Capítulo 19

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Salgo de la escuela y cierro los ojos por un momento, veo al hermoso chico de ojos verdes parado en el auto comiéndome con la mirada sin discreción alguna, me acerco.

—¿Estas seguro?.

Asiente —Que mejor que irme contigo— Dice y yo me encamino al auto, El niega —Primero tu celular.

—¿Para qué mí celular?— Pregunto mientras las personas pasan a nuestro lado.

—Solo dame tu celular preciosa— Saco mí teléfono de mí mochila y se lo entrego.

—Pero no entiendo para que lo quier...— Agarra su teléfono y tira ambos al piso, rompiendo los dos contra el cemento.

—Ya está— Dice frotando sus manos.

—¡¿Ya está?!¿¿Sabes cuanto sale eso!?— Grito viendo ambos celulares totalmente destruidos en el suelo.

—Si vamos a escaparnos, vamos a hacerlo bien, ahora sí, sube— Dice abriendo el coche, me subo.

Coloco mí cinturón y él hace lo mismo, veo como suelta un suspiró y prende el coche.

Avanza hasta salir de la escuela.

—¿Qué va a pasar con tus padres?— Digo.

—No me importa— Dice él —Solo me importa mí madre, pero aún así ella sigue insistiendo a mí padre intentando hablar con él, cosa que no comprendo, resumido ya no aguanto mí vida— Aclara.

—Yo tampoco la mia— Me mira —Es que todo es tan jodido— Digo mirando por la ventanilla.

—No sabes cuanto te entiendo...— Dice manejando.

—¿Alguien sabe de esta locura?— Pregunto volteando para verlo.

—Gabriela.

—¿Ella sabe?— Digo abriendo mis ojos ¿Cuando se lo dijo?.

—Y esta de acuerdo con todo esto— Asiente —Dijo que no dirá nada— Dice levantando sus hombros.

Colóco música en la radio.

—Amo esta canción— Digo tarareando la letra.

—No es mí banda preferida pero me gusta— Levanta la mirada —¿Te gusta el rock?— Sonrío.

—Si.

Noto que sonríe —¿Por qué siento que cada vez estar contigo me gusta más?— Dice y hace que me sonroje.

Empiezo a golpear mi pie contra el tapizado del piso con el ritmo de la música.
Suelto una carcajada al ver cómo con las manos imita el sonido de la batería de fondo.

El maneja y yo muevo mí cuerpo con la música.

—No puedo creer que te guste el rock— Dice.

—¿Nunca viste una chica a la que le guste?— Digo.

—Nunca— Aclara —Aparte se mí madre, no.

Sonrío.

—¿A dónde quieres ir?— Pregunta.

—A donde el mundo no esté lleno de mierda ¿Se te ocurre algún lugar?— Sonríe y noto que me intenta mirar mientras maneja, yo lo observo, su pelo negro se revuelve en la parte de arriba y sus ojos verdes están concentrados delante de nosotros, sus dientes muestran una sonrisa que me deja helada.

—Tengo el lugar perfecto, aunque está lejos— Aclara —Preciosa ¿No me alcanzas la mochila de atrás?— Asiento.

Me desabrocho el cinturón con cuidado ya que estamos por entrar a una ruta, agarro la mochila de atrás y la paso para delante, vuelvo a abrochar mi cinturón y se la paso.

Con cuidado saca un cigarrillo y un encendedor de la mochila volviendo a pasármela.

Veo como lo coloca en su boca y lo prende.

Cierra los ojos un segundo soltando el humo de su boca, y agarra el cigarrillo con su mano.

—Deja de babear— Dice él mirándome.

—No babeo— Digo intentando sonar convincente.

—Y también deja de mentir— sonrío negando.

—Eres terco— Él sonríe.

—Lo sé— Dice.

Sigue manejando con la música a todo volumen y su cigarrillo en la mano.

—Duerme un rato— Asiento y me doy la vuelta para dormir, en unos minutos caigo en profundo sueño.

—Preciosa— Sacudo mis ojos y despierto estirandome —¿Quieres manejar? —Me levanto súper rápido.

—Claro— Aunque parezca que se manejar bien, nunca maneje en la ruta.

Él se baja de el auto y yo lo imito veo como cierra el coche y se aproxima a la estación de servicio que hay en frente.

Me encamino detrás de él y lo veo por entrar a los baños, entro al mismo que él y veo como gira, y ahí es cuando me doy cuenta de mi error, que idiota.

—¿Baño de hombres?, amor sé que eres que ruda pero no para tanto— Me río y salgo de ese baño entrando al de mujeres.

Me miro en el espejo por un largo rato hasta que decido entrar a uno de los baños, una vez salgo de el cubículo escucho...

—¿Estas?— Lavo mis manos y salgo del baño viéndolo parado, con sus brazos cruzados y su mirada concentrada en los autos que pasan por la ruta.

Salimos de la estación y nos volvemos a subir al coche, solo que él de la parte del copiloto.

Enciendo el auto y comienzo a manejar utilizando los cambios que una vez me mencionó mí padre.

Esta anocheciendo y el sol se está escondiendo dejando a su vista un atardecer hermoso.

Manejo y manejo por unas horas mientras que Samuel duerme un rato.

Cuando digo rato son unas 4 horas.

Veo que se despierta.

—Buenos días dormilona— Sonrío.

—¿Qué hora es?— Pregunta.

Miro la radio la cuál marca las 1:37am.

—1:37— Digo.

—Me hubieras despertado.

—No quería— Digo —Estabas tan tranquilo que me dio culpa, aparte no podía perderme con el GPS— Sonrío.

Manejo unos 15 minutos más cuando empezamos a ver una cuidad a lo lejos.

—Preciosa, dos opciones, manejamos toda la noche o...buscamos un hotel o algo asi— Comenta frotándose la cara con ambas manos.

—Yo voto la segunda— Veo que ladea una sonrisa.

—Tambien— Dice —Maneja y yo miro si hay algún hotel— Asiento.

Entramos a la ciudad y después de media hora ¡Ni un puto hotel!

—Pues, dormiremos aquí— Veo como quita su cinturón y se va para atrás.

Estaciono en una estación de servicio.

Hago lo mismo que él.

Veo como quita su remera y se quita el cinturón en cuestión de segundos.
Quito mi corpiño y lo tiro por atrás, ni siquiera sé dónde cayó, sintiendo libertad después de todo el día.

Me quito las zapatillas moviendo mis deditos y veo como él se recuesta a lo largo de los asientos traseros.

Hago lo mismo, me pasó para atrás con cuidado de no hacerle daño, de afuera y por las luces entra la suficiente luz para ver dónde me pongo, me acomodo haciendo que yo quedé siendo abrazada por sus brazos desde atrás, ni siquiera sé cómo entramos ambos aquí, siento como hunde su cara en mi cuello y respira ondo.

—Te amo— Suspiro oyendo esas palabras salir de su boca.

Lo que ellos no saben © [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora