Los días se volvieron pesados, no tenía ganas de quedarme en esa casa, cerca de él, su sufrimiento me torturaba, saber que yo era la causa de su dolor. Piers estaría listo para volver a casa dentro de poco, Jill queriendo mostrar su arrepentimiento, en vano, porque por lo menos yo, nunca podría perdonarla.
Tenía que hacer un gran esfuerzo para no romper en llanto cada vez que Piers me besaba, le había fallado. Y no sólo una vez.
Pero ahora, sólo quería que se recuperará para poder volver a nuestra casa y continuar con nuestras vidas, como si este mal episodio no hubiera pasado. Los días se volvieron semanas, Piers, estaba casi listo para poder abandonar el hospital, viviendo los tres juntos en esa casa.
Me lastimaba hacer el amor con Piers sabiendo que Chris se encontraba detrás de la puerta a metros de distancia en su habitación. Era demasiado, para que lo pudiera soportar, el hambre se había ido, sentir su mirada a la hora de la comida complicaba todo, el sueño decidió irse de mis noches, dejándome en velo. En una visita de revisión, esperando a que el doctor examinará a Piers, detrás de esa puerta, junto a mí, Chris aguardaba sentado con los codos sobre sus rodillas y sus manos entrecruzadas sosteniendo su barbilla.
Hasta que, me tomó de la mano llevándome lejos de todos a un lugar lejano y me pregunto sin dar tregua.
- ¿Qué pasaría si le dijera que hemos estado juntos?
Mis ojos se cristalizaron, él tenía el poder de hacerlo y yo no podría negarlo, si no lo decía por lo que paso ahora, Jill podía confirmar nuestra relación de hace cuatro años. ¿Me odiaría? ¿Me perdonaría? Piers estaría en todo su derecho para dejarme y olvidarse de mí.
-sería igual de cruel que decirte que nunca te ame
Sin habla, viéndonos frente a frente, capaces de hacer lo que fuera. Sin embargo, la presión, los secretos, el pasado, todo se puso en mi contra y me desmoronó.
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The reflection into mirror
FanfictionUn pasado tormentoso la obligo a escapar de las manos que solo la lastimaban, de los ojos que la criticaban y de las palabras que la castigaban. Y por algo que no tenia la culpa. -¡Yo no soy ella! ¡Yo no soy Elizabeth! ¡Yo no soy ella! -comencé a g...