INSANE

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Los chicos se retiraron dejándonos solos y las lágrimas no dejaban de bajar por mis mejillas. Su sonrisa que me aliviaba ahora era una cruz por lo que había hecho.

-mamá ¿Cómo está?; cuestiono levantando mi rostro con su mano

-bien, ella se quedó con Budgie; contesté con un hilo de voz;

- ¿Qué tienes Ell? estoy bien; miré sus ojos avellana

-es sólo que tenía miedo de que algo malo te hubiera pasado, tenía miedo de perderte; mi voz se perdió en el llanto y percibí como se reincorporó hasta quedar sobre las almohadas

-aquí estoy, no te dejaré; tomo mi rostro entre sus manos; te lo prometí ¿No?; asentí tratando de sonreír; ven

Me aproxime hasta estar más cerca y rodee su cuello con mis manos mientras la suyas me tomaban de la cintura, lento, se fue acercando hasta depositar un suave beso en mis labios, ansiosa, abrí los ojos esperando a que me continuara besando, pero sólo me miraba con sus ojos hermosos, luego, malicioso, rozo mis labios, haciéndome cerrar los ojos, sólo roces, suaves, adictivos, hasta que por fin tomo mi boca bajo su mandato y me hizo sentir y recordar su sabor. No me di cuenta cuanto tiempo paso, el aire de nuestros pulmones se terminó y nos separamos unos momentos antes de volver a lo que estábamos, sus manos aferradas a mi piel me hacían saber que no quería que me fuera y no quería irme. Herido, aunque sin dejar de ser hombre, sus manos subieron por dentro de mi blusa y acariciaron mis pequeños montes de mujer, un gemido escapo desde mi garganta y él lo tomó como aceptación, con fuerza, suave, intenso, invitándome a ponerme sobre su regazo, mis piernas quedaron a sus costados y sus manos me mostraron la desesperación que tuvo al no tenerme. Apretando mis muslos, poco a poco sentí a su amigo demostrando que él no se sentía mal.

-aquí no Piers; dije separándome de su rostro

- ¿Por qué no?; cuestionó algo molesto por la separación; anda Ell

-alguien podría entrar; aunque no era tanto por eso; además, Piers, estás herido o eso se supone; pero realmente quería estar con él

-entonces; se aproximó a mi cuello y mordió mi lóbulo; ponle cerrojo a la puerta

Sabía que era una locura, pero accedí ante sus deseos.

The reflection into mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora