"DDAENG" YoonMin

CAPÍTULO TRES

Y tú no eres como nosotros

     El sonido del oleaje golpeando las columnas del muelle de madera eran el sonido más fuerte de la noche, pero si se ponía la suficiente atención se escucharía una voz hermosa cantando, y unas pisadas apresuradas.

Los tres hombres atravesaron el muelle acercándose al barco que se mantenía en la mira de HoSeok, este subiendo primero por la rampilla para enseguida ir a ocultarse por detrás del mástil, mientras sus compañeros buscaban otros objetos grandes con los que esconderse un momento. El joven de cabellos grises salió de nuevo, sin dejar de cantar y masajeando levemente su mano, probablemente cansando luego de arrastrar ya cuatro cajas, yendo a por la quinta que era un tamaño menor. Se agachó para cargarla, siendo atacado segundo después.

Una mano cubrió su boca mientras una espada se colocó en su cuello, rozando para que no quedará duda alguna de que se le estaba amenazando —Muy buenas noches —HoSeok saludó sonriendo, volteando a ver a sus compañeros que salieron de sus escondites—, vamos a necesitar tu barco, si no te molesta.

Completamente congelado por la impresión y el miedo, el joven no dijo nada ni se movió, dejándose llevar por HoSeok hacia dónde estaba el timón. Los ojos del peli gris vieron a otros dos hombres aparecer, siendo imposible para él ver sus rostros gracias al gorro y al cuello de la camisa que les protegía. Sin embargo lo que sí vio claramente fueron las espadas colgando de su cadera.

YoonGi se acercó, diciendo —Gritas y te lastimaremos para luego prender fuego al barco y dejarte aquí para que ardas, ¿Entendido? —no espero una respuesta, HoSeok retiró la mano pero no la espada de su cuello— Haz funcionar esto ahora, llévanos a mar abierto.

La hoja de la espada se movió por su cuello, cortando apenas un poco pero dejando en claro que no bromeaban. La víctima asintió lentamente, esperando a que la espada fuera retirada para moverse. Siendo el sonido de su respiración lo único que salía de él, miró discretamente a su lado, confirmando que HoSeok seguía cerca de él.

Levantó su mano temblando, apuntando a la rampa para decirles que debían subirla de regreso al barco cuando, inesperadamente, sacó de su pantalón un puñal con el que trató de herir a YoonGi. Logró quitarse justo a tiempo, dando una patada en el costado del joven y tirándolo al suelo.

—¡Basta! —fue la orden de NamJoon, yendo hacia el hombre en el suelo para tomarle de mentón y hacer que le mirara— O cooperas o mueres, hay muchos barcos aquí y no tendremos problema en tomar otro mientras te dejamos morir aquí.

El controlador de la tierra sonrió al ver el miedo en los ojos entrecerrados del peli gris, sabiendo que habían logrado asustarle de verdad. Nam alejó apenas unos pasos antes de que HoSeok se acercara a el marinero y le ayudara a levantarse tomándole con fuerza del brazo.

—El nudo —habló por primera vez demostrando tener una voz calmada y dulce, señalando a la orilla del barco—, está amarrado, debo deshacer el nudo, subir la rampa y el ancla.

—Encárgate del nudo, yo del ancla —fueron las palabras de NamJoon hacia YoonGi quien asintió, dejando a HoSeok vigilando al joven de cabellos grises, quien observaba con impotencia a los criminales tomar su barco, pensando que apenas zarparan le tirarían al mar. Pasaron pocos minutos en los que el joven se quedó completamente quieto, apenas respirando, tan concentrado en sus pensamientos que no escuchó cuando los dos hombres dijeron que ya estaba todo listo. Reaccionó cuando recibió un empujón—. Vámonos ya, hazlo rápido.

HoSeok le llevó hasta el timón tirando de su brazo, a lo que el joven no puso resistencia alguna, solamente apuntó a la vela —Y-yo me encargó.