Tu nombre en mí quedó escrito
A manos de JiMin se encontraba el timón, el muchacho de cabellos grises mirando con atención al océano frente a ellos, aparentando calma. Vio a SeokJin levantarse de donde estaba sentado observando el anochecer, luciendo tan calmado como no había sido visto antes. El día en sí fue tranquilo, después de tanta discusión y entrenamientos, parecía que ese día todos había hecho tregua para permitirse estar por su cuenta.
Los ojos cafés del marinero observaron al guardia caminar hasta él, quedándose a su lado para ver el océano azul, brillando por los últimos rayos del sol antes de hundirse en el agua por ese día —Estamos muy cerca —le dijo serio SeokJin—, mañana llegaremos.
JiMin asintió, lo suponía pero escucharlo de los labios del guardia fue más confiable que sus sospechas. Suspiró, apretando el timón y agachando un poco la cabeza, pensando. Apenas y le había hablado antes al hombre a su lado, pero algo le animó a pronunciar antes de que se marchara, a pesar de que no se había movido de su lugar —¿A dónde irán?
Con la mirada al frente, SeokJin analizó el océano, buscando una respuesta que ni siquiera él sabía, no estaba seguro —Lejos —imaginó—, donde no puedan encontrarle.
—TaeHyung me dijo que no les buscarían. —susurró volteando a ver al perfil del hombre serio, quien realmente no podría negar eso. Aún así, no pensaba arriesgarse.
—Lo mejor será estar ocultos, pasar inadvertidos, poder vivir.
La duda quedó en el aire, JiMin se cuestionó si aquello contaría como vida, si podría llamarse vivir al esconderse, pero prefirió no decir nada, más que la verdad —Estoy seguro de que podrán hacerlo si están juntos.
—Gracias —susurró Seokjin volteando a verle para dedicarle una sonrisa sincera—, y tú a dónde irás, sé que no eres parte de ellos así que supongo que también serás libre.
El menor no apartó la mirada ni aunque quiso, tampoco pudo mantenerse en silencio —Seguiré navegando, continuaré cazando y vendiendo lo que obtenga —le contó—, me quedaré en el mar.
Jin asintió, como si aprobase su plan, y luego ambos voltearon al frente, encontrándose con NamJoon mirándoles desde la cubierta, serio, y segundos después se giró y caminó hasta donde antes estaba sentado SeokJin y tomó su lugar. Los ojos del peli blanco se entrecerraron, observándole.
—Es tan molesto —le contó Jin al menor, pero aquello no era algo que ignorara JiMin, después de todo era verdad que había veces donde parecía que ni YoonGi ni HoSeok soportaban al controlador de tierra—, pronto todo acabará y dejaré de verle.
Sin soltar el timón, JiMin se encogió de hombros —Es irritante, pero también es agradable, en ocasiones.
Por primera vez en bastante tiempo, escuchó a Jin reír fuerte, negando con su cabeza —Claro que no —dijo entre risas—, no puedo pensar en un solo momento donde haya sido si quiera amable.
En su mente JiMin pensó que tampoco podría pensar en un momento en el que el guardia hubiese sido gentil, se había limitado a solamente ser bueno con el príncipe. Le respondió confiando en que desde donde se encontraba, NamJoon no les oiría —Es bueno a su manera, bueno, eso es lo que yo pienso —se puso algo nervioso por la mirada que le dedicaba el guardia, una de desconcierto—, supongo que otros criminales me habrían matado para llevarse mi barco, de algún modo te salvo la vida al sacarte del barco real, o pudo matarte en cualquier momento con sus habilidades —pasó saliva, carraspeando—, te ha dejado vivir, nos ha dejado vivir. Y no les tiene encadenados por ser sus prisioneros.
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"DDAENG" YoonMin
FantasyHace demasiados años atrás, más de los que se pueden contar, el mundo era otro y los dioses obsequiaban la elección al hombre y a la mujer de ser humano o animal. Dividido en reinos, los seres que vivían en el agua no podían hablar con los que habit...