Cap#30 "RM POV"

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—Ha ocurrido algún problema? —Es lo primero que dice el señor Winsther después de coger el teléfono.

—Nada de eso, señor, solo quería preguntarle acerca de Ami...

—¿¡Qué no se supone que en estos momentos tu sabes más de ella que yo!?

—Es sobre lo que hablamos acerca de la conversión de Ami... Su transformación está progresando demasiado rápido.

—¿Te preocupa que cuando se case contigo no sea una vampiresa pura? No tienes por qué preocuparte de eso, como ya te dije, tengo un plan.

—Y es justamente de eso de lo que le quiero hablar... Usted nunca me mencionó que es lo que tiene en mente, me encuentro totalmente ajeno a sus planes...

—Y es mejor que continúe así por ahora. Lo sabrás todo en su momento... Creeme.

...


Recuerdo la primera vez que ví a Ami, apenas tenía seis años y era la primera vez que visitaba su casa con mis padres.

En el momento en que nos adentramos en la ostentosa mansión la ví, estaba parada justo en medio de sus padres, y, a pesar de mi corta edad, su belleza exorbitante no me pasó desapercibida. Tan delgada como pequeña, de piel extrañamente pálida, de cabello largo y cedoso, sus labios tan rojos como manzanas y sus ojos tan grandes y expresivos como estrellas... En ese momento la comparación que se me ocurrió ante semejante belleza fué la de una hermosa muñeca de porcelana como las que tenía mamá en el living.

De más está decir que la pequeña Ami Winsther me flechó al momento, y con toda la ingenuidad digna de un niño de mi edad, la saludé, pero sin duda alguna, lo que nunca olvidaré es la mueca de desdén que hizo cuando le sonreí, apagando de ese modo la momentánea felicidad que se había alojado en mi interior.

Lo demás vino adjunto a ese momento como si de una cadena se tratara. Cada vez que trataba de acercarme a esa niña con cara de muñeca, el rechazo que recibía por su parte era tres veces peor que el anterior, y así fué por tres largos meses hasta que mi familia tubo que cruzar el portal rumbo a las Islas Canarias.

Siete años estuvimos fuera de casa... Siete años en los que tanto el rencor, como el deseo, fueron creciendo en mi por esa mimada niña de cara perfecta. Con el paso de los años fuí creando cierto rencor y obsesión con ella, queriendola en secreto y odiandola por fuera.

Cuando volví a mi tierra, con trece años de edad, el papá de Ami me hizo una propuesta que hasta el día de hoy he cumplido al pie de la letra... Tras una extensa reunión con mi padre, me prometió la mano de su hija a cambio de un favor en un futuro lejano, y con la única condición impuesta de que lo aceptara como mi maestro, ví en sus palabras la oportunidad más grande de mi vida.

Los años pasaron y no lo puedo negar, las enseñanzas del señor Winsther me cambiaron tanto para bien como para mal hasta convertirme en lo que soy el día de hoy... Pero si algo aprendí bien de él es a conseguir lo que quiero a cualquier precio sin importar a cuantos tengo que pisar o dejar por el camino.

<Y Ami Winsther, por desgracia o por fortuna ,está entre las cosas que más anhelo tener.>

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