CAPÍTULO DIECINUEVE

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De incertidumbre te ahogarás

     La tensión había casi desaparecido por completo del barco que se mecía suavemente junto con el oleaje del mar, cada vez adentrándose más al océano azulado. El sol brillaba en lo alto, haciendo ver al mar como un interminable tesoro de diamantes que lanzaban destellos invitándote a zambullirte dentro. Ese era el mar que JiMin amaba.

La corriente calmada, el aire salado despeinando sus cabellos y empujando las velas, junto al hermoso y caluroso sol que tostaba su piel luego de horas de encontrarse detrás del timón. Si estuviera solo en su barco, JiMin se hubiera desecho de su ropa y habría saltado emocionado al mar para nadar por horas y horas siguiendo a su barco por debajo, cazando lo que encontrara, sintiéndose unido al océano.

Pero ya todo era diferente para el peli gris.

No estaba en el timón ni en el mar, sino sentado en el bauprés con sus pies meciéndose mientras miraba el mar debajo suyo, controlando su deseo por saltar ya que temía dejar su barco. Se mantenía tranquilo, una de sus manos sujeta a una cuerda por si acaso mientras la otra descansaba al lado de una de sus piernas, ambas abiertas para encontrarse sentado con mayor comodidad sobre el ancho bauprés de madera.

En ocasiones, como aquella, miraba hacia atrás por sobre su hombro para observar al resto de personas que navegaban con él. Divisó donde mismo a SeokJin, sentando en el suelo aprovechando la sombra que le daba la caja en la que estaba recargado, con los ojos cerrados mientras el príncipe TaeHyung estaba a su lado, mirándole de vez en cuando mientras en realidad su atención estaba puesta en los niños que jugaban frente a ellos, divirtiéndose como podían cuando el aburrimiento era demasiado para dos niños estando en el barco.

A unos metros, HoSeok no soltaba el timón, mirando a los cuatro en cubierta, pareciendo más metido en sus pensamientos al tener esa expresión tan seria, como si analizara cuidadosamente el comportamiento de los cuatro. Y por otra parte, ni NamJoon ni YoonGi salieron del interior del barco apenas atravesaron las puertas del pequeño cuarto. El cachetón sabía que YoonGi se había marchado a dormir, él mismo se lo pidió al verle cabecear tanto, así que el mayor no se negó prometiendo no dormir muchas horas. A JiMin no le importaría que durmiera hasta entrada la noche, justo allí, sentado tan cerca del océano, aprecio el momento a solas que se le fue cedido.

Era momento de detenerse y pensar.

Después de lo que había pasado con YoonGi aquella noche, se permitió preguntarse con seriedad qué era lo que estaba pasando entre ellos, por qué YoonGi y no HoSeok o NamJoon, por qué él y no otras personas con las que habló en el pasado antes de conocer a los bandidos.

Su respuesta automática era que se debía al peli blanco quien se le acercó en seguida, haciéndole experimentar cosas que nunca antes vivió. Desde la primera vez que el hombre se subió al barco, YoonGi le miró como nadie lo había hecho, y otra noche, le dio un beso, el primero de su vida.

Desde niño, miró a sus padres besarse muy rara vez, y luego de la muerte de su madre, buscaba ver parejas en los pueblos a los que iban a vender lo que cazaban, y al convertirse en tiburón se daba cuenta de lo solitaria que era la vida bajo el mar. Mientras crecía solo con su padre, decidió en algún momento que su vida sería aún más que solitaria que la de su padre, que no se esforzaría en buscar una pareja, mucho menos tener algún hijo o hija ya que no quería darle la infancia que él tuvo, siempre en el mar, con la única compañía del océano, sus padres y el barco.

Fue por eso que la llegada de los maleantes a su vida fue completamente sorpresiva para él, y aún más el que llegara a llevarse tan bien con ellos. De nuevo miró detrás de él, esa vez encontrándose con la mirada de HoSeok y correspondiendo su sonrisa asegurándole que estaba bien. Quizá los aceptó tan rápido en su vida porque no se había dado cuenta de lo solo que estaba y de lo mucho que extrañaba tener a alguien con él sobre el barco. Pasó de ser sólo él a tener tres criminales, dos niños, un príncipe y su guardia. Jamás lo hubiera sospechado.

Disfrutaba de la compañía, claro que no de las peleas interminables entre NamJoon y SeokJin, tampoco del miedo en los ojos de TaeHyung, pero estaba seguro que si lograban llevarse bien todos, podría vivir perfectamente así, yendo de un lado a otro con su barco y sus amigos... y YoonGi. Ese último nombrado por supuesto que no entraba en la sección de amigos, pero tampoco JiMin podía considerarlo como una pareja a largo plazo pues apenas y habían hablado de lo que sentían, ellos eran más de demostrar que de hablar, por eso mismo no estaba seguro qué iba a pasar con ellos.

La realidad le golpeó abrumándolo al punto de que casi cae al agua de no ser porque estaba bien sentado y agarrado a las sogas. Se podían ir. En cuanto pisaran tierra firme tomarían al príncipe y al guardia para llevarlo a su escondite y entonces, como escuchó que tenían planeado, mandarían una de las joyas del príncipe junto a una carta con instrucciones para que les pagaran por su regreso. Todo eso alejados del mar, por supuesto, y JiMin no había escuchado una invitación, y de recibirla, se negaría. Jamás había estado lejos por demasiado tiempo del océano y dudaba lograrlo.

Como HoSeok les llamaba, Ddaeng se iría de la vida de JiMin, y él tendría que seguir adelante luego de todo lo que habían vivido juntos, y probablemente aquello acabaría con él por la tristeza de encontrarse solo.

Recordó las bastante lejanas palabras de su padre hablándole cuando era niño, diciéndole que no podía revelarle a nadie que era un tiburón tigre ya que eso significaría su muerte. Le remarcó una y otra vez que los seres del Reino de agua no salían del agua para nada, lo que le hizo pensar que él y su padre eran especiales, que sólo ellos eran capaces de ser humanos. Jamás supo qué fue lo que orilló a su padre a vivir más como humano que como tiburón.

Pero justo ahí, con JiMin mirando el mar brillas debajo de él luciendo tan tentador para el marinero, se preguntó si esa había sido su misión, ayudar a los criminales a lograr su cometido, conocer a YoonGi, pero sólo eso, ser el medio de transporte para luego verlos seguir sin mirar atrás. El peli gris cerró los ojos sintiendo el viento salado golpear su rostro, empujando atrás esos pensamientos para disfrutar del momento, asegurándose que ya tendría tiempo después para pensar detenidamente en ello. Había cosas más importantes y más cercanas, como lo que el príncipe tenía que mostrarles. Debía ser lo suficientemente bueno como para impedir que NamJoon asesinará a SeokJin, sino, habría una persona menos a bordo.




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¡Hey, cómo están! :D

Espero que hayan disfrutado del capítulo, al menos que no les haya aburrido. Es cortito pero es trabajo honesto :P

Pronto vendré y porque el siguiente capítulo será ¡BOMBA! 

¡Nos vemos pronto! <3

Gracias por leer. <3

&quot;DDAENG&quot;   YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora