Cuatro

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Ariana's POV

Mi sueño se cumplió. Conocí a un británico. Harry era la especie de hombre que miras y dices: ‘Si la perfección existiera, él lo sería’.

Él es totalmente acorde con su nombre.  No sé ustedes, pero cuando a mi mente viene el nombre ‘Harry’, no puedo evitar pensar en un chico de piel blanca, y lindos hoyuelos. Conocer a alguien con ese nombre me afirmó el concepto, éste Harry es como yo lo pienso.

— ¡Oigan, estoy aquí! –Cassie nos miró a ambos.

Salí de mi trance y recordé que estoy en el muelle con Harry y Cassie.

— Lo sé nena. ¿Donde iremos ahora? –Harry sonrió hacia ella y no pude evitar derretirme cuando su hoyuelo apareció.

— Quiero helado –Cassie señaló el carrito andante del heladero.

Harry me miró y no pude evitar sonrojarme. De nuevo.

— ¿Quieres ir con.. nosotros? –preguntó medio incómodo.

Supuse que le daba pena, y eso me pareció tierno.

— Claro –sonreí.

Cassie tomó la mano de Harry y ellos empezaron a caminar en dirección de la carretera. Caminé detrás de ellos mirando la gracia con la que él camina.

Por todos lados irradia su belleza y masculinidad.

Harry's POV:

El camino hacia el carrito de los helados fue un poco largo. Cassie no dejó de hablarme sobre su escuela, mientras que Ariana nos seguía.

Cuando llegamos, era una señora la que atendía, y los helados tenían un costo muy alto. Por dicha traje dinero suficiente.

— Buenas tardes, ¿qué se les ofrece? –ella sonrió dulcemente.

— Quiero uno de chocolate –dijo Cassie.

La señora asintió y comenzó a prepararlo.

— Yo quiero uno de vainilla –pedí–. ¿Y tú Arianq?

— Fresa –ella sonrió con las mejillas sonrojadas.

La señora unos minutos después nos entregó nuestros helados.

— Son $15.

Saqué dinero y le pagué.

Los tres nos alejamos de ahí y caminamos por la orilla de la playa. Cassie iba adelante recogiendo algunas conchas.

— ¿Qué hacías en el muelle? –no pude evitar preguntarle.

— Por las tardes me gusta ver el atardecer ahí –ella miró a la arena, otra vez con las mejillas rojas.

— ¿Por qué tus mejillas siempre están rojas? –pregunté deteniéndome. Ella abrió los ojos un poco y sus mejillas se enrojecieron aún más.

— No-no lo había notado –dijo tartamudeando.

Yo reí internamente. Ella era de lo más adorable que hay.

— ¿Segura? –me acerqué a ella y la ví parpadear más rápido.

— S-si –dijo abriendo un poco la boca, mientas miraba mis labios.

Tenía ganas de besarme. Lo sabía.

— No lo creo –susurré más cerca de ella. Sujeté su cintura y la acerqué más a mi. Ella deslizó sus manos por mis hombros.

—  Deberías –dijo en un jadeo.

Así, en esta posición, podía sentir su pecho subir y bajar.

Yo sonreí y rocé mi nariz con la de ella.

— Eres tan bella, y te gusto –y cerré el espacio entre nosotros.

La besé, lento y disfrutando cada vez más de ella.

Y lo mejor de todo, fue que ella no se negó, me siguió el beso, lento y suave.

Summer [Hariana] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora