Capítulo 10

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-¿Por qué lloras?

-No estoy llorando.

-Y tanto que sí -con el dedo pulgar atrapa una lágrima que corre solitaria por mi mejilla.

Con extrema delicadeza, vuelvo a empapar el algodón en yodo y procurando no apretar para no causarle a Marco más dolor del innecesario, evito que siga saliendo sangre de la pequeña brecha morada que cruza su labio inferior.

-No podemos seguir así -me dejo caer al suelo derrotada-. Todo está en contra, Marco. ¿Y si fueran señales para no volverlo a intentar?

Me duele de verdad pronunciar estas palabras y la vez que en mis ojos se ha abierto una fuente y debo admitir que no estoy para nada convencida de lo que le acabo de soltar al mallorquín, pero de veras me parte el alma cuando al atreverme a alzar la vista hacia él entreveo entre una visión borrosa a un Marco la mar de serio.

-No digas eso, por favor -susurra con la mirada perdida al frente.

Por lo mucho que le cuesta tragar saliva y el brillo triste de sus ojos sé que está haciendo grandes esfuerzos en mantener la calma y no desmoronarse en frente de mí, pero le cuesta un mundo mantener en pie la fachada.

-Le estoy haciendo daño a Luca -apunto ese detalle como si no lo conociéramos perfectamente- y no se lo merece.

-Toma la decisión que creas correcta, nunca te juzgaré por ello -se levanta con aspecto cansado-. Nos vemos en la presentación.

Cuando cierra la puerta del baño a sus espaldas yo únicamente abrazo mis rodillas con los brazos haciéndome un ovillo y me echo a llorar como una magdalena.




-Por último me gustaría agradecer a mi padre, a mi hermano, a Horacio... -le tiembla la voz y yo me muerdo el labio con fuerza para no llorar- y a mi madre, que se que desde arriba me está apoyando.

La sala estalla en aplausos y me uno a él en las lágrimas.

Un segundo después, Igor me dedica una mirada compasiva y una sonrisa de medio lado y yo lo único que puedo hacer es seguir mirando a Marco con un orgullo que jamás había sentido por nadie antes de que él llegara a mi vida.

Flashes después, cuando la sala se empieza a vaciar, Gilberto se acerca a mi con la sonrisa afable que le caracteriza.

-¿Cómo estás? -me pregunta abrazándome con cariño.

-Estoy... estoy.

-¿Sabes? Está muy orgulloso de ti -me sonríe con aprecio mientras sigo clavando la mirada en su atento y perfecto hijo.

-Creo que soy yo quien se ha de sentir orgullosa de él -nuestras miradas se cruzan y veo un atisbo de sonrisa en su rostro evitando mirar directamente a los periodistas.

Mientras su hermano se hace la protocolaria foto con la camiseta en la que luce su característico número 20, Igor me estrecha entre sus brazos con fuerza y vuelvo a sentirme en familia, en casa.

Me comienza a temblar el labio de nuevo, y en un gesto característico de su hermano pequeño, me seca la lagrimilla que se me ha vuelto a escapar con el pulgar.

-No llores más -me susurra al oído y yo escondo la cabeza en su hombro.

Cuando el grupo de periodistas liderado por Florentino Pérez acompañado por el mallorquín se dirigen a la sala de prensa, me quedo a solas en la sala con Igor, pues Gilberto ha entendido la mirada que le ha dedicado el mayor de sus hijos y también se ha marchado minutos después.

-¿Te lo ha dicho cuando os habéis visto?

-¿Qué me tenía que decir?

-Joder... -ríe atrapando el arco de su nariz con la yema de los dedos-. Perdona, es que Marco a veces me sorprende por lo idiota que puede llegar a ser.

Yo suelto una risita nerviosa antes de volver a insistir con la mirada, ejerciendo un poco de presión en el mayor de los Asensio.

-Marco... el día que se hizo oficial que volvía al Madrid... Marco escribió esto para ti -me tiende un sobre que yo cojo con las manos temblorosas después de aclararse la garganta varias veces impulsivamente.

Tras intercambiar una mirada nerviosa con Igor, me decido a abrirlo y como debo estar toda yo temblando como una hoja, es él quien rompe inicialmente la solapa.

-¿Um...? -susurro al ver que Igor me da la espalda dirigiéndose a la puerta.

-No, no -niega con la mirada-. Esto es algo entre vosotros dos, forma parte de vuestra historia. Yo aquí no pinto nada, mejor te dejo sola para que lo leas.

Espera a que acceda con un leve asentimiento y se marcha en busca de su padre.

There's nothing I won't do [SAGA THINGS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora