Comencé a arrojar todo contra la pared, avente las almohadas al suelo o las estrellaba contra las paredes, estaba llorando, llorando mientras sacaba todo de mi alma, todo ese rencor que recibí, ese falso amor, toda esa tristeza que no debió ser para mí. Ni muerta me había dejado en paz.
Yo solo necesitaba alguien que me amara a mí, que me viera a mí, que siempre me perdonara, que fuera conmigo así fuera para atravesar el mismo infierno, junto a mí, que fuera su todo, que me sofocara con su amor y me protegiera con su odio. Que no permitiera que nada ni nadie me lastimara.
Agradecí al doctor Birkin por haberse llevado unos momentos a Adam, si me veía en este estado, no podría sonreírle y decirle que estaba bien, porque esta vez no podría.
El cuarto quedo hecho un desastre a oscuras y yo quedé en el suelo con las lágrimas empapando mis mejillas, jamás había sentido mis labios y barbilla temblar tanto por mi llanto, sentí mi cuerpo débil a mas no poder, no solo por las pruebas, esta vez, era cansancio emocional. Todo lo que no había salido hasta ahora, por fin había escapado en forma de sufrimiento y dolor.
La puerta se abrió y un haz de luz entro por el pasillo, su aroma entro en mis pulmones, sin embargo, no me tome la molestia de levantar la mirada y verlo regocijarse con mi dolor, cerró la puerta y el cuarto volvió a la oscuridad alumbrada por la luz de la luna que se colaba por la ventana.
- ¿Qué ha pasado?; pregunto exigiendo como siempre, pero no hice caso; te he hecho una pregunta; sus pasos marcando sus grandes zancadas se oyeron pesadas hacia mi
-déjame en paz; dije cuando se arrodillo frente a mi tomando mi rostro con su mano, pero me solté bruscamente y caí sobre mi pecho en el suelo; tú y todos pueden irse al inferno con ella; sus manos se posaron en mis hombros levantándome para que lo encarara
- ¿Qué paso?; rugió frente a mi cara y por fin me percate de que no traía lentes; dímelo; refuto con molestia
-si me hubieras dicho la verdad; empecé sintiendo como mi llanto retomaba fuerza y escapaba por mis mejillas; hasta te habría ayudado; una risa que no conocía salió de mi interior, era maniaca, profunda y llena de dolor; pero yo no te daré el hijo que querías de Elizabeth; baje la mirada percibiendo mi cuerpo temblar bajo el suyo
-no te entiendo; no quería mirarlo a los ojos y ver como tenía la poca vergüenza de mentirme en mi cara; ¿Cuál hijo?
-me lo dijo todo, por favor ya no te esfuerzos en mentirme; sujeto con cierta delicadeza mi barbilla y me hizo mirarlo, así que cerré los ojos para evitarlo
-yo nunca tuve intenciones de tener un hijo con tu hermana; quise verlo, pero no, no esta vez; Eleanor, mírame; de nuevo su rudeza y arrogancia; mírame; abrí los ojos encontrándome tan cerca de su rostro, su nariz rozo la mía sin querer; ¿Quién te dijo eso?; por un momento, mis lagrimas nublaron mi visión y pase mi pulgar para secarlas y con su mano libre tomo la mía
-Excella; él negó con la cabeza y me volvió a ver; ¿Por qué me dijo eso?
-es una larga historia, pero ella te hubiera dicho cualquier cosa...; el calor de su cuerpo me envolvió quitándome el frio que sentía; Eleanor, tu eres diferente a ella, eres más bella, más pura, eres mil veces mejor que ella en varios sentidos; me sentí toda porque estaba llorando como un niño pequeño haciendo puchero y respirando con dificultad
-entonces ¿Para qué me quieres realmente? ¿Qué es lo que quieres de mí?; me solté de sus manos y me levante y él me observo aun desde el suelo; si solo quieres el virus...; iba a decir que matara, pero no solo mi vida contaba y me pregunte ¿Qué tan cansada tengo que estar para que por primera vez hubiera tenido el pensamiento de no querer seguir viviendo?; no debiste traerme aquí, fue un maldito error ¡Yo no soy ella!
Se levanto observándome con tranquilidad y cruzo los brazos sobre su pecho, tome uno de los cuadros pequeños que descansaba en el buro y lo arroje contra la ventana.
- ¡Yo no soy ella! ¡Yo no soy Elizabeth! ¡Yo no soy ella!; comencé a gritar como loca dando vueltas a mi alrededor y me lleve las manos a la cabeza ¿Era yo quien daba vueltas o era la habitación?; ¡Yo no soy mi hermana! ¡Yo no soy Eleanor! ¡Yo no... yo no soy...
¿Ese era mi nombre? Mi nombre ¿Cuál era mi nombre? ¿Quién era yo? ¿Elizabeth o Eleanor?
Me tomo entre sus brazos sin darme escapatoria, su cara quedo a centímetros de la mía y pude ver una nueva emoción de Albert.
-yo sé quién eres y se de quien estoy enamorado; abrí los ojos como plato al oírlo; eres Eleanor, eres la gemela que nació luego de Elizabeth, lo sé; ¿Cómo sabia eso?; eres Eleanor Weis; tomo mis mejillas entre sus grandes manos enmarcando mi rostro; escúchame; lo mire fijamente sintiendo un mar de emociones dentro de mi cabeza y corazón; quiero que Eleanor este junto a mí, por favor, Eleanor, no su hermana, no Elizabeth, solo quiero a Eleanor
- ¿Yo? ¿A mí?; salió como susurro y no le creí; ¿Yo?; insistí y asintió con la cabeza
-yo también sé que es ser un experimento de probeta, estar a disposición de los demás y no poder salir de un laboratorio, soy un experimento Eleanor, igual que tú, por eso te quiero, porque solo tu comprendías mi dolor, entendías mi soledad y sufrimiento
- ¿Experimento?; asintió de nuevo con la melancolía en su mirada
-sí, los niños Wesker bajo el mando de Ozwell e. Spencer; lamí mis labios al sentir el sabor salado de mis lágrimas y él no perdió detalle de mi acción; la pregunta es ¿Te quedaras conmigo Eleanor?
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The reflection into mirror
FanfictionUn pasado tormentoso la obligo a escapar de las manos que solo la lastimaban, de los ojos que la criticaban y de las palabras que la castigaban. Y por algo que no tenia la culpa. -¡Yo no soy ella! ¡Yo no soy Elizabeth! ¡Yo no soy ella! -comencé a g...