"Esta música es mierda, cariño
Aunque eso te va a molestar, cariño
Tus reclamos son ciertos, cariño
Nos estamos volviendo un desastre"
El silbido en medio del silencioso y tranquilo bosque comenzaba a ser molesto para varios de los guardias, una alegre melodía que venía de uno de los más jóvenes uniformados, el hombre que iba sobre un cómodo asiento dirigiendo al caballo que arrastraba el carro.
Desde una considerable distancia, se encontraban tres hombres de pie, aguardando con calma y permaneciendo en absoluto silencio para poder escuchar con atención lo que ocurría en su bosque. Cuando escucharon el lejano silbido, el más alto entre los tres, dio un paso al frente —Aguarden a mi señal. —fue su orden antes de deshacerse de la bata que cubría su cuerpo, y solo corriendo un poco se transformó en un águila real, un ave de gran tamaño con un plumaje café, batiendo sus alas con fuerza para emprender vuelo, alejándose.
Sobrevolando el bosque verde, el águila visualizó su objetivo, analizándolo primero desde la distancia. Tal y como lo habían previsto, eran al menos unos siete hombres sobre sus corceles, protegiendo una carreta techada. Podría suponerse a simple vista que dentro de esta había mercancía cualquiera, pero se sabía que no era así. Notando que se aproximaban al punto de ataque, el águila gritó con fuerza a través del cielo, no solo mandando su señal, sino también, alertando a los guardias —¡Enemigos! —gritó uno, desenvainando su espada listo para el combate.
Otros lanzaron flechas al cielo, tratando de herir al águila que se mantenía a una gran altura, evitando los ataques mientras mantenía vigilados a los hombres, que viendo inútil su lucha decidieron dejar de atacar —¡Vámonos! —ordenó quien iba al frente, esperando ganar tiempo al intentar escapar.
Al ver esto, el águila comenzó a descender en picada, no hacía los hombres sino tomando otra dirección, desapareciendo del campo de visión —¡Le he perdido! —avisó mirando con preocupación a su alrededor, sin dejar de azotar al caballo en busca de escapar.
Su gritó fue ignorado por otro mucho más fuerte, uno de batalla siendo expulsado por el hombre que lideraba, preparando su espada para cortar el cuello del hombre que se encontraba interfiriendo en su camino a varios metros adelante. Se le veía relajado para alguien que sería decapitado y pisoteado por caballos, manteniendo una expresión impasible, con sus largos cabellos blancos amarrados y una postura firme. Sin dejar de gritar, todos vieron lo inexplicable.
Con solo levantar su diestra, una explosión de fuego salió de esta y creó una muralla entre el hombre y los guardias, provocando que frenaran con violencia para evitar el fuego. Sin lograr hacerlo a tiempo, más de uno se vio forzado a atravesar la pared, saliendo envuelto en llamas. Los gritos de lucha se convirtieron en gritos de dolor y horror.
—¡Atrás! —fue la orden de otro hombre, pues el líder había sido consumido por el fuego, gritando de dolor junto a los relinchidos de su caballo. Los guardias que vivían dieron media vuelta y huyeron, tardándose un momento llenos de desesperación por la carreta, pero logrando darle la vuelta para emprender la escapada.
Con ellos alejándose la pared de fuego desapareció casi por completo, un par de cuerpos calcinados en el suelo. El pálido hombre, de quién brotó el fuego, miró a los caballos alejándose y luego a su compañero que se aproximaba con calma, ambos mostrando una sonrisa —Nada mal, YoonGi. —alabó a su barrera de fuego.
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"DDAENG" YoonMin
FantasyHace demasiados años atrás, más de los que se pueden contar, el mundo era otro y los dioses obsequiaban la elección al hombre y a la mujer de ser humano o animal. Dividido en reinos, los seres que vivían en el agua no podían hablar con los que habit...