Capitulo 7

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Lauren.

Al paso de una hora las hermanas de Zayn se marcharon. Lo mejor de todo es que me hice buena amiga de ellas, eran amables, pero Zayn las veía como lo peor, les decía que eran fastidiosas, hasta hubo un momento en donde armaron una pelea y empezaron a discutir en árabe, pero por la sonrisa que ellas tenían en su rostro, habían ganado la pelea.

— al fin se fueron—suspiro con alegría.

— ¿Te molestan?—pregunte entre risas.

— no, solo que quería pasar más tiempo contigo, asolas—se explico.

— Ya veo—reí.

— ven, te quiero mostrar algo, que solo las mujeres de esta familia conocen.

Salimos de la sala de estar y caminamos hasta una puerta... dorada. Con un mensaje grabado, no entendía nada, aquí el guía era Zayn. El abrió la puerta, me dejo pasar, entro él y me tomo de la mano, caminamos por un pasillo durante cuatro minutos más o menos, al salir del pasillo llegamos a un manantial donde el agua era tan clara que el fondo se podía apreciar perfectamente. Además que todo estaba perfectamente adorado con flores y había un pequeño tragaluz que le daba un tono tenue.

— es hermoso Zayn, es perfecto diría yo... creo que no encontraría otras palabras para describirlo...

— Después de todo mentir no fue tan malo –sonrió.

— ¿No podemos meter?—pregunte esperanzada.

— Si—contesto. Ay por dios si Dahara supiera donde estoy metida.

— lástima que no tengo traje de baño, creo que será otro día—dije un poco desanimada.

— No creo que eso sea un detalle importante ahora—comenta.

— no me veras en ropa interior sería vergonzoso –reí.

— no pensare mal ni haré algo que te ofenda, hasta ahora he demostrado que soy todo un caballero y que se tratar a una mujer tal como mi madre me enseño—comenta.

— está bien, pero date la vuelta y espera que yo te diga que mires—le ordene. En realidad no tenia pena. Solo era otras cosas que ni yo misma podría explicar.

— Está bien, como te sientas cómoda—rió.

Poco a poco quite mi ropa hasta que dar solo con mi brasear y tanga. Recogí mi cabello en un tomate y estaba lista. A Paso lento entre al pequeño manantial y mi piel se erizo, pues el agua estaba casi helada. Zayn se dio la vuelta y al verme quedo así como cuando yo lo vi en el establo.

— Malik, reacciona—le grite y chasque mis dedos.

— Si, oh yo...—quito su camisa y su jeans hasta quedar en bóxers.

Su cuerpo era como el de todo un dios griego, estaba tan bien trabajado, que sería el centro de atención en las playas e Miami. Mis ojos seguían todos sus movimientos. Cuando entro al manantial me trato de besar y lo evite.

— ¿Por qué te escapas?—pregunto con un tono de frustración.

— no lo sé. Creo que haré esto interesante—conteste pícaramente.

— qué ironía del destino no poder tocarte o besarte—ronroneo.

— Sí, sí que lo es—Me acerque a él. Con mis dejos acaricie la comisura de sus labios.

Jadilla

La boda seria en veinte días, me sentía emocionada, seria la esposa del príncipe árabe, un lujo que no todas se dan y pienso que solo ese lujo nos podemos dar solo las que pertenecemos a la realeza. Mi vava había organizado mi matrimonio años atrás, al principio no me agradaba la idea de tener que casarme con un desconocido, pero cuando vi a Zayn mi mente cambio, quede enamorada de él instantáneamente.

Se podría decir que la boda estaba lista, solo que tenía que prepararme un poco más para mi futuro esposo, Algo que no podía esperar para conocer seria el manantial real, se dice que la sorpresa de Zayn para un día después de la boda seria esa ya que esto solo era reservado para las parejas reales.

— Que afortunada eres jadilla—grito jazmín mi amiga.

— Si, no espero la hora para poder estar entre los brazos de Zayn—suspire.

— Sí, creo que eres la envidia del club de lectura—murmuro.

— De tantas mujeres llegue yo y atrape a Zayn—reí.

— Si ¿pero no crees que vas como muy rápido? Es decir, deberían darse algo más de tiempo para conocerse.

— Patrañas cariño, este es el mejor matrimonio que la ciudad vera. Conozco a Zayn desde niños... aunque lo deje de ver unos años así, pero no importa.

— ¿Segura?—indago.

— Claro, el príncipe Zayn y Jadilla la hija de poderoso político, además es una alianza buena para su reino—comente.

— Su tu lo dices...

Zayn

Creo que ya había encontrado a la mujer indicada, si en cosas de amor hay que sentir algo, pues yo lo estoy sintiendo, pero el rey y sus tradiciones se interpondrían, Lauren una mujer latina en estas tierras orientales, papá no la vería de muy buena manera.

— Debes tener tantos hombres detrás de ti—comente. Pues ese era mi respectivo pensamiento.

— no muchos pero siempre hay pretendientes—sonrió.

— Pero no se puede negar que yo soy el mejor de todos—me alague.

— No exageres—burlo ella.

— En una escala de uno a diez ¿cuánto me merezco ?—pregunte.

— Digamos que un siete —respondió.

— No creo que sea alguien mediocre—me acerque a su rostro con la intensión de besarle pero esta siempre lograba salirse con la suya.

— se te hará difícil—susurro.

— quiero probarlos de nuevo—pedí. Si ella seguía así a este paso me volvería loco

— No lo sé, creo que te dejare sin probarlos—se mordió el labio, haciendo que mi tentación por versarle fuese más grande.

— ¿Qué tengo que hacer?—acaricie su espalda y esta se estremeció soltando una pequeña risa.

El príncipe árabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora