20

513 70 26
                                        

-Favor de abrochar sus cinturones y permanecer en sus lugares, aterrizáremos en unos minutos-dijo la azafata desde la cabina trasera del avión, frotaste tus ojos con las yemas de tus dedos al mismo tiempo que dejabas salir un gran bostezo, miraste al chico a tu lado y comenzaste a sacudirlo ligeramente para que despertara.

-¿Qué quieres?-Te reíste por el tono malhumorado de JJ y volviste a sacudirlo hasta que abrió los ojos y te dirigió una mirada cargada de molestia, después de todo eran las cuatro de la mañana, no esperabas menos.

-Estamos aterrizando, así que despierta o bajaré tu cuerpo empujándolo por las escaleras-él solo soltó un suspiro y acomodo su cabeza en tu hombro mientras murmuraba incoherencias pues estaba parcialmente dormido.

Abriste la ventanilla del avión sintiendo como la luz te daba directo en la cara, JJ soltó un quejido y se acomodó mejor sobre tu hombro, sonreíste y observaste el sol que se mezclaba entre las nubes. Había sido demasiado fácil todo esto, tú mente no dejaba de pensar en cómo todo cayó en su lugar después de la llamada que tuviste con Andy. Habías estado demasiado nerviosa como para acércate a James y pedirle unos días libres para regresar a tu ciudad natal pero antes de que pudieras pensar en una manera de preguntarle, la desgracia —o quizá bendición, depende de cómo lo veas— cayó sobre Diane, la baterista caprichosa a quien le molestaba que hubiera más gomitas rojas que verdes, pues un mal movimiento cuando estaba por acercarse al centro del escenario para agradecer le provocó una caída en la que solo atinó a meter la mano derecha, pero el impacto había sido muy fuerte para que su pequeña mano sostuviera el peso, se fracturó la muñeca, era una fractura menor pero igual tendría que usar una férula por al menos seis meses, eso por supuesto le impediría tocar la batería. El manager junto al resto de la banda decidieron cancelar cuatro fechas ya que debían conseguir un reemplazo que pudiera llenar el lugar de Diane, James le dijo al staff entero que tenían la semana libre, era el momento perfecto para decirle que ibas a regresar a Toronto, usaste la excusa de que estabas nostálgica —que no era mentira— y James fácilmente accedió a dejarte ir, JJ se ofreció acompañarte después de todo él no tenía otro lado en donde estar y así fue como los dos terminaron volando a Canadá en el primer vuelvo que encontraron.

A estas alturas JJ ya sabía la verdadera razón por la cual estabas volando a Toronto y no dijo ni una sola palabra al respecto, solo tomo tu mano y con su voz serena te dijo: "Si te sientes incomoda, solo dímelo y volaremos de regreso a Los Ángeles". Realmente apreciabas la relación que habías generado con los chicos, no te habías sentido así desde que Alex se había ido a la marina.

Tus mente divagó entre todos tus pensamientos saltando desde memorias de tu infancia hasta en cómo podría ser el setlist de la próxima gira de Killing Dreams. Observaste tu teléfono y pensaste en Andy, en Andy y sus hermosos ojos azules, aún recordabas el día que lo conociste en la sala de grabación y como ambos se habían llevado bien desde el primer minuto, siendo sincera en ese momento no te sentiste atraída a él, estabas con Remington y era todo lo que importaba para ti y así fue durante todo el tiempo que estuviste de tour con Palaye Royale, hasta que... bueno hasta que Anna apareció, dejando eso de lado tú amistad con Andy floreció durante el tiempo que estuviste trabajando para tu exnovio ya que lo veías muy seguido en las grabaciones de American Satan en las que siempre exigía estar presente, normalmente Andy se quedaba a las primeras tomas de las canciones y luego salía para charlar contigo sobre cosas sin sentido y mayormente se dedicaba a responder tus inquietudes sobre la banda.

Después del rompimiento y que Andy se enterara se dedicó a por lo menos mandarte un mensaje al día, simplemente para preguntar cómo estabas, después de todo él entendía el sentimiento de que te rompieran el corazón en mil pedazos, jamás hablaron sobre la noche en la que él te profesó sus sentimientos, pero mírate ahora en un avión con boletos para ir a encontrarlo en uno de sus conciertos.

-Solo espero estar haciendo lo correcto-murmuraste para ti misma antes de que el avión tocara tierra.

-¿Cómo pude ser tan estúpido? Dios mío, primera vez en dos meses que la veo y lo arruino por completo-Decir que Remington estaba frustrado era subestimarlo. No podía creer lo tonto que fue, te tuvo enfrente de él, ¡Estuviste a centímetros! Pudo haber levantado la mano y tocarte pero no lo hizo, no lo hizo porque seguía siendo un completo estúpido y oh, no podía sacarse de la cabeza la manera en la que lo habías mirado, con total frialdad, tu rostro fue tan neutral, tan carente de emociones que en cuanto sus ojos chocaron con los tuyos no pudo evitar sentir como algo se derrumbaba dentro de él, ¿Dónde habían quedado esa mirada llena de calidez y amor que alguna vez fue dedicada solo a él? En el suelo de un recinto, pensó Remington, su corazón sintió un pinchazo cuando recordó la manera en que tu rostro se desencajó al oírlo decir "la chica del merch" cuando te presento a Anna aquella vez y tuviste la misma expresión cuando Anna lo dijo en Denver.

-¿Arruinarlo por completo? Remington, ya no había nada por arruinar ¿Recuerdas?-Le recordó Emerson con una ceja enarcada mientras observaba cómo su hermano casi se arrancaba el cabello por la frustración-No entiendo porque fuiste tras de ella.

-Porque lo necesitaba, oír su voz y verla ahí me hizo recordar todo lo que vivimos juntos, todo el amor que le tenía, que le sigo teniendo, Dios mío ¿Cómo pude ser tan estúpido? Esto es culpa de ustedes-gritó Remington sintiendo como la ira le consumía por completo, los ojos comenzaron a arderle y pronto sintió cómo las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas.

-No trates de poner esto en nosotros, tú tomaste la decisión Remington, no nosotros, no intentes culparnos de tus actos-Emerson se levantó del sillón y salió del cuarto de hotel, estaba harto de su hermano quejándose constantemente por lo que había pasado días atrás, no tenía ninguna necesidad de escuchar sus quejas y menos aún de ser culpado por las ideas delirantes de su hermano, ni él, ni Sebastian le habían dicho a Remington que arrancarse la mitad del corazón era buena idea.

Remington cerró los ojos, y se acomodó mejor en el piso de tal forma que su espalda quedó recargada contra la parte inferior del sillón, de manera violenta limpió sus lágrimas y del bolsillo trasero de su pantalón sacó el gafete que había tenido consigo desde hace dos meses, pasó su mano a través del acetato donde en letras negras se anunciaba tu nombre y en la parte central se encontraba tu fotografía, una brillante y perfecta sonrisa adornado tu rostro.

-¡Maldita sea!-Gritó Remington a la vez que lanzaba tu identificación al otro lado de la habitación, escondió su rostro entre las palmas de sus manos, ¿Por qué te dejó ir la primera vez? ¿Por qué dejó que la idea de la fama lo cegara? ¿Por qué?

Una vez que llegaron al hotel, JJ y tú se dejaron caer sobre la cama más cercana a la puerta, estaban horriblemente cansados, eran las siete de la mañana y mientras la mayoría de la gente común comenzaba a levantarse ustedes estaban dispuestos a dormir por lo menos hasta el mediodía, así se ahorrarían una comida o dos, ¿Quién sabe?

Cuando tu cuerpo estaba listo para ser arrullado por los brazos de Morfeo, tú teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo trasero de tus pantalones, soltaste un quejido y te levantaste para salir del cuarto y no molestar a tu compañero.

-¿Hola?-Respondiste con la voz muy ronca, una risa se escuchó del otro lado del teléfono y una media sonrisa se plantó en tus labios al reconocerla.

-Hola Max, ¿Ya están en la ciudad?-Asentiste recargándote en la pared a la vez que cerrabas los ojos-¿Max?

-Oh si, lo siento, ya estamos en la ciudad y en el hotel-contestaste rápidamente sintiéndote tonta por tu acción anterior, Andy no podía verte ¿Por qué habías asentido? Al parecer tú cerebro estaba más dormido de lo que pensabas.

-Bien, me alegra escuchar eso, estaba pensando que quizá podemos ir a comer, ¿Qué dices?-Casi podías imaginar cómo se rascaba el cuello, no tenías mucho tiempo de conocer a Andy pero ciertamente en su voz se notaba lo nervioso que se sentía.

-Me parece perfecto Andy.

-Bien, pasaré por ustedes al hotel, a las cuatro ¿Está bien?

-De acuerdo, gracias Andy, por todo esto-dijiste sintiendo como el rubor cubría tus mejillas.

-No es nada, de hecho quería agradecerte, el que ya sabes... me dieras una oportunidad, no te arrepentirás-Sonreíste y miraste por la ventana de hotel, topándote con un espectacular anunciando el nuevo disco de Palaye Royale.

-Eso espero.

Y de verdad que esperabas no arrepentirte, no querías cargar con más arrepentimientos.

Maquillaje || Remington Leith ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora