Capítulo 70

657 45 17
                                    

Opium está lo suficientemente lleno un viernes noche como para pasar desapercibidos entre la multitud, pues lo último que quiero es pasar mi última noche en Madrid sola y abandonada por mi amigo.

Pido un Puerto de Indias para mí y espero a que me preparen el Gin Mule de Sergio mientras él baila al ritmo de una canción de hip-hop sin quitarme un ojo de encima.

-Toma anda, bebe, que así si haces el ridículo aún podré pensar que es por el alcohol -le tiendo su vaso de plástico.

-No mientas, tú me quieres emborrachar -sonríe dando un sorbo a su pajita.

Perdón por las horas de Pol Granch empieza a sonar en el momento que contoneo mis caderas lentamente y la mirada de Sergio no puede evitar viajar a la zona redondeada de mi cuerpo y no puedo hacer nada más que sonreír. Al fin y al cabo es nuestra última noche juntos.

-Tu verras mon petit cœur et l'innocence qui ne vont pas te croire -susurro contra su cuello mientras él me abraza con más fuerza.

-Y no quiero parar...

Nuestros labios apenas tienen tiempo a rozarse antes de que el ritmo de la canción cambie drásticamente a Jaque al Rey de Belén Aguilera. No puedo evitar pensar en Marco al escuchar la letra pero meneo la cabeza para sacudirme su imagen.

-Emma -creo escuchar su voz pero no, no es él. Mi mente clava en mí su voz como si fuera real, pero no lo es.

-Emma joder -el empujón que aparta a Sergio de mí sí que es real y quien lo ha provocado no podía ser menos que el hombre que me ha llevado de cabeza todo este tiempo-. ¿Qué estás haciendo?

Volviste a aparecer de entre las sombras de ayer...

-Marco tío, hemos salido a despedir la noche, no veas lo que no hay...

-Tú te callas, que me lo diga ella.

Heridas mal cerradas que se me vuelven a abrir...

-¿Emma?

-Hemos salido a despedirnos.

-¿Por qué no me has dicho nada?

Y ¿cómo le digo yo que no puedo evitar sentir un dolor irreparable cada vez que pienso en que voy a marcharme y poner más de seiscientos kilómetros de por medio entre nosotros? ¿Cómo le digo que tengo cada beso que ha dejado sobre mi piel clavado sobre esta como puñales?

-Porque hemos roto, Marco -bajo la mirada.

-Y veo que no me guardas mucho luto...

-Marco no te pases con ella -se mete en medio Sergio-. He sido yo quien ha insistido en que viniera conmigo, es su última noche en Madrid, no podía pasarla empaquetando cajas...

-Claro, mejor pasarla liándose contigo, que buen amigo eres joder. ¿Cómo podía dudar yo que fueras a quitármela como un ave carroñera?

-No te he quitado nada, ya no estáis juntos.

-No hace ni un puto mes, Sergio. Ni un puto mes y ya estás moviendo fichas hacia ella. Pero, ¿tú de qué coño vas?

-Tiene derecho a seguir con su vida.

-Claro, y qué mejor que sea contigo, ¿verdad? ¡Que se va a Barcelona joder!

-¡Vale ya, los dos! Estoy delante, dejad de hablar de mí como si fuera una puta cría que no se entera de nada -exploto.

-Emma... joder, espera -Sergio trata de alargar su brazo hacia mí pero lo evito.

-Emma, cielo... -titubeo con Marco pero no puedo quedarme. Simplemente estoy cansada de que siempre vaya a pasar lo mismo una y otra vez y repitamos de nuevo.

-No... me largo -sonrío amargamente-. No tendría que haber venido de todas formas...

Dejo mi vaso sobre la barra y todavía sin girarme a mirarles llamo a un taxi para que me venga a buscar.




Mis primeros días en Barcelona se pasaron de manera casi imperceptible entre visitas a mis familiares y alguna que otra visita a Ikea de más para ir poniendo a punto el apartamento en el que se ha convertido mi hogar para los próximos meses.

-Emma, cariño... -mi madre saca la cabeza por la puerta de mi habitación-, tienes visita en el salón.

-¿Visita? No espero a nadie...

Todavía algo sorprendida bajo de dos en dos los escalones hasta la entrada desde donde escucho la inconfundible voz de Isco y Reguilón, que ambos prometieron venir conmigo a mi graduación.

-¡¿Pero qué hacéis aquí tan pronto?! La graduación es el viernes... -Isco me atrapa entre sus brazos y me levanta unos centímetros del suelo.

-Bueno... Madrid sin ti es muy aburrido, así que hemos decidido venirnos antes y así pasar un poco de tiempo contigo, que te echamos mucho de menos -explica el malagueño haciendo un puchero.

-Muchísimo -le respalda Sergio asintiendo con gesto apesadumbrado.

-Pues... la verdad es que estoy bastante ocupada estos días previos al mundial, chicos...

-¡Te dije que iba a estar por nosotros! -se queja Sergio.

-Espera, déjame a mí... -le contesta Isco-. Emma, como mi mejor amiga te exijo que me hagas caso estos días un mínimo de tres horas al día o atente a las consecuencias.

-¿Qué consecuencias? -encaro una ceja divertida.

-Que la madrina del niño sea Sergio y no tú -responde muy serio aguantando la risa.

-¿Yo? -responde sorprendido el otro madrileño.

-Sí, tú, cállate.

-Visto ese chantaje tan currado supongo no tendré más opción que aceptar...

En ese momento la puerta de la entrada cede acompañada por un portazo y se escucha la risa de Gerard coreadas por otra que me es desconocida.

-Hombre, que sorpresa... -saluda mi hermano con un abrazo a mis amigos-. ¿Qué se os ha perdido por Barcelona? ¿Venís a llevaros a la merengue de vuelta?

-Casi... -ríe Isco.

-Ojalá -suelta Sergio.

-Hostia... me olvidaba de presentaros a David, es un colega de cuando estuve jugando en el Bayern -el castaño sonríe y saluda esperando a que Gerard siga hablando-. Emma, él va a ser quien se encargue de cerrar el mundial este año.

-Anda, encantada -sonrío bajo la atenta mirada delos dos jugadores blancos, que miran al pobre chaval con gesto de pocos amigos.

-Encantado de conocerte, Emma. Gerard me ha hablado mucho de ti, es genial ponerte cara al fin... -me dice con un perfecto alemán-. Espero que nos veamos más a menudo...

There's nothing I won't do [SAGA THINGS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora