Capítulo 61

656 51 15
                                    

Marco

Que Odriozola y Vero estuvieran saliendo me venía la mar de bien para terminar de ultimar sorpresas a Emma sin que se enterara de mis intenciones.

Faltaban apenas veinte días para que se cumplieran cinco años del primer día que nos vimos en aquel avión rumbo a Abu Dabi. ¿Quién me habría dicho a mí que la que por entonces era la novia del más joven de la Roja me llevaría loco todavía cinco años más tarde?

-¡Empanado! ¿Dónde estás? -el balonazo que recibí en el estómago por parte de Llorente no tuvo precio, si hasta caí de culo-. Ostias Marco, que no iba tan fuerte...

Me levanto del suelo rápidamente riendo la gracia de mis compañeros.

-Tío, lechuguita, que nos matas al niño... -Lucas me tiende la mano pero yo lo transformo en un capón cariñoso al gallego. Si es que ni un minuto te puedes despistar en este equipo...-. ¿No ves que está que no caga con Emma?

Escuchar su nombre vuelve a centrar mi atención en ellos pero cuando veo que ahora es Nacho quien contesta a Lucas yo vuelvo a mirar fijamente a la catalana y como se desenvuelve cambiando de cámaras mientras trota por la banda intentando pillarnos en plena acción.

Cuando Ceballos decide que es buena idea tirarse encima mío cual koala a su eucalipto, las risas de Reguilón e Isco llaman su atención y se vuelve hacia nosotros. Como si fuera un crío, me empiezan a temblar las piernas cuando ríe de esa forma tan espontánea que me vuelve loco. En un acto reflejo enfoca hacia nosotros y nos hace una de esas fotos robadas que tan bien se le dan.

-Oye, déjame ver eso -troto hasta ella.

-No, esto es confidencial. 

-Eso es una putada, déjame borrarla -cuelo mis manos en los bolsillos traseros de sus vaqueros pitillo que le quedan espectaculares.

-Deja de tocarme el culo en público, cerdo...

-Si me dejaras borrarla esto no estaría pasando.

-Vuelve a entrenar antes de que Zidane te diga que estás siendo un escaqueado -intenta ponerse seria y siento como mi corazón empieza a bombear todavía más rápido.

-Vale, vale -levanto las manos en señal de rendición. ¿O de venganza?-. Oye, Bettoni, ¿me dejas esa botella de agua de ahí?

Espero a que deje las cámaras en las sillas de las gradas antes de llevar a cabo mi plan. Tiro el tapón al suelo y usando mi dedo como aspersor vacío la botella entera encima de mi chica, que grita maldiciéndome en todos los idiomas posibles.

-¡Serás imbécil, Asensio! Esta no te la voy a perdonar en la vida.

La blusa bohemia de nudo color champán que lleva deja entrever un sujetador de encaje negro cuando esta se pega a su cuerpo com una segunda piel, lo que consigue un par de silbidos por parte de Luca y Reguión. Cuando me mira antes de marcharse a los vestuarios me dedica una mirada de "en casa hablamos" que a decir verdad me acojona un poco bastante.

-En casa te espera bronca, pisha... -ríe Isco de mi cara de miedo.

Zidane en ese momento, tras estar observando la escena y de dedicarme una mirada de incredulidad, se acerca a mi negando con la cabeza y me tiende una de las camisetas azules que utilizamos para entrenar antes de indicar que vaya tras ella con un suave movimiento de cabeza.

Escucho el agua caliente correr antes de entrar al vestuario. Emma se ha deshecho de su blusa la cual intenta secar sin mucho éxito con los secadores tarareando Te vi de Hombres G.

-Te he traído esto... -muestro la camiseta por encima de mi mientras espero que me deje caer alguna pulla, pero me responde con silencio, lo cual me asusta todavía más-. Siento lo de ahí fuera...

Y tan solo encara una ceja, se vuelve y sigue secando la maldita blusa continuando con la letra de la canción. Esa canción de los ochenta que tanto le flipa. 

-De pronto te vi y tu me miraste a mí... -me mira aguantando una sonrisa-, cambiaste mi vida, justo ahí, solo porque te vi.

-No te gusta Hombres G.

-Mi padre también era fan.

-Por eso me cae mejor Gilberto que tú...

-¿Todavía me quieres? -acaricio con la yema de los dedos la suave piel desnuda de su cintura.

-Me lo estoy pensando... -susurra.

-Deja de pensar, no es bueno... -la subo al lavabo y me coloco entre sus piernas para poder besarla con facilidad-. Me tienes loco, no te imaginas cuánto te quiero.

-¿Mucho?

-Mucho más de lo que nunca he querido a nadie.




-¿En qué piensas? -sus estrechos brazos me rodean la cintura mientras besa mi cuello.

-En ti y en lo mucho que te quiero -la estrecho hacia mí pese a que ella sonríe, seguro creyendo que lo que le digo es mentira.

Tomo una gran bocanada de aire para aspirar el dulce olor a mar que tanto me hace sentir en casa. Aquí, en el ferry camino a Formentera, con la chica más guapa del mundo a mi lado y planeando una de las sorpresas que más ilusión le van a hacer puedo jurar ser el hombre más feliz del mundo.

-¿Me dirás qué es la sorpresa? -hace un puchero exagerado.

-Así que has venido a sonsacarme información... No te pienso decir nada, solo que Formentera te va a encantar.

-Pero ¿por qué? 

-Porque es una sorpresa -río ante su exasperación.

-Pero, ¿me va a gustar? 

-Te va a encantar -la beso todavía con una sonrisa en los labios-. Casi tanto como me encantas tú a mí.


There's nothing I won't do [SAGA THINGS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora