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-Max despierta, necesito que me ayudes con la organización de los instrumentos y el acomodo del puesto-Dijo Sebastian sacudiendo tu hombro para que despertaras, te removiste en el sillón y cubriste tu cara con tu brazo al mismo tiempo que murmurabas "cinco minutos más"-Vamos preciosa, arriba.

-¿Por qué de todos los empleos del mundo decidí este? ¿Por qué?-Murmuraste más para ti misma que para el chico de ojos azules, quién simplemente soltó una risita y espero a que te levantaras, te extendió la chaqueta y antes de que el calor de la cama abandonara tu cuerpo envolviste la chaqueta en tu cuerpo.

-Bien, esto es tuyo y esto también-tomaste el portapapeles de madera y le diste un sorbo al café que Sebastian acababa de darte mientras leías lo que estaba escrito en las hojas-Lo que necesito que hagas es que principalmente acomodes la mercancía nueva que nos llegó, Carl pidió un nuevo acomodo de las camisas de la más llamativa a la más oscura, luego de eso necesito que te asegures de que los refrigerios estén en la mesa para cuando la banda llegue y por favor revisa que pongan todo en el orden que Diane pide porque si no esa mujer se volverá loca y no va a querer salir a tocar.

-Anotado Bastian, tendré todo bajo control, confía en mí-lo miraste dándole una sonrisa intentando que se tranquilizara, cada concierto era muy importante para Sebastian y quería que todo estuviera perfecto, por eso mismo vivía en un estado de estrés constante que un día de estos iba a ocasionarle problemas.

-Oh, créeme cuando te digo que pondría mis manos al fuego por ti, pero esa mujer está loca, ten cuidado-te reíste y comenzaste a caminar hacia tu primera tarea, llegaste a donde al puesto de mercancía y te reíste al ver el desorden que tenían los chicos.

-¿Necesitan ayuda?-Dijiste poniendo una mano sobre la mesa, que tenía un montón de camisas desordenadas.

-Si bueno, Carl pidió un nuevo acomodo y no tengo ni la menor idea de cómo organizarlo, ¿Sugerencias?

-Dame el catalogo Evan-al tomar el catálogo de las camisetas las observaste notando la diferencia de los colores y con tu pluma comenzaste a marcar la secuencia en la que debían ir según las órdenes del guitarrista.-Listo.

-Eres un ángel Max, ¿Lo sabias?-sacudiste tu cabeza y caminaste a tu segunda tarea, los refrigerios. Debías admitir que a veces odiabas esa parte, no porque tuvieras algo en contra de la comida sino porque Diane siempre cambiaba de parecer en cuanto llegaba al lugar, siempre había algo que lograba no tenerla satisfecha y para tu molestia, siempre terminaba sacando su enojo en Sebastian reclamando cosas que ella nunca había mencionado o pedido, por eso esta vez tu ibas a supervisar el orden, estabas harta de que hicieran sentir mal a tu amigo sin razón, así que si la baterista se enojaba o te gritaba porque sus gomitas tenían más rojas que verdes te ibas a asegurar de ponerla en su lugar.

-¡Maxime! al fin llegas, Cristo santo tienes que ayudarnos, la banda del día anterior dejo un desastre, su staff sigue aquí y se niegan a limpiar su desorden-Dijo JJ, frunciste el ceño y caminaste hacia tu amigo, viste como un total de diez personas estaban acomodando un montón de instrumentos en sus respectivos estuches.

Tomaste una respiración profunda, te plantaste bien sobre tus pies y cruzaste tus brazos aún con el portapapeles en mano, aclaraste tu garganta y lograste llamar la atención de uno de los del staff.

-Mira chica, ya le dijimos a tu amigo que no limpiaremos eso, es problema de ustedes y yo sugiero que en lugar de...

-Mira chico, el problema aquí es que este desorden lo provoco tú banda, no la mía y si mal no recuerdo en el contrato que firmaste con el recinto se establece claramente que una vez terminado el evento el lugar debe de quedar limpio-te inclinaste y limpiaste el piso con tu mano viendo cómo está se llenaba de polvo-y no sé tú, pero para mí esto no es limpio.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Eh?-Comentó otra chica del staff poniéndose a la defensiva, pusiste los ojos en blanco, caminaste hacia ella y con una sonrisa hipócrita le hablaste.

-Oh no lo sé, tal vez llamar al dueño del recinto y decirle que tu pequeña banda incumplió con el contrato, imagina que pasaría si esto se supiera, ¿En cuántos lados se les cerrarían las puertas solo porque no quisieron limpiar?-La mandíbula de la chica se tensó, viste como dio un paso a ti pero un fuerte estruendo provocó que todos centraran su atención en la otra punta del escenario.

-¿Qué demonios pasa aquí?-Cuestionó una voz que te resultaba familiar, empujó el maletín que anteriormente había dejado caer y se acercó a la luz del escenario y...

¡Boom!

Tu corazón se aceleró y tus piernas comenzaron a temblar, tenía que ser una broma, una estúpida broma del cruel destino, justo cuando pensaste que tu vida estaba mejorando y que realmente tenías un avance esto pasaba.

-¿Maxime?

-Hola Remington.

Bueno, mierda.

Maquillaje || Remington Leith ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora