Donde nos espera la aventura
Como una cuna meciéndose, el barco se movía lentamente. HoSeok terminó por acostumbrarse, sin embargo debido a lo mal que durmió la noche anterior, se marchó a dormir apenas se hundió el sol en el agua al horizonte.
NamJoon solo soltó una risa cuando YoonGi le dijo que no tenía problema con volver a hacer guardia, así que se despidió de ambos y se llevó a JungKook y YuGyeom a la habitación para dormir. El hombre de cabellos blancos había ido de un lugar a otro, fingiendo entretenerse con lo que fuera, pero mirando dormir a sus compañeros –NamJoon roncando y los dos niños sobre HoSeok- se reprendió por perder el tiempo.
Sonrió levemente al voltear y ver a JiMin sentado, había estado durmiendo por casi una hora ahí mismo, sentado en el suelo y recargado en una caja. Claramente estaba cansado, no se había permitido dormir a pesar de que NamJoon le ofreció la cama que ahora él ocupaba.
El controlador de fuego caminó por la cubierta acercándose hasta el peli gris, riendo al verle cabecear. La risa le despertó, el muchacho se sentó derecho y volteó a ver al mayor, abriendo sus ojos luciendo sorprendido por su presencia. Le vio sentarse a su lado, sintiendo algo de desconfianza, temía quedarse solo con él después de lo que sucedió la noche anterior.
JiMin sacudió su cabeza, tratando de mantenerse despierto y atento, sobre todo por el hombre a su lado. Su mano pasó por su frente y nuca dejándolas ligeramente húmedas esas zonas. YoonGi no lo notó, su vista estaba fija en el cielo que se obscurecía lentamente. Notaba lo tensó que estaba el hombre a su lado, y le daba risa.
Dejó pasar un momento, esperando ver qué hacía el peli gris pero todo lo que hacía el hombre era removerse y cada cierto tiempo sacudir la cabeza. Totalmente tranquilo, YoonGi pronunció —No te haré daño, creí que quedó claro en el transcurso de este día.
JiMin pareció asustarse cuando habló, solo dando un pequeño salto ya que no se esperaba escucharle. Volteó a verlo, directo a los ojos, esperando encontrar sinceridad en ellos. YoonGi no le miró de regreso, sus ojos obscuros estudiaban el cielo, la noche joven en la que aún no se veían muchas estrellas como en unas decenas de minutos.
—No sabía que los criminales buscaban agradar a las personas que secuestraban. —YoonGi rió, mostrando sus encías. JiMin le observó pensando que ese tipo de sonrisas eran las burlonas, las que hacía cuando se divertía de lo que hacían sus amigos.
—Somos primerizos en esto del secuestro, no estoy seguro de qué se debe hacer o no. Si fuese tú, preferiría esto a que me atarán y tirarán al océano para morir ahogado. —sus palabras no asustaron en lo más mínimo a JiMin. El muchacho solo sonrió levemente dándose cuenta de que YoonGi no le miraría de vuelta, así que le imitó y volteó a ver al cielo obscuro. Entonces lo notó.
El marinero se levantó para observar al cielo con mayor atención, dándose una vuelta para fijarse en el firmamento infinito. Frunció el ceño. Dándose cuenta de esto, YoonGi se levantó y le siguió la vista, observando las nubes dispersas que bloqueaban la vista a pocas estrellas al horizonte —Una tormenta —le informó el de grandes mejillas al otro hombre—, no llegará esta noche pero debemos estar preparados. Hablaré mañana con ustedes sobre qué hacer.
YoonGi escuchó preocupándose. La tormenta más fuerte que habían enfrentado en el bosque había tirado árboles y matado a varios animales, derribando también su pequeña choza así que por ese tiempo tuvieron que ocultarse en una cueva. El recuerdo le hizo sentir un escalofrío, podía recordar los terribles truenos iluminando el bosque, el frío mortal y el miedo que desprendían los tres al momento de buscar un escondite, pensando que no sobrevivirían debido a lo peligroso que era moverse bajo la fuerte lluvia. Para aquel entonces, tenían poco más de la edad de JungKook y YuGyeom.
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"DDAENG" YoonMin
FantasyHace demasiados años atrás, más de los que se pueden contar, el mundo era otro y los dioses obsequiaban la elección al hombre y a la mujer de ser humano o animal. Dividido en reinos, los seres que vivían en el agua no podían hablar con los que habit...