There's nothing I won't do [SAGA THINGS #2]

Capítulo 38

Marco

Me quedo paralizado cuando la veo balancearse con Álvaro en la cocina ajenos a lo que acaba de ocurrir aquí fuera. Joder, sabía que Medrán andaba pillado de ella pero no esperaba que hiciera nada. Quizá una parte de mí esperaba equivocarme, pero ya veo que no. 

En cuanto Gina aparece por la puerta abro los ojos como platos y cruzo una mirada con Igor, preguntándome cómo narices sabe de la existencia de la fiesta. Joder, lo que me faltaba, más leña al fuego...

-Cariñín... -esa voz pitosa provocó que Sara frunciera el ceño en mi dirección, pensando que era una especie de plan B que me había buscado, pero nada más lejos de la realidad. Georgina había aparecido por allí sin tener yo ni idea, así que de Puta madre, nótese la ironía.

Traté de apartarme de ella cuando Emma salía de la cocina con él y joder, sí vale que me había visto a Gina colgada de mi cuello pero yo ni siquiera la besé. Fue ella que se coló en mi boca. Coño, pero si yo quería estar con Emma...

Pensé que quizá sería buena idea mantenerme un poco frío para no calentarla más de la cuenta y que me acabara pegando un bufido de los suyos, porque seamos sinceros, Emma es muy, muy pero que muy impulsiva. Y cómo no la cagué otra vez. Me mandó a la mierda con dos huevos bien puestos, sin perder la sonrisa que tanto me calaba por dentro.

Ahora mismo, viéndola contonearse al ritmo de las canciones más flamencas que pone mi hermano me está volviendo loco, sobretodo al no poder ir hasta ella y acariciarle la cintura. Joder, me va a acabar poniendo malo, esos malditos shorts le hacen un culo despampanante...

-Eh, ¿qué haces? -Igor se queja cuando lo aparto del portátil para poner I need your love de Calvin Harris, pero la verdad es que un segundo más con el ritmillo flamenco y me la llevo al colchón y no a jugar a cartas, precisamente.

Emma se gira un poco al notar ese cambio brusco de canción y yo aprovecho para buscar su mirada con la mía, intentando que me mire a los ojos, pero no cede. Es demasiado lista y en cuanto nota mis intenciones aprovecha para agacharse y pillar de la mesa de centro un botellín de cerveza recién abierto.

Mañana va a llevar una resaca de las gordas...

En ese preciso momento Medrán vuelve y se coloca a su lado, rodeando su cintura con el brazo izquierdo y sosteniendo un botellín de cerveza en la mano derecha. Ella pasa sus uñas lacadas de negro por la nuca del cordobés y este ríe contra la melena de la catalana, con una complicidad que solo se entiende sabiendo lo bien que se llevan desde hace años. 

Me caguen... Suerte que Isco no está aquí porque si no me pegaba dos tortas...

-Eh cuñi -Gina reaparece a mi lado con un mojito de menta y se dirige a Igor-. Podrías poner una lenta para que el carca de tu hermano se mueva...

-Hecho -por la rapidez en contestar sé muy bien que Igor o bien va a putearme o bien va a poner una para que Emma se sienta aludida... o las dos.

La voz imponente de Leona Lewis resuenan por los altavoces del techo del salón y al segundo su cálida mirada color avellana se posa en la mía. Me humedezco los labios con rapidez, pues siento la garganta seca como el esparto y me quedo clavado en el sitio.

Gina me agarra de la cintura e intenta hacerme mover a paso lento, y lo mismo hace Álvaro pero ella también está clavada en el suelo. Por la agitación de su pecho sé perfectamente que no se esperaba esto, y cuando le tiembla la barbilla y se le humedecen los ojos se muerde con fuerza el labio inferior para evitar llorar.

Le he vuelto a hacer daño. 

Y con ella me he herido a mí y a la relación que tanto hemos luchado por mantener a flote...

<<El tiempo empieza a correr, antes de que te des cuenta, estás congelada.>>

La catalana aprieta los puños y se muerde con más fuerza el labio inferior hasta tal punto que empiezo a temer que se haga daño de verdad.

Yo no puedo controlar cuando un pequeño temblor se apodera de mi cuerpo y empiezo a pensar que todos se deben de estar dando cuenta de la intensidad con la que nos miramos, pero para mi sorpresa el único enterado es mi hermano.

<<Pero no me importa lo que digan, estoy enamorada de ti.>>

Para cuando llega el estribillo me he acercado a ella sin darme apenas cuenta y ahora puedo apreciar que ella también está temblando. Nervios, dolor, rabia... ¿quién sabe?

<<Mi corazón está paralizado por la vena que sigo cerrando. Tu me cortaste y yo... sigo sangrando.>>

Estoy apenas a unos centímetros de ella cuando niega con la cabeza con lentitud antes de escapar al baño. Si se cree que voy a dejarlo estar así como así lo lleva claro. Yo creo en lo nuestro y no tengo reparos a demostrárselo a todo un ejército si hace falta.

Llevo su letra en mi piel y ella la mía. 

Estamos hechos el uno para el otro, me repito mientras la sigo hasta la puerta del baño donde se ha encerrado.

-Abre, por favor... -le ruego después de un par de golpes en la puerta con los nudillos.

-Vete. Vuelve a la fiesta -su voz suena ronca y sé perfectamente que está aguantando las ganas de llorar por si yo la puedo escuchar...

-No pienso irme hasta que me abras la puerta y hables conmigo.

-No hay nada de que hablar. ¡Tu novia te está esperando! -grita cabreada desde el otro lado.

-Sabes al dedillo que no es mi novia, yo no la he invitado. Si quieres voy y se lo digo ahora mismo.

-¿Le dices el qué?

-Que estoy colado de ti hasta la médula...

El silencio me corrobora que ha dudado que lo que acabo de decir sea cierto pero lo es. Pues claro que lo es. Joder, es la mujer de mi vida.

El sonido metálico del pestillo me avisa de que va a abrir la puerta, así que doy un paso atrás para dejarla salir.

-Mientes.

-Sabes que no.

Si ella es cabezota, yo más...

-Marco, déjame en paz. Entre nosotros ya no queda nada, lo has roto todo, ¿vale? -me mira con expresión seria, intentando parecer fría pero la fiereza que se refleja en su mirada demuestra todo lo contrario.

-Voy a recuperar esto. Que lo sepas -gruño contra su oído antes de irme con una sonrisa en los labios porque mi voz todavía eriza la piel de su cuerpo.

Marco 1 - Emma 0