Capitulo cinco.

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Fuimos entrando en una calle con casas muy hermosas, muy lujosas, y vi que el auto de Benjamín se detuvo al frente de una, era una casa hermosa, muy grande por fuera, siempre había querido vivir en una casa así, esto no era tan mal después de todo.

Sacamos las maletas de el maletero y Benjamín abrió la puerta.

—Bienvenidas a su nueva casa. — dijo sonriente.

Yo me adentré en esta, estaba con la boca abierta, no dejaba de decir "esta casa es tan hermosa".

Entre en el salón, los muebles hermosos, una televisión enorme, todo era perfecto, entre en la cocina, muy amplia y hermosa también.
Escuche que Lilly me llamaba y salí de la cocina.
Ella estaba junto a Benjamín al frente de las escaleras.

Fui hasta ellos y lo vi bajar, no podía quitarle la mirada de encima.

—Ali, te presento a Mateo, mi hijo. — dijo mirándolo.

¡OH POR DIOS! No sabia que Benjamín tenía un hijo, por alguna razón no podía quitarle la mirada de encima, tiene una rostro muy hermoso, los labios perfectos, y el cuerpo ¡Dios Mio! Perfectamente marcado.

Desperté de mi trance cuando mamá me golpeo el hombro.

—Mucho gusto Alicia, me llamo Mateo. —pude notar su sonrisa falsa, como si yo le incomodara.

—Igualmete. —respondí mirandolo. Subió rápidamente las escaleras y no supe más de el.

Dimos un recorrido por la casa, teniamos una enorme piscina, estaba muy feliz aquí.

Le pedí a Benjamín que me guiara hasta mi habitación y quedaba justo al frente que la de Mateo.

Para mi gran suerte toda las cosas de mi casa enterior estaban aquí, así que no me preocupe por desempacar, mi cuarto era enorme, mucho más que el anterior, en el baño tenía mi propio jacuzzi, esto es un sueño de verdad.

Saque algo cómodo de mi maleta, una camisa muy larga que me llegaba hasta los muslos y me tumbe en la cama.

Mi teléfono sonó.

Llamada entrante de Santiago

Hablamos toda la noche, me sentí muy mal ya que no me había despedido de el, solo me despedí de Sara, no quería llorar al ver que lo iba a dejar, que no volvería a verlo después de lo que pasó.

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Una luz cegadora que entraba por la ventana me despertó, eran las 10:30 AM, me sentía extraña en esta casa, es nuevo para mi esto de mudarme.

Me mire al espejo que había en el clóset y lo primero que dije fue "estoy echa un desastre" No me habla quitado el rímel ni el labial y todo estaba regado en mi cara.

Me metí a la ducha, fue un baño muy largo... Cuando salí busque algo que ponerme, opté por un short de mezclilla y una blusa holgada plateada, con sandalias a juego. Peiné mi cabello un poco dejándolo aue cayera en mi espalda.

Cuando salí de mi cuarto me topé con el, estábamos frente a frente, por alguna razón mis piernas se quedaron inmóviles al verlo, estaba vestido con solo un bóxer y tenía todo su cuerpo descubierto, podría quedarme viendo esto todo el día.

—¿Que miras tonta? —dijo con el ceño fruncido.

—Nada que te importe.—rodee los ojos y baje las escaleras.

Mi mamá se consiguió un buen hombre, no todos los hombres cocinan y eso era lo que me gustaba de Benjamín, cocinaba delicioso.

—Buenos dias. —dije sirviéndome café.

—Buenos días cariño. —dijo Benjamín.

—¿Dormiste bien cariño? — preguntó Lilly.

—Si mamá, descanse como nunca .— respondí dándole un sorbo a mi café.

Terminamos de desayunar, lave los platos y subí a mi habitación.

Iba subiendo las escaleras rumbo a mi cuarto y nós chocamos frente a frente, me quede por un momento observando sus ojos, se parecen tanto al mar, mi mirada se desvió a su boca y me dirigí rápidamente a mi cuarto, este chico me esta volviendo loca, es tan hermoso.

Llego la hora de el almuerzo y todos estabamos en la mesa, Lilly y Benjamín hablaban de un tema muy raro, no les prestaba atención, mientras que Mateo estaba al frente mio, no podía dejer de mirarlo, y cada vez que subía la mirada yo apartaba la mía.

—¿Cuantos años tienes Alicia? —preguntó Mateo mirándome fijamente.

Su voz es tan gruesa, es perfecta, las piernas me empezaron a temblar, me puse nerviosa.

—17 ¿Y tu? —dije mirandolo fijamente.

—19 —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Era la sonrisa más hermosa que había visto en toda mi vida, no podría pedir nada más, con el era suficiente.

Me quede en el salón y me vi una de mis películas favoritas Ray Charles. Mi mamá y Benjamín estaban en su habitación y Mateo no tenía ni idea de en que parte de la casa podría estar.

Vi que alguien bajaba por la escalera pero no preste mucha atención, cuando me estremecí al escuchar su voz... Esa voz.

PROHIBIDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora