THE PARADISE LOST, THE LAST CHANCE

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Sometida a más no poder, lastimada sin piedad, examinada como un conejillo de indias, todo se perdió en mí. Lo que alguna vez tuve, lo que alguna vez amé. No más amor, no más piedad, no otra oportunidad. Sólo oscuridad, sólo dolor.

Creciendo en mí a la par que mi hijo, apoderándose de mis sentidos, dotándome de sorprendentes dones que no pedí. Incontrolable. Poderosa, capaz de crear la destrucción y el caos alrededor. Muto.

Todo estaba en llamas, todo era una bella imagen de un solo poco de su sufrimiento, a todo el que me hicieron sentir.

Piers me abandonó.

Jill no volvió.

Chris me olvidó.

Todos me dejaron en ese agujero, sin salida, pero había logrado lo que querían, ver el virus en su poder total, tomando el control del huésped, pues ahora lo veía y sólo veía detrás un destello de muerte y dolor.

Con mi hijo en vientre, con todo cayéndose a mi alrededor, no más control, no más Elizabeth, ella y su hermana Eleanor había muerto en los laboratorios de la BSAA.

¿Qué tanto dolor le puedes causar a una persona para quebrantarla?

Bueno pues ellos ahora sabían el límite de una.

Una bestia. Una muerte. El dolor en su mirada me hizo continuar.

Perdida, sola, con frío, con dolor y llanto en mi pecho. Me convertí en el dragón que aprisionaba a la damisela que había sido hasta ahora. Encerrada en un castillo de piedra, no saldría nunca más para permitir que alguien me pudiera herir de nuevo.

The reflection into mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora