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Sus ojos divagaban por el espejo, observaba con detenimiento cada facción de su rostro, sus manos se aferraron al tocador a causa de los nervios, no iba a salir al escenario así, todos se reirían de él en cuanto lo vieran, lo señalarían y posiblemente recibiría un montón de comentarios criticando su aspecto pero le gustaba, se sentía bien.

-Rem es hora-dijiste asomando tu cabeza por la puerta, el chico se giró asustado y ambos se miraron fijamente, tus ojos denotaban confusión, frunciste el ceño mirando su rostro y Remington supo que hasta ahí llegaba su relación contigo.

-Nena, puedo explicarlo...

-La cruz está torcida

-¿Qué?

-La cruz está torcida, mira-te acercaste a él tomando el delineador del tocador y con suaves toques arreglaste la cruz invertida que tenía en el ojo-y listo, ¿Estás bien? Tiemblas mucho.

La respiración se atoró en su pecho y sus ojos parecían haberse quedado atrapados en los tuyos, miraste a los costados y le sonreíste divertida a la vez que murmurabas un suave "¿Qué?", entonces Remington se dio cuenta que eras la indicada, todas sus ex-novias habían salido corriendo al notar su gusto por el maquillaje y notar cierta actitud femenina en él.

-¡Remington, nos esperan!-Sus ojos se separaron de los tuyos, le sonreíste murmurando "tú puedes con ellos" y después de guiñarte un ojo, salió del camerino para emprender su camino al escenario, con una nueva confianza, gracias a ti.

-Dios, sí existes, no permitas que me maten a golpes-dicho aquello, Remington levantó su puño y tocó la puerta con un dos suaves golpes, respiro hondo y trato de pensar positivo mientras jugaba con el pequeño objeto que se encontraba entre sus dedos, los segundos pasaban y para Remington parecían horas, estaba por retirarse cuando escucho a alguien acercarse a la puerta.

-¿Hola?-Tú voz con ese tono tan gentil era como música para sus oídos, sonrió y metió sus manos a sus bolsillos, ocultando el contenido de estas en la chaqueta-¿Es en serio Remington?

-Muy en serio-estabas por cerrar la puerta cuando su cuerpo te lo impidió-¿Qué puedes perder con escucharme? Sé lo que dirás, sólo necesito una oportunidad para explicarme, no robaré mucho de tu tiempo, cuando termine me dirás lo que quieras y aceptaré que nunca más me quieras ver.

Recargaste tu frente contra la puerta y tomaste una gran bocanada de aire, abriste la puerta y miraste al pelinegro directo a los ojos, necesitabas esto de igual manera, tenían que cerrar ese capítulo de tu vida para poder continuar.

-Bien-tomaste tú abrigo del perchero y saliste de la casa alejándote a largas zancadas de esta, Remington no tardó mucho en alcanzarte y tras varios minutos de caminata en silencio, lo escuchaste tomar aire.

-Sé que lo que hice estuvo mal, pero, cuando conocí a Anna, no te mentiré, ella simplemente me robó el aliento, por su belleza, después de un tiempo me di cuenta que su padre era uno de los inversionistas de la película, si lograba agradarle lo suficiente probablemente invertiría en la banda, así que...

-¿Te relacionaste con Anna por interés?-Más que una pregunta era una afirmación y Remington notó el repudio en tu voz y tu mirada, oh tu mirada, por un momento vio lo decepcionada que te encontrabas de él.

-Te juro que nunca pensé que llegaría tan lejos, es solo que ella se comenzó a tener sentimientos por mí que iban mucho más allá de una amistad y había algo en ella que me atraía como un imán, entonces pasó lo qué pasó-pusiste los ojos en blanco a la vez que negabas con la cabeza, no podías creer lo bajo que había caído Remington con Anna, pobre chica, solo era una víctima más.

Maquillaje || Remington Leith ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora