El camino de regreso a la escuela fué largo y agobiante, Tae no paraba de hacerme preguntas estúpidas sobre los vampiros y, aunque al comienzo me daban gracia, después de un tiempo terminó sacandome del paso.
<Como ya les dije, siempre llevando mi paciencia al límite>
Suga se mantuvo pensativo en todo el viaje, no es como si me importara pero fué algo que no me pasó desapercibido. En algunas ocasiones se giraba en nuestra dirección pero no decía nada, solo me observaba unos segundos y con mala gana volvía a incorporarse en su asiento.
Al bajar del autobús cada cuál fué para su casa. A tan solo unas cuadras un mal presentimiento se alojó en mí, ya saben, esa típica revoltura que te da en el estómago cuando sabemos que algo no va bien. Al llegar me despedí de Tae, el cual había insistido en acompañarme para ayudarme con mis cosas, y al adentrarme me topé con la mayor sorpresa de mi vida.
<Sorpresa, horror, calamidad...> Ni yo se como describirlo.
¿Qué mierda hace el aquí?
¿Cómo mierda entró?
Con todo el enojo del mundo cerré la puerta de un portazo y busqué mi teléfono en el bolso de mano que traía. El silencio nunca a sido mi virtud y precisamente ahora no me iba a quedar callada.
—¿Ahora te dignas a llamar a tu padre? —Dice con la odiosa serenidad que lo caracteriza. —¿Te gustó mi regalo de bienvenida? Fue un toque que quise darle a tu nueva vida para que tus días no sean tan solitarios.
No me hizo falta verle la cara para saber que tenía una sonrisa socarrona de lado a lado. Mi llamada solo significaba que se había salido con la suya. Y es que seamos realistas, estamos hablando de mi padre, el hombre que siempre consigue lo que quiere de una forma u otra.
Pero yo soy su hija y, para bien o para mal, llevo en mis genes su mismo carácter de mierda y su misma filosofía asquerosa.
—¿Qué mierda significa esto? —Me encuentro tan enojada que ya ni me importa faltarle el respeto. —Nada más entro por la puerta y me encuentro con el curiosiando entre mis cosas. —Miro de reojo a mi inquilino no deseado y éste me dedica una amplia sonrisa <Bastante repugnante según yo>.
—Solo está ahí para ponerte órden, no permitiré que nos deshonres aún más involucrándote con un humano. —Responde esta vez en un tono más severo dejando de lado el odioso tono socarron de hace unos minutos.
<Involucrándome con un humano... > Joder, ¿Cómo no lo pensé antes? Era obvio que me iba a tener controlada de extremo a extremo en todos los ámbitos, no sólo los escolares.
<¿Cuánta vigilancia me tendrá puesta?> ¿2? ¿5? Tal vez solo uno...
—Ahora estoy en el mundo humano, no puedes controlarme aquí también...
—Creo que ya lo hice querida. <Y si, en efecto, lo había hecho> como ya les dije, no hay detalle que este hombre no controle. —Mantente en contacto y hazle caso en todo lo que te diga, me tomé la libertad de darle libre albendrío con todas sus decisiones. —Y dicho eso colgó.
<¿Y ahora que mierda se supone que haga? > ¿Que lo aloje en mi casa? ¿Qué no se cansa de ser el perro faldero de mi padre? Es que no lo entiendo.
—¿No vas a saludarme? —Preguntó con los brazos tendidos mientras se acercaba a paso lento a mi posición.
Retrocedo unos metro y me colocó en posición defensiva <Está loco si piensa que voy a abrazarlo> a el solo le hizo más gracia aún.
—¿Por cuánto tiempo te vas a quedar? —Mi tono severo hizo que bajara los brazos e hiciera un falso puchero.
—¿Por qué? ¿Acaso no quieres que me vaya? No sufras desde ahora, aún falta tiempo para eso.
<Y por cosas como estas es que nunca en mi vida lo he soportado> actualmente odio todo de el: Su estúpido sentido del humor, el dramatismo que le pone a todo gesto que hace, su egocentrismo y la jodida ironía que adorna siempre sus palabras.
—Deja de decir gilipolleces y responde. —Mascullé con los dientes y los puños apretados a más no poder.
La única razón por la que me alegré de venir a este mugroso lugar fue por no verle más la cara a este subnormal.
—El tiempo que sea necesario. —Se limita a decir. —Honestamente, ni yo tengo idea. —Me palmea el trasero. —Vamos a vivir felizmente juntos como la pareja de prometidos que somos...
<Y en estos momentos es cuando me lamento una y mil veces por haber perdido mi estúpida habilidad de fuerza>
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Nota de autor fuera de servicio
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Tu Aroma <En Proceso>
Fanfiction¿Por qué las historias de amor entre un ser sobre natural y un humano siempre terminan igual? ¿Por qué siempre darle el mismo contenido a los lectores? Yo les propongo lo siguiente: Una vampiresa conoce a un humano, típico, no? La cosa está en que...