—¿Todo está en orden?— preguntó la líder de AMBU al mando del escuadrón que se encontraba con el Hokage.

—Todo en orden— aseguró Asuma.

Dicho eso último, los dos escuadrones y el Hokage emprendierón su camino de regreso a la aldea de la Hoja.
En el transcurso de regreso a casa ninguno de los AMBU o el Hokage fuerón capaces de percatarse de que los dos cazadores especiales AMBU hacían algunas posiciones de manos.

Repentinamente, una lluvia de kunais cayó sobre los dos escuadrones de Konoha.

Al ver lo sucedido, los ninjas de Konoha comenzarón a bloquear los kunais para proteger el Hokage.

Ante la sorpresiva lluvia de kunais, el Hokage y algunos de los miembros de sus escuadrones se percatarón de cómo dos de sus aliados atacaban a cualquiera que se cruzará en su camino.
Sin darse cuenta, y por mantenerse centrados en lo sucedido, cada uno de los ninjas de ambos escuadrones y el Hokage fuerón atacados por más ninjas enemigos, mismos que salierón de entre la Arena.

Instantes después, una feroz batalla dió inicio en el interior del desierto...