YOU'RE PITIFUL

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Jill entendió a la perfección el porque le pedi que no le dijera nada a Chris sobre mi dada de alta y maliciosa sonrió porque era claro para ella, que ahora sabía la verdad y algo había hecho para darme cuenta de que Chris no me veía a mi como ella tampoco lo hacia, sino que venían a mi hermana.

Ahora que sabía la verdad, trataría que su Elizabeth de reemplazo no se le fuera de las manos.

Ni los besos que me daba, ni las caricias ni las noches que pasamos juntos; nada de eso importó. 

Aprovechando su nueva misión, me dieron de alta y en su ausencia, decidí irme lejos de ese lugar que ahora solo me traía dolorosos recuerdos. Había sido usada por los experimentos de la  BSAA, por el amor de Chris y el odio de Jill.

Me demostraron que nunca podría librarme del recuerdo que mi hermana había dejado por donde paso.

Cuando llegué a la que era mi casa, apenas al poner un pie dentro la memoria tortuosa de cuando irrumpieron en ella me azoto mientras me sentaba en el suelo de la sala. 

—Tengo a la perra. —dijo un soldado agarrando mi cabello mientras otro me amordazaba y ataba mis manos—. Pensábamos que te había tragado la tierra.

—Pues debió morir, porque no sabe lo que disfrutare hacerla sufrir por lo que hizo.

¿Qué hice mal? ¿Nacer? ¿Parecerme a ella? ¿Ser su hermana?

Al estar sola en el medio de esa casa, me di cuenta de que  era un fantasma. Y los que me lograban ver, era porque el recuerdo de ella.

The reflection into mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora