Capítulo veintinueve.

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"Te quiero como a mis libros, a solas y en mi cama".
-Erasmo Dioses.

En ese momento me sentí palidecer, no podía levantar la mirada para ver a la persona que nos había descubierto. Ésto sería un enorme problema para ambos, ni siquiera quería pensar en lo que me diría mamá por hacer cosas indebidas con el hijo de su pareja.

-Creo que para eso existen los moteles amigos, -la voz de Annie hizo que el alma se devolviera a mí cuerpo. Pude escu har el suspiro de alivio por parte de Mateo, el estaba completamente pálido.

-A-annie -las palabras no salían de mi boca, y no veía la más mínima que intención a Mateo de hablar.

Imbécil.

-No tienen que darme explicaciones chicos, lo único que les recomiendo es que cierren sus puertas con pestillo para que no les pase lo mismo que ahora.

Mateo sonrió, provocando con ésto que se notarán sus hoyuelos.

-Gracias Annie, -habló por fin. -Solo por favor no se lo digas a nadie... Al menos no todavía.

Dicho ésto me dió un casto beso en los labios y salió de mi habitación. Annie tenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, cuando Mateo salió de la habitación no pido evitar pegar un grito que me sobresaltó.

En ese mismo instante empezó a bombardearme con preguntas.

-¿Desde cuando?, ¿Son novios?, ¿Ya se acostaron?, ¿Sus padres lo saben?.

-No lo sé, no, ¡Claro que no! Y no. -traté de responder todas sus preguntas. -Te pido por favor que no se lo digas a nadie, -pedí -no se si ésto sea algo en serio o solo sea un pasatiempo.

-Confía en mi Ali, tu secreto está a salvo conmigo.

(...)

Pasé toda la tarde con Annie en mi habitación, viéndonos películas y comiendo hasta más no poder, amaba las tardes así.

Acompañé a Annie hasta la puerta y me despedí de ella, me dirigía a subir las escaleras y el grito de mi madre llamándome me asustó. Subí de dos en dos las escaleras hasta llegar a la puerta de su habitación, entre sin tocar y ella estaba acostada, viendo televisión. Pensé que le había pasado algo.

-¡Mamá! -grité -Deja de hacer eso, un día de éstos vas a matarme por tus llamados, pensé que te había pasado algo.

-Es que siempre que te llamo bien no me respondes Alicia, me toca utilizar otros métodos, -dijo mientras se reía -Benjamín no tarda en llegar a recogernos, ponte algo bonito.

-¿A dónde iremos? -pregunté.

-Ni yo lo sé querida, andando. Te quiero ver preciosa.

Salí de su habitación rumbo a la mía. Empecé a buscar en mi guardaropa algo bonito para ponerme, no sabía a qué lugar iríamos ni de qué forma vestir, así que elegí un blue jean de bota ancha, una blusa granjera color azul claro y mis infaltables converse blancos.

Me vestí rápidamente y fui a mi tocador para maquillarme un poco, solo apliqué rimel y un gloss a mis labios, no tenia ánimos de maquillarme exageradamente. Después de eso empecé a peinar mi cabello y alisarlo un poco con la plancha.

Salí de la habitación para preguntarle a mamá si ya estaba lista, pero las voces de la planta baja me lo confirmaron. Bajé las escaleras encontrándome con la penetrante mirada de Mateo sobre mí, no pude evitar bajar la cabeza un poco, su mirada me ponía muy nerviosa.
Después de unos minutos en la casa, salimos rumbo al auto de Benjamín. Mamá se sentó en el puesto del copiloto, así que yo tendría que ir atrás con Mateo. Mi corazón estaba a mil.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2020 ⏰

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