Capítulo 13

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Alguien que me explique porque la  vida es tan injusta...

Mí padre se va.
Ya ni siquiera sé dónde está Samuel.
Y para colmo tengo que estar casi todo el día hablando con su madre para decirle dos millones de veces que no lo vi.

Ya me olvide lo que es dormir en paz, ya que no tengo ni idea de donde encontrarlo, me estoy volviendo loca y ayer que no lo vi en la escuela supe que no va a ser tan...fácil

Ahora, estoy entrando a el aeropuerto, de la mano de mí padre, paro en seco y me doy la vuelta.

—No llores.

Mí padre me abraza, y yo le devuelvo el abrazo.

—Prométeme que después de esto no te iras a tu cuarto a vivir triste porque él se enojo —Sonrío— Y tambien prométeme que ayudarás a tu madre y que...no harás líos.

—Lo prometo— Digo y me separo de su abrazo secando mis lagrimas —Te amo papá.

—Yo más mí niña— Suspira y agarra su valija.

—Bueno...llego la hora— Dice —Saluda a tu madre de mí parte— Asiento.

—Perderás el vuelo.

—Adiós— Dice acariciando mí mejilla.

Se da media vuelta y comienza a subir unas escaleras mecánicas, no quiero que se vaya, una vez llega al final de las escaleras me saluda moviendo una mano, imitó su gesto y veo que se va.

A regañadientes me doy vuelta y comienzo a caminar sintiendo como las lagrimas nublan mí vista por completo, pensando en qué impotencia siento dentro, el no poder hacer nada y pensar que nada será igual me pone de los pelos, pensar que no tendré a mí papá de un día para otro me genera ira y tristeza.

Salgo de el aeropuerto y me subo a el auto de Rafa.

—¿Estás bien?— Dice.

—Si— Respondo secando mis lagrimas —Me llevas al bar de la vuelta— Me mira como horrorizado y suelto una risita —Tonto, es que me juntaré con un amigo— Me mira fijo y dudoso.

—No te vayas a emborrachar— Dice y llevo mis ojos al cielo.

—No me mandas, ya soy mayor de edad— Le saco la lengua como una niña pequeña.

Arranca el coche y dobla la calle, minutos después para el auto y me bajo.

—Gracias.

—Nos vemos mas tarde— Veo que arranca y yo me doy la vuelta para entrar.

Veo a lo lejos a Austin sentado en una mesa y me acercó.

—Hola— Digo sentandome.

—¿Como estás?— Pregunta.

—Pongamosle que bien...

—¿Qué paso?— Dice y lo miro dudosa de contarle.

Osea a ver...no lo conozco así que mejor prevenir que lamentar.

—Problemas familiares— Asiente.

Empiezo a repasar el lugar con la vista, lindas mesas de color negro, casi todo madera oscura y... mierda.

¡Mierda!

Me paro y salgo corriendo de ese lugar.

—¡Madison!— No me doy vuelta, solo sigo caminando.

—Alejate Samuel.

—Dejame hablarte— Pero es interrumpido por Austin.

—¡Madison, vuelve!— Dice gritando el chico de ojos azules —¿Tú quien eres?— Paro en seco y me doy la vuelta.

Lo que ellos no saben © [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora