PROHIBIDO.

Capitulo once.

—¿Ahora qué es lo que quieres Mateo?— dije quitándome los audífonos. — Ya te dije que no me molestes.

—Estoy muy aburrido Ali, vamos al mar otra vez. — dijo haciendo un puchero.

—Esta bien, si así dejaras de molestarme. — dije guardando mi teléfono en mi bolso.

Acomode todo y fui directo al mar, me adentre un poco hasta que el agua me llego hasta el cuello, no veía a Mateo por ninguna parte, pensé que todavía no se había metido, pero fue todo lo contrario.

Sentí como algo me tocaba el pie, solo me movía, pensaba que era algún pez. Algo me sumergió haciéndome tragar, mucha agua, no podía ver que era lo que me había arrastrado de tal manera... pude visualizar a Mateo con una gran sonrisa debajo del agua, pude soltarme de su agarre y salir a la superficie.

Expulse mucha agua por medio de una tos horrible que hizo que me doliera el pecho y las fosas nasales.

—¡Casi me ahogas imbécil! —dije empujándolo para que no se me acercara—. No vuelvas a hacer eso nunca más Mateo.

—No es para tanto Ali, pensé que sabias nadar, discúlpame — dijo dándome pequeñas palmadas en el pecho para terminar de expulsar más agua.

Salí del mar con la esperanza de encontrarme con Lilly y Benjamín, pero no había rastro de los dos. Saque mis lentes de sol, mis audífonos y mi teléfono. Jugué por una hora Criminal Case, ya me había aburrido mucho ese juego. Trate de buscar a Mateo, pero todavía seguía en el Mar, estaba solo, de vez en cuando me miraba, pero no duraban mucho.

después de cinco minutos el salió del mar en dirección en donde yo estaba, tomo asiento en la toalla que estaba en la arena y se quedó mirando a un punto fijo, empecé a observarlo, a grabarme cada parte de su rostro, él era tan perfecto... EN TODO EL SENTIDO DE LA PALABRA.

—Creo que deberías de ir a hablar con ella de una vez. —dije mirando al grupo de chicas en donde se encontraba Eva.

—¿Será? —respondió frunciendo el ceño, se veía tan perfecto cuando hacia eso.

—Claro, no pierdas tiempo, ve por ella.

Vi cómo se levantó y fue en dirección al grupo de chicas en donde estaba Mateo, a todas ellas casi se les sale la saliva al verlo.

Quería distraerme con algo, pero no encontraba que, solo quería que mi madre llegara para no tener que estar sola otra vez. Visualice a un grupo de chicos, todos eran musculosos y muy simpáticos, pero había uno en especial que no me quitaba los ojos de encima. Su intensa mirada hizo que mis mejillas se encendieran, aunque por alguna razón yo tampoco podía quitarle la mirada de encima.

Varios minutos después vi cómo se acercaba poco a poco, entre en pánico ya que no sabía que hacer o que decir, el único chico con el que he salido era Santiago, así que no tenía mucha experiencia en esto.

Cada vez se acercaba más y más, su sonrisa se hacía más grande conforme se acercaba.
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