Capítulo 35

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Pasamos una buena noche. Como suponía me llevó a Zen Market, su restaurante japonés preferido en toda la ciudad y que, como no, estaba situado en lo alto del Bernabéu.

Con la tontería nos bebimos una botella de vino enterita y tras insistir hasta la infinidad en pagar a medias, lo cual no conseguí, me llevó a casa o sea a mi apartamento a medio terminar y se despidió de mí en la puerta con un largo beso, como un buen chico.

-Quiero hacer las cosas bien esta vez, Emma. Contigo no tengo prisa ninguna -me prometió antes de desaparecer tras las puertas del ascensor.

Madre mía como me tenía este hombre... lo nuestro era otro nivel.




Me despierto con un mensaje de Luca en el que se aprecia claramente su molestia al encontrar su anillo de compromiso encima de la carta donde le explicaba que lo sentía, pero que me veía incapaz de planear una boda en ese momento, que era muy joven como para verme atada a una persona de por vida y que esperaba de corazón que encontrara a alguien que mereciese ese anillo de verdad.

Esos dos folios a doble cara no eran mentira. En ellos exponía muchos de los sentimientos que me eran imposibles de expresar cara a cara y es que estaba claro que lo mío era el escribir, no hablar.

¡Hablar! Mierda, tenía que empezar a trabajar en el discurso que me habían pedido la parejita, más bien suplicado por parte de Sara, que diera durante el banquete. Delante de todos, delante de Luca y delante de Marco.

Tras volver a casa congelada después de haber ido a buscar un café con leche simple a la cafetería de la esquina me pongo manos a la obra con la decoración de por lo menos el salón y la cocina; no podía seguir viviendo entre cajas a rebosar de cojines, mantas y demás elementos textiles.

Una hora y media productiva después en la que no solamente he terminado el salón y el comedor si no que además estoy a más de la mitad de cajas vacías de la cocina cuando una llamada me saca del ensoñamiento en el que estaba metida.

-Hola, gruñón -contesto a la llamada terminando de guardar la vajilla en el armario.

-Hola, orgullosa -su voz aterciopelada provoca que me estremezca pese a estar hablando por teléfono-. ¿Te he despertado?

-No, llevo ya unas horas despierta... ordenando el piso para la fiesta y eso...

-Es verdad, la famosa fiesta.

-¿Va a venir mucha gente por tu parte? -pregunto secando una copa con un trapo.

-Unas veinte... de momento... -por su tono de voz sé que tiene una sonrisa maliciosa en los labios-. Quién sabe, quizá luego echo a todo el mundo para que podamos quedarnos a solas.

-¿Que ha pasado con el "contigo quiero hacerlo bien, no tengo prisa"? -le chincho con un tono de voz más grave.

-Primero, mi voz es mucho más sexy, segundo no vuelvas a hacer eso o pensaré que realmente te llamas Emmanuel y por eso no te quieres duchar conmigo y tercero... joder, tenía que estar muy borracho como para no querer tenerte debajo de mí esa noche...

-El vino es muy traicionero, chato...

Nos quedamos unos segundos sonriendo, en silencio, miedosos de romper esa complicidad que nos tenemos, pero finalmente Marco carraspea.

-Esto... te estoy viendo ahora mismo... -

-¿Qué dices? ¿Me has puesto cámaras en casa? Mira que te puedo denunciar...

-Estoy viendo a una Emma muy sexy de unos tres metros de altura en Callao. ¿No serás tú?

-¿En serio? ¡No puede ser! ¿Ya han publicado esa sesión? -inquiero emocionadísima.

-En serio, y estar colgada a mí te favorece mucho... tendremos que ponerlo en práctica más a menudo...

Ay Dios, encima salíamos los dos juntos. A mí me acabaría dando algo.

-Por cierto...

-¿Otra sorpresa? -pregunto nerviosa.

-Otra, otra... Yo de ti entraría a las redes de Panenka, el otro día hice una entrevista con ellos y... bueno, mírala, creo que me querrás y me querrás matar después.

-¡No me cuelgues! -tecleo con rapidez la contraseña de mi portátil.

-Es que no quiero que me grites. La miras y me cuentas qué te parece esta noche.

No me deja contestar pues me cuelga inmediatamente. Por suerte encuentro con rapidez el vídeo de la entrevista a la que se refiere; Marco Asensio por San Valentín. Joder, es verdad, el martes era San Valentín y lo íbamos a pasar en Marruecos, con Luca... ¿Debía preparar algo? Bueno, Emma céntrate y luego ya lo piensas.

¿Qué es el amor para ti?

-Bueno... el amor creo que es un balance entre querer y cuidar a una persona. Mantener su felicidad y la tuya por igual, ser feliz cuando ella es feliz, cuando cedes y ves esa película que tanto le gusta o dejar que elija ella la cena cuando te toca a ti...

¿Cómo vives el amor con tu pareja?

-Pues la verdad... me cuesta mucho abrirme con la gente, así que para mí es la facilidad de entenderte con esa persona sin la necesidad de hablar... Yo lo vivo como un apoyo tremendo que me da esa persona, es algo que me llena... Sí que es verdad que con los años me he dado cuenta de que sí que necesito amor y a esa persona con la que compartirlo todo, y para mí el amor se llama Emma...

Ay Diosito mío.

¿Qué color relacionas con ella?

-El rojo. Siempre ha sido mi color favorito pero desde que la conozco ese color la identifica. La fuerza y la pasión que simboliza... La noche que la conocí llevaba los labios pintados de rojo, bueno como siempre, es algo que nunca falta en ella. Si me paro a pensar, la mayoría de los buenos recuerdos que tengo con ella... el rojo nunca falla en ellos.

¿Hay algo que nunca falle como regalo de San Valentín?

-El perfume pero no uno cualquiera, ha de ser el perfume de esa persona. Por ejemplo, ella siempre usa Chloé, no le sirve ningún otro, así que cuando la abrazo o le beso el cuello siempre me envuelve su perfume. 

Joder, se acuerda de todas las cosas que le fui contando con el paso de nuestra relación... se acuerda de todo.

¿Es una necesidad para ti?

-Sí, pero lo ha sido a partir de ella. Siempre me ha gustado arreglarme pero nunca había prestado atención a qué perfume usar. Antes de ella siempre iba cambiando y ella ha hecho que ahora siempre elija ese perfume cuando estoy con ella... es la marca de una persona. Ya te he dicho, antes para mí no era una necesidad y ahora... ahora es algo crucial, pero es por su culpa, ella ha hecho esto, es la culpable.

Me quedo unos segundos callada, reposando las palabras que Marco me ha estado dedicando a lo largo de los doce minutos de entrevista. Pienso en llamarlo pero desisto. Prefiero decírselo todo en persona.

There's nothing I won't do [SAGA THINGS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora