CRAZY IN LOVE

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Cuando el sol salió al día siguiente, logré escabullirme del fuerte agarre de su brazo en mi cintura. Por que si no lo hacía, no desayunaría hasta las tres de la tarde y ya empezaba a estar un poco hambrienta.

Aunque antes de di un baño de agua tibia en la tina. 

Sumergida, ante mis ojos cerrados se divisaba todo lo que era de mi vida hasta ahora y lo que había sido durante ese momento... Pero, ahora, solo reemplazaba cada una de esas imágenes con una de las bellas y cálidas sonrisas de Piers. 

Tenía una nueva casa, un nuevo corte de cabello, un trabajo, un maravilloso novio y de regalo hasta un perro. No había nada mas que pudiera pedir.

Tan cansado, ni cuenta se dio cuanto salí del baño, así que, dejándolo descansar un poco más, me dirigí hacia la cocina para prepararle un rico desayuno a él y al pequeño cuadrúpedo que ahora se anclaba a una de mis pantuflas con sus muy apenas diminutos colmillos.

—Buenos días. — su voz suave pero gruesa me hizo erizarme entre su cuerpo—. ¿Cómo amaneciste?

Sorprendida por no haberlo escuchado acercarse, por poco tiraba los platos en mis manos; sin embargo, con sus buenos reflejos los alcanzó a sujetar para dejarlos en la mesa.

—No tan feliz como tú. —dije haciendo hincapié al bulto que se empezaba a sentir en mi retaguardia—. Creo que alguien se levanto contento desde antes.

Su risa broto desde su pecho y me abrazo más fuerte. 

Estás mañanas, realmente me hacía sentir bien y olvidar esa pesadilla.

Luego de desayunar, recibió una llamada la cual atendió al ir al jardín seguido por el perro. No regresó muy contento; sus vacaciones habían llegado a su fin. 

Y ello significaba que me quedaría sola otra temporada.

The reflection into mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora