Lo que ellos no saben © [COMPLETA]

Capítulo 5

—Claro— Sonríe y baja del auto.

Agarra mí mano y así entramos a mí casa.

Mí madre esta en el comedor y nos ve.

—Hija...¿Quién es este caballero?— Dice mí madre sonriendo y saludando a Samuel.

—Hola mamá...el es un...— Samuel me corta las palabras.

—Un amigo— Él la mira —Mucho gusto.

Mí madre abre los ojos y lo saluda más cordialmente.

—Estaremos arriba— Asiente y dice.

—No hagas cosas indebidas...

—Si mamá— Digo riendo.

Subimos las escaleras y entramos a mí cuarto, apenas entramos empiezo a buscar un pijama en mí clóset, Samuel se coloca detrás de mí agarrándome por la cintura, recargando su pera en mí hombro.

Sigo buscando un pijama y él detrás de mí, me separo y me voy a cambiar al baño.

Cuando algo del baño... él en boxer...mierda.

—Samuel...— Se acerca intimidante a mí.

—¿Si?— Pregunta un Samuel súper guapo.

—Emm que yo a...digo qué...— Se ríe y me roba un beso corto.

—Eres hermosa cuando te pones así— Me sonrojo.

—No digas eso— Me acerco a él y lo abrazo llenándome de paz.

Él me abraza...hasta que su mano baja y se posa en mí trasero.

—Saca tu mano de ahí— Pido riendo.

—Nunca— Me acerco y lo beso, él lo corresponde.

Mis manos se aferran a su cuello y una de las suyas permanece en mí trasero, el beso se hace mas fuerte, más único.

Cuando el beso ya es bastante fuerte él apreta mí nalga derecha suavemente, haciéndome reír y largar una carcajada al instante.

Se separa y une su frente con la mía.

Y así quedamos en total silencio hasta que se separa y se agacha.

Agarra mis piernas y me levanta de el suelo, quedo como un Koala montada en él con mis piernas envueltas.

Empiezo a besarle la cara,cada pequeña facción, sus mejillas, su nariz, soy pequeños besitos en sus labios.

Él se acerca a la cama y se tira, quedando yo arriba de él.

Sus manos bajan desde mí espalda y terminan en el borde de mi pijama.

Me tiro encima de él, quedando mis piernas arriba de las suyas.

Y eso sirvió para que saqué las manos de ese lugar...

Me coloco a un lado de él en la cama y me doy la vuelta, quedando de espaldas a él.

Enseguida siento sus manos abrazándome desde atrás, se coloca detrás de mí y yo agarro su mano.
Minutos después ambos caemos en profundo sueño...

–

Me despiertó por una luz que entra en la ventana.

Siento como Samuel aún esta detrás de mí, pero no esta solo...

¿¡Qué carajos hay en la parte baja de su boxer!?

Me empiezo a retirar de la cama, así me voy a duchar pero sin querer me posicionó más contra su amiguito, escucho como suelta un gruñido, así que me levanto rápido.

—No te asustes, aparece en la mañana— Dice riendo por mí impresión.

Esta tan guapo que no me resistió y le robo un beso, luego de eso me voy a duchar.

–

Luego de una larga y reconfortante ducha, me visto para ir a el colegio, una vez termino con mí apariencia ...

Salgo del baño para encontrarme con un Samuel ya listo para la escuela con misma ropa de ayer.

—¿No quieres ropa de mí papá?— Niega despreocupadamente.

Agarró mis cosas y salimos de mí casa sin antes saludar a mi madre.

La cuál se veía muy entusiasmada conociendo a "mí amigo"...lo que sí es qué no tengo ni idea que somos.

Me bajo del auto una vez llegamos a la escuela y él se baja conmigo, le doy un besito fugaz en los labios para seguir caminando a mi salón.

—Nos vemos mas tardé preciosa— Asiento y me voy caminando a mi salón.

Las clases pasan lentas.

Y aún más matemáticas...siempre me pone de mal humor.

Agarró mis cosas y salgo de el salón para retirarme y buscar a Samuel.

Busco por los pasillos...pero nada.
Por los salones...nada.
En el estacionamiento...su auto está pero El no.

Me voy a las gradas y...

Ahí esta Ámber agarrando de la remera a Samuel, besándolo como sí no hubiera un puto mañana.

Samuel se da la vuelta y cuando me ve empuja a Ámber, y se acerca a mí.

Yo me echo a correr, las lagrimas empiezan a bajar...como pude ser tan ingenua ¿Alguien me explica?

Siento como Samuel corre detrás de mí.

—¡No es lo que piensas!— Sigo corriendo sintiendo mí mochila rebotar contra mí espalda baja —¡Madison!

Corro hasta no sentir más sus pasos detrás mío.

Cuando llego a mí casa subo a mí cuarto sin prestarle atención a mis padres, que idiota soy, a quien se le ocurre enamorarse en tres días de esa manera.

Me siento en mí cama y dejo caer las lagrimas que tanto pesaban en el caminó a mi casa.

Me acuesto en mí cama aún llorando y me dejo caer en profundo sueño...