¿Nunca les paso sentir que el mundo se les venía abajo de un segundo para otro?
Porque eso me estaba pasando...
El timbre sono y yo ni siquiera estaba nerviosa, bueno un poco, pero por decirle que ya está, que mí madre me obligo a casarme con un tipo el cual no amo.
Y lo peor es no poder hacer nada, no poder hablar con tu madre y decirle que ya amas a alguien, pero no...ella no entiende y firmo un contrato con los padres de unos tal Gómez por plata.
A ver pongamos esto así...aunque sea mayor de edad es mí mamá, y será mí madre por siempre, no quiero...vivir odiando a la persona que me trajo a la vida.
Otro tema de el porque de esto que según ella la plata que heredo de mis abuelos se acabó, y me dijo q su trabajo se había venido abajo, no la entiendo.
Con la mirada perdida me pare al lado de mí madre.
—Estas hermosa— Dijo acomodando mí vestido —Todos debemos hacer sacrificios por la familia, y este es el tuyo.
—Si me vas a hacer casarme con alguien que no amo, por lo menos ten la dignidad de callarte la boca mamá— Digo apartando su mano ya harta, la verdad es que aunque no quiera vivir odiandola esto me duele.
Es mí madre y todo lo que quieran, pero asi no se trata a una hija.—En cuanto me vuelvas a contestar así...
—¿Qué vas a hacerme?— En cuanto menos lo espere su mano se había estampado contra mí mejilla, la ira subió por mí cuerpo transmitiendo una ola de calor, de querer agarrarla y de volver a hacerle lo que me hizo.
Mí parte razonable contó hasta diez, por una milésima de segundo cerré los ojos y pensé en él, calmandome.
Aún estaba con mí mano en mi mejilla mirando hacia abajo.
—Ahora ve a arreglarte el maquillaje, apúrate— Dijo dándose la vuelta y abriendo la puerta para dejar pasar a las demás personas.
Tome valentía, toda la que me cabía en el cuerpo para pasar por al lado de mi madre y por esa gente para salir de la casa y quitarme los zapatos rápido.
No me había dado cuenta de que llovía a cantaros, comienzo a correr con cuidado de no caerme ni de pisar nada.
—¡Madison, vuelve aqui!— No le hice caso y seguí corriendo, la lluvia camuflaban mis lagrimas que caían por mis mejillas, la que recibió el golpe me dolía, me ardía cada vez que una lágrima resbalaba por ahí.
Una vez estando lo suficientemente lejos me volví a colocar los tacones, cada tanto apretaba mí pelo que ya estaba empapado al igual que mi vestido.
Vi una plaza en frente, si, cualquiera pensaría que estaba loca por sentarme en una hamaca cuando ésta estaba mojada por el agua.
Pero me dio igual.
Camine hasta la hamaca y me senté.
Estoy tan harta, ojalá mi madre se vaya enterando que ya tomo mis decisiones sola, no se si sola, pero me enoja que mi padre no haga nada por ésto, él se pasa todo el día enceñandole la ciudad a su noviesita y a su hija.
Siento que una mano se apoya en mí hombro y al instante me doy la vuelta.
—¿Tú?— Digo mirándolo raro.
—Mi madre me obligo a seguirte— Dice sentándose en la hamaca de al lado, él también esta mojado, pero lo raro es que tiene un paraguas en la mano.
—¿No te importa mojarte?—Niega.
—Es lo que menos me importa ahora— Aclara y nos sumimos en un profundo silencio por un momento, lo escucho suspirar y cortar el silencio.
—No quiero casarme, solo tengo 20 años— Dice.
—Yo tampoco— Digo —¿Tú...tienes novia?— Me mira, es rubio tirando a castaño y sus ojos son marrones oscuros aunque no se ven muy bien en la oscuridad.
—Algo parecido...— Dice.
—¿Es lo que estoy pensando?— Digo mirando al suelo.
—Si estas pensando que soy gay, estas en lo correcto— Asiento.
—Tus padres no lo saben ¿No?
—¿Crees que si lo supieran me dejarían vivir feliz?
—Si...tienes razón
—¿Tu tienes a alguien?— Asiento con la cabeza.
—Se llama Samuel.
—Bonito nombre— Dice —¿Y cuál es el problema?
—Basicamente todo— Digo mientras lo miro —No quiere que me junte con él y menos que seamos novios.
—Quiero escapar de toda ésta mierda— Dice tirando su peso para atrás, agarrándose de las cadenas de la hamaca.
—No eres el único— Digo agarrando mi cara entre ambas manos.
—¿Por qué no te llevo?
—¿A mi casa? Estás demente si crees que pisare ese lugar otra vez...
—¿Te llevo a la casa de tu novio?— Pienso que quizás estará su madre, o quizas estara ocupado pero quiero verlo.
—Porfavor— Digo mientras me paro y él me imita.
—Vamos.
–
—Gracias por traerme— Digo enfrente de la puerta de la casa de Samuel.
—No es nada...
—¿Te puedo pedir un favor?— Asiente —No le digas nada a mi madre, ni a nadie— Sonríe sin mostrar los dientes.
—Prometo cerrar la boca— Dice —Adios— Dice y desaparece por la calle.
Yo tiemblo de frío.
Toco el timbre pero nadie contesta, lo vuelvo a tocar luego de unos cuatro minutos hay señales de vida.
—¡Mamá tu duermete!— Escucho la voz de mi novio acercarse a la puerta.
—Hola— Digo cuando abre.
—¿Qué haces así?— Dice mirandome.
—Me moje un poco y...larga historia— Asiente.
Se queda en silencio.
—Samuel o me dejas pasar o tiro la puerta abajo— Digo abrazandome.
—Oh si— Se hace a un lado, yo paso y me quedo parada.
—Sube, te prestaste una remera— Asiento, subiendo las escaleras.
—¡¿Samuel, quien era!?
—¡Nadie ma!— Sigo subiendo hasta entrar en su cuarto, tiene un televisor en el mismo, se ve su cama y arriba de esa un cuadro de él con su mamá —Toma preciosa— Me lanza una remera veo que se sienta en su cama —¿Qué paso?— Observo la remera que parece un camison gigante.
Me quito el vestido sin pena.
—Mi madre— Digo sintiendo como su mirada quema mi cuerpo.
Me coloco la remera y me coloco junto a él, sentándome.
—¿Tú estás bien?— Asiento acostando mi cabeza en su hombro y respirando su aroma.
—Solo me duele un poco la mejilla.
—¿Te pego?— Dice safandose de mí y mirandome a los ojos.
—Solo fue una cachetada— Veo como se tensa y su mandíbula se aprieta —Tranquilo— Digo acariciando su mejilla, veo como cierra los ojos y respira ondo calmandose, aunque aún tiene su seño fruncido.
Se acuesta en la cama y tiende un brazo.
—Ven— Dice, así que yo me acuesto abrazada por él, cerrando mis ojos —Mañana me cuentas todo, ahora descansa— Dice besando mí frente.
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Lo que ellos no saben © [COMPLETA]
Novela JuvenilMadison Smith. La típica chica que lo tiene todo, padres ricos, estudia derecho, las mejores calificaciones, todo una nerd; no tiene novio y una gran vida por delante. Samuel Oliver Patterson. El chico más popular de el colegio, también estudia dere...