Capitulo 30

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Una luz hizo que me tapara completamente. Cuando por fin me libre de ese destello, sentí como algo caía sobre mi.

-¡Vamos dormilona!-sentí como alguien me estrujaba contra el colchón.

-¿Pero que?-dije mientras sacaba la cabeza de debajo de las sabanas.

-Ya son las 10 y Eridan quería ir a ver las vacas.

Parpadeé varias veces para poder acostumbrarme a la luz.

-De acuerdo, pero ¿podrías hacerme el favor de dejar de estrujarme?

Se puso de pie. Llevaba unos vaqueros algo gastados y una camiseta amarilla de manga corta.

-Vistete, te espero abajo.-dijo, desapareciendo por la puerta.

Rápidamente me levante de la cama y busque en mi equipaje. Al final opte por una mayas, una camiseta azul y una sudadera del mismo color. Me enfunde mis nikes y baje todo lo rápido que pude.

En la mesa estaba sentada Eridan, que comía una rebanada de pan mientras que Rubén tostaba otra.

-Buenos días, por fin. ¿Que tal dormiste?- pregunto el chico sirviendome una tostada y ofreciendome una taza de café, que acepte con mucho gusto.

-He dormido súper bien.

-¿Estabas cansada verdad?-el tono que utilizo me llamo la atención. Le mire, preguntándole con la mirada.-Ayer, mientras hablábamos te quedaste dormida.

-¿¡Enserio!?-exclamé avergonzada-Lo siento de verdad, no pretendía...

-Anda tonta, si en verdad lo entiendo, con lo que paso anoche.

-¿Que paso anoche?- pregunto la pequeña Eridan.

-Laura y tu hermano fuimos a perseguir ovejas, pero sshh, es un secreto entre nosotros, no se lo cuentes a nadie.

Eridan nos miro, cómplice de nuestra aventura. Asintió y continuo desayunado.

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