Capítulo uno.

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Hola, mi nombre es Alicia, pero no la de el país de las maravillas. Si pensaba que mi vida era un desastre, ahora es más que eso.

Mi vida era como la de cualquier otra chica, no hacia muchas cosas la verdad, vivía solo con mi madre, mi padre murió cuando yo tenía tan solo 5 años y recordar su muerte es doloroso para mi. No se imaginan cuanto lo extraño.

—¡Ali, despierta! — grita Lilly, mi madre.

Desperté de un golpe, tenía que ir al instituto y ya era muy tarde. Me metí en la ducha rápidamente, busque algo que ponerme y baje a desayunar.

Iba bajando las escaleras y salia un aroma muy delicioso desde la cocina.

—Buenos días cariño.—dijo mi madre con una gran sonrisa.

—Buenos días. —le respondí.

Me sirvió un plato de huevos fritos con tocino.

Trate de comer lo más rápido posible para llegar a tiempo al instituto, me despedí de mi madre y salí casi corriendo de la casa. El instituto no quedaba tan lejos así que tranquilamente me podía ir caminando.

Llegue justo a tiempo y fui a mi taquilla a sacar algunos libros, y una voz conocida me saludo.

—Buenos días señora tardanza.—dijo entre risas mi mejor amiga, Sara.

Ella era realmente hermosa, todos los chicos del instituto morían por ella.

—Muy graciosa. —le respondí.

Entre a mi primera clase, Arte, realmente no me gustaba mucho el arte pero aun así tenía que asistir a todas las clases.
Salí de el salón, dirigiéndome a la segunda clase.

—Hoy será un día muy aburrido. —me dije en voz baja.

La mañana transcurrió y llego la hora de ir a casa, mamá estaba en el estacionamiento esperándome como siempre, me monté al Nissan y fuimos a casa.
Subí a mi habitación como de costumbre y me recosté en la cama y mi teléfono sonó:

Mensaje de Sara💟

«— Ali adivina!!!! Hoy en la noche Santiago va a hacer una fiesta y me pidió que te invitara.»

No pude contener la emoción y me puse a saltar encima de la cama y a gritar. Santiago me gusta desde la primaria y esto para mi era un gran avance.

Pero el problema ahora era pedirle permiso a mi madre, tenía que prepararme para rogarle mil veces para que me dejara ir.

Baje las escaleras lentamente y la vi sentada en el sofá viendo televisión.

—Oye mami. —suspiré. —Hoy en la noche hay una fiesta de un amigo ¿me dejarías ir?.

Me miro fijamente y respondió:

—Ali ya sabes que no me gusta que vayas a fiestas cariño. —devolvió la vista a el televisor.

—Por favor mamá, solo es una fiesta, sus padres estarán y además iré con Sara. —me quedé mirando fijamente al suelo.

—Está bien, solo no llegues tarde. —me guiñó el ojo.

Subí a mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
Le escribí a Sara que pasara por mi para irnos juntas, ya que no tengo ni idea de donde vive Santiago.

Empecé a buscar lo que me iba a poner para la fiesta, busque en todo el clóset y no encontraba nada, me estaba desesperando hasta que lo conseguí. Una hermosa falda roja y un crop top negro, no sabia muy bien si ponerme tacones así que opté por unas sandalias.

Me di una ducha muy relajante y salí de el baño.

Me maquille ligeramente y me hice rizos en el cabello. Ya eran las nueve en punto y escuche a Sara en la sala hablando con mamá.

Nós despedimos de mi madre y entramos al auto de Sara rumbo a la fiesta. Llegamos y casi media escuela estaba aquí, entre junto con Sara y fuimos a la barra pedimos dos sodas.

Sara de un momento desapareció de la fiesta y me quede sola en la barra, solo revisaba mi celular. Hasta que escuche una voz muy varonil y me estremecí.

—Buenas noches. —dijo Santiago.

Casi me desmayo al escuchar su voz, Santiago Waller, el chico más popular de el instituto estaba saludándome.

—Buenas noches. —le dije con una sonrisa un poco nerviosa.

—¿Esta ocupado? —dijo señalando el asiento que estaba frente a mi.

—No. —le respondí mirándolo fijamente.

Se sentó y hablamos por mucho tiempo, sobre nosotros, que nós gustaba, que habíamos en nuestro tiempo libre y demás.

—¿Quieres bailar?

Esta noche no podría ser mejor, pensé.

Me levante de el asiento y tome su mano, sonaba una canción lenta, me recosté suavemente en su pecho oliendo su delicioso aroma.

Era ya casi la una de la mañana y Sara regreso.

—¿Donde estabas? —la reprendi.

—Cálmate Ali, solo que quede con un chico y me quede hablando con el .—me dijo entrando al auto.

Le conté a Sara lo que me había pasado con Santiago, ella estaba tan emocionada como yo.
Me dejo en la entrada de la casa y me despedí de ella.

Entre lentamente a la casa y subí las escaleras, me puse algo más cómodo y ahora solo quería dormir pero mi celular sonó...

Mensaje de Santiago.

«—Que descanses hermosa♥. »

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