PROHIBIDO.

Capítulo veintitrés.

Mateo.

Dios, esta chica hacía que con una sola acción me tuviera a sus pies. Sus caricias eran como brasas ardientes en mis pies, como medicina para mi enfermedad.

Sali de su habitación para dirigirme a la mía, con una gran sonrisa por supuesto. Todo esto era un sueño, besar a una chica como Álica, es como ganarse la lotería, es maravilloso.

Entre completamente a mi habitación, me quite mis zapatos, camisa y pantalón, el cansancio que sentía había desaparecido después de ese beso, necesitaría muchos de esos para estar tan relajado.

Este era el momento en que mi mente empezaba a maquinar, a pensar en cosas absurdas, y algunas no tenían respuestas.

Y así es la vida de injusta.

Vivir pequeños momentos especiales que nunca se repetirán, y vivir mil veces aquello que no merece la pena vivir.

Alicia.

Maldición... Mateo me besó.

¡MATEO ME BESÓ!

Pensé que todo había sido un sueño, cuando vi que tenía la misma ropa del día anterior, todo había sido de verdad, ¡Y si me acordaba de todo!

Anoche quedé muy sorprendida por aquella acción, aunque arrepentida no estoy. No entiendo como tuve el valor para pedirle un beso de buenas noches, aunque me moría por hacerlo. Cuando estábamos en el coche y me miraba, esa sensación me encantaba, saber que una persona te mira como si fueras la octava maravilla del mundo.

Pero pongámonos a pensar y analizar un momento.

1. Benjamín y mi madre son pareja.

2. Mateo es mujeriego y para rematar bipolar.

3. No creo que ese beso haya significado algo para él, habrá besado muchas mejores que yo. Las cosas como son.

Estaba más que segura que todo iba a cambiar.

Y lo último y más importante, si la gente se llegara a enterar, y me preocupo más por mi madre. Sería capaz de hacerme añicos, y a Mateo también, a ella le importan mucho las apariencias, ella sobrevive de las opiniones de los demás.

Esto no podría pasar, ¡Maldición Alicia! ¡No puede gustarte otro chico, por Dios hay miles fuera!.

Salí de mi cama para dirigirme al baño, necesitaba un baño, y muy frió, necesitaba despejar mi mente de todo lo que estaba pasando, así que un baño de agua fría seria lo mejor en estos momentos.
Salí de el cuarto de baño para buscar algo de ropa, no tenía planes así que iba a ponerme una pijama. Constaba de una blusa de tirantes y un short de color palo de rosa, pero este era un tono más oscuro, de decoración tenía un encaje de color blanco muy delicado, esta pijama era una de mis favoritas.