CHANCE

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Pasaron dos días desde que Ada me había ayudado a escapar, a veces, divagando en sus recuerdos, me contaba lo que había vivido por culpa de su clon y la entendí con toda la perfección de las emociones que sentimos. No nos creyeron, nos lastimaron, nos dejaron a un lado como si nuestra identidad no valiera nada, como si solo fuera un traje que usas un día y ensucias sin tener la intención de querer lavarlo a futuro. Y los nombres que menciono, concordaron con los míos. Que pequeño es el mundo, pensé.

Leon nunca tuvo intenciones de ayudarme, solo quería vengarse de lo que mi hermana le hizo y comprendí lejanamente más o menos cuál era su plan. Mancharme frente a Jake y otra vez, no podía hacer nada para defenderme.

El silencio de nuestra habitación doble era embriagador, cada una en su cama, con las rodillas al pecho, llorando. Cansadas de correr. Debí suponerlo, si Elizabeth siendo mi hermana, mi sangre, no le importo dañarme de la manera en que lo seguía haciendo, ¿Cómo podía seguir creyendo que alguien me amaría? Solo mi hijo me quedaba, tenía que tomarlo en mis brazos e irme al fin del mundo con él y protegerlo.

-siempre quise una hermana; su sollozo impidió que siguiera hablando; no entiendo porque la tuya te hizo esto

Fue como si dos corazones rotos se encontraran por fin. Me levante de la cama y fui a la suya, la abrace sintiendo como rompía en llanto en mis brazos, un llanto estancado, de años atrás. Amargo y lleno de tristeza y sufrimiento. Dijo que no quería seguir siendo la mala de la historia, por lo menos en la mía no lo era, solo era otra víctima. Solo un peón más, en un juego macabro jugado por los demás.

The reflection into mirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora