Su rostro debía lucir hermoso con una sonrisa en sus labios rosados y su ceño no tendría por qué tener tantas marcas por su gesto.
Su mirada debía lucir como un cielo despejado al estar feliz... Pero, ahora, solo veía en ella un cielo oscuro dispuesto a inundar con la lluvia que cargaba.
Claro, que no me estaba refiriendo a la lluvia en sí.
La tormenta en su mirada observaba como realizaban las pruebas disponiendo de mi brazo como si no fuera nada más que un simple trozo de trapo viejo y sucio. Definitivamente, había otra versión de Jill que no imaginaba algún día para tener el privilegio de conocer.
No supe bien si en mi estadía me estaba volviendo loca, pero, cada vez que estaba junto a ella; podía escuchar su voz gritando con furia mientras al ver sus labios, estos solo formaban una rígida línea. Se estaba conteniendo. Aunque en esta situación no se que podría estarla deteniendo, si como todos los que habían conocido a Elizabeth ya se habían desquitado conmigo por lo que ella les hizo.
El doctor se retiró dejándonos solas junto a la enfermera en el cuarto de examinación, en lo que ella recogía el lugar y yo aun tendida sobre la camilla podía ver de reojo su recorrido por la habitación. Hasta que en un momento, habló.
—Tengo que comunicarte algo. —su voz denoto molestia, una que tampoco se esforzó en disimular—. La BSAA ha autorizado tu liberación. —Se cruzó de brazos y se detuvo frente a la camilla mirando a la enfermera salir también.
Mi alma voló libre lejos de mí ser al escucharla.
—No hay rastros del virus Genova en tu organismo.
—Al fin, tenía razón... todo esto término. —solté aliviada recordando las palabras de Chris, pero la duda causo que le preguntara algo—. Si ya saben que no tengo el virus, ¿Por qué siguieron con las pruebas?
—Eso es confidencial. —con un aura de superioridad, se irguió ante mí, lo cual encontré sin sentido, porque en mi posición, no había que intentar mucho. No tan desvalida, con toda esa sangre que acababan de drenar de mi cuerpo con las agujas aun en mi brazo—. En cuanto te recuperes, serás enviada a casa.
—Pero, ¿Cuál casa? —Cuestioné sintiendo un sabor muy amargo en mi garganta—. Jill, tomaron toda mi vida y me recluyeron en este lugar y además...
— ¿Acaso fue agradable estar aquí? —fue demasiado claro que lo que dije la molesto—. ¡Te vas! Aunque si dependiera de mí, no habrías salido viva de estas instalaciones.
Me quedé atónita ante su sincera confesión.
— ¿Por qué Jill? —me alcancé a reincorporar un poco para verla un poco mejor—. ¿Qué te hice yo? ¿Qué te hizo Elizabeth? ¿Por qué?
Se quedo en silencio mirándome a los ojos, se descruzó de brazos avanzando lento en mi dirección como un león dispuesto a atacar y vi las venas marcadas en sus sienes; palpitantes por la emoción que está procesando al tenerme frente a ella. O a Elizabeth...
No obstante, por ese momento, quería saber por qué razón era todo ese odio. Merecer una explicación, era lo mínimo que podía pedirle.
—Yo no te hice nada, Jill. —Al tenerla cara a cara, tragué duro bajando la mirada—. Hasta habría podido ser tu amiga...
—No solo eres idéntica a ella, sino que piensas igual... El mundo gira a tu alrededor y todos en el te tienen que servir, ¿No?
Su coraje reprimido mal interpretó mis palabras, sin embargo tampoco imagine que podía decir que no le causara molestia o el enojo que ahora me mostraba. Yo no era como Elizabeth, por eso, precisamente, intente tanto no comportarme nunca como ella; ser una persona diferente sin dejar de ser yo misma.
— ¿Quién te crees? —Soltó sin compasión cruzándose de brazos otra vez—. Tú no eres importante, Elizabeth lo fue —ante sus palabras, la volteé a mirar incrédula—, ¿De verdad crees que te hubiéramos dado tanta importancia solo por ser tu?
No tuvo respuesta de mi parte más que el silencio de la habitación que nos envolvía en la tensión que crecía.
— ¿Qué porque te odio? —Sujeto mi rostro entre sus manos y cruel me obligo a encararla, tragué duro por la cercanía, sin embargo, más que temer que me hiciera algo, expectante, esperé paciente ante su gesto cargado de conmoción por la memoria. —Porque te pareces infernalmente a ella y cada que te veo, la recuerdo... y Chris pensó lo mismo cuando te vio.
— ¿Qué? —cuestioné apenas en un hilo de voz.
—Te dije que Elizabeth fue la importante... Después de todo este tiempo, no me irás a decir que creíste que Chris estaba realmente enamorado de ti. —Intente esquivar el rostro, pero ella me detuvo para que la volviera a ver y pude ver en el fondo de su mirada, que estaba disfrutando hacerme esto—. Eleanor, si yo te odio tanto solo por parecerte a ella, ¿Por qué razón piensas que Chris se enamoró de ti?
Cuando la visión se me tornó borrosa por las lagrimas que habían escapado ante sus palabras, cerré los ojos sintiendo mis mejillas humedecerse, y pronto, el dedo de Jill secó mi mejilla derecha.
—Me recordaste a ella desde el primer momento en que te vi...
— ¡Detente, por favor! —le supliqué mirándola de nuevo.
—Y Chris pensó lo mismo.
Se marcho satisfecha con una amarga sonrisa sobre su rostro. ¿Podría ser verdad lo que me dijo? No había motivo para no serlo y ante todo lo vivido por compartir el mismo reflejo en el espejo, no tenía pruebas, pero tampoco dudas. Y me dejo ahí con la insidiosa espina clavada en el corazón; haciéndome recordar cada momento que compartí con Chris desde que había llegado a las instalaciones de la BSAA. No obstante, aunque no quería creerlo, la primera mirada que compartí con Chris no tenía el cariño de la última vez que se despidió antes de partir a su misión.
¿Era posible que fuera verdad?
Tortuosas, cada que intentaba bloquear esa idea y alejarla de mi mente, las palabras de Jill la mantenía dando vueltas por mi cabeza encontrando más momentos en los que tal vez Chris no me estaba viendo exactamente a mí.
No se iban, no me dejaban... Y aparecían una vez más martilleando en mi ya de por si lastimado corazón.
Durante todo ese tiempo, pensé que Jill se había estado conteniendo, sin embargo, ahora podía saber que solo estuvo esperando un momento que fuera idóneo.

ESTÁS LEYENDO
The reflection into mirror
FanfictionUn pasado tormentoso la obligo a escapar de las manos que solo la lastimaban, de los ojos que la criticaban y de las palabras que la castigaban. Y por algo que no tenia la culpa. -¡Yo no soy ella! ¡Yo no soy Elizabeth! ¡Yo no soy ella! -comencé a g...