Deje la casa de jadilla lo más rápido que pude, y me adentre en la parte un poco rural, todas las casa estaban cerradas, pero en una de ellas se encontraba una mujer con sus dos pequeñas criaturas. Lentamente me acerque, los pequeño huyeron hacia la parte de adentro, pero aquella mujer me miro con ojos de ternura.
— Por favor ayúdeme—suplique.
— claro, joven—titubeo un poco.
La joven me ayudo a entrar a la casa, me atendió y me dio de comer, había gente en el mundo con buen corazón y a mí me había tocado la suerte de encontrarme con una de ellas.
— Joven usted está bastante golpeado, curare sus heridas—dijo con un tono dulce, casi igual al de mamá.
— Es usted una buena mujer—murmure.
— gracias—sonrió—usted se me hace conocido—añadió.
— ¿Si?—indague, pues quien pensaría que el príncipe de arabia saudita estaba en esta condiciones.
— claro, pero hay algo que ahora me confunde, tal vez sea el calor de la ciudad...
La mujer con mucha delicadeza curo todas las heridas, y vendo parte en donde posiblemente podía tener huesos rotos. Nuevamente me dio de comer y me dio ropa. Era de madrugada, y me sentía un poco mejor, cuando amaneció le pedí prestada una navaja de afeitar, recorte mi barba y le dio forma, peine mi cabello y finalmente me podía reconocer. Mis ojos estaban algo rojos y tenían ojeras, todo era normal, pero nada se comparaba con lo que sentía ahora mismo.
Salí del baño y camine hasta la sala donde estaba la mujer dándole de comer a sus hijos, cuando me vio su boca casi llega al piso.
— Tu eres Zayn Malik, el príncipe —dijo asombrada.
— Si—sonreí.
— oh príncipe, perdona tener que recibirte en estas condiciones, no soy una mujer de mucho dinero—se excuso.
— tranquila, con solo el hecho de recibirme me encuentro muy agradecido, personas como tu son pocas, se que Alá te tendrá en cuenta por tu grata hospitalidad.
— no sabe cuánto me alegra tenerlo en mi casa ¿necesitas algo más?
— no gracias. Te tendré en cuenta, por lo que has hecho por mí, te mereces mucho más.
— no es necesario príncipe Zayn.
— claro que si—sonreí—ahora debo irme.
— Pero sus heridas, aun no sana—insistió.
— ellas sanaran, después de todo recibieron un excelente cuidado.
Le pedí un agal a la mujer, la cual con gusto me lo regalo junto con una túnica, era hora de arreglar algunas cosas. La venganza es un plato que se sirve frio.
Lauren
Fui por Doniya y Trisha al hotel en mi viejo auto, cuando llegue estas me recibieron de muy buena manera. Ellas no tenían la culpa de lo que había pasado. Subieron su poco equipaje, las ayude a instalarse en la pequeña casa, que de seguro les parecería incomoda, pues estar acostumbradas a vivir en un palacio y luego llegar a algo parecido a una pajarera, no era lo mejor.
— Lauren en realidad estoy muy preocupada por Zayn—dijo Trisha.
— Aunque me cueste admitirlo también yo—confesé.
— Lauren se que tu lo amas, al igual que el a ti, es algo que se nota—dijo Doniya.
— Pero él me mintió—respondí.
— Lauren, todos somos humanos, y te mintió porque sabía que si te decía eso tú lo rechazarías—agrego Trisha.
— hubiese sido mejor que no me mintiera, me lastimo—trate de ocultar mis lagrimas pero fue imposible.
— lo vez, esas lagrimas son de amor Lauren un amor verdadero—murmuro Doniya.
— además que este donde este de seguro el te está pensando—animo Trisha.
Suspire y las mire, brindando una sonrisa nerviosa, si amaba a Zayn y aparte de ese dolor aún no superaba el hecho de que había estado esperando un hijo de él.
Zayn
Tome un taxi, el hombre muy amable me saludo. Mientras que mantenía la vista fija en su camino y de vez en cuando echaba una mirada por el espejo frontal.
— Buenos días joven—saludo el hombre.
— buenos días—conteste.
— ¿Dónde quiere ir?—pregunto.
— A la mansión cercana de las ruinas, la de estilo hotel.
— donde el hijo del político, Mohamed.
— así es, es ahí donde quiero ir.
— se dice que tuvo un pleito con el príncipe—comento.
— ¿Si? me podría decir más—pedí.
— la gente rumorea que es por una mujer latina, otros dicen que el hijo del político lo hizo por fastidiar la vida del príncipe.
— ¿Y qué paso?—pregunte tratando de obtener toda la versión.
— pues todo esto llevo a hasta donde Abdul, toda la gente dice que fue una alianza entre Abdul y Mohamed, Abdul quería casar a su hija con el príncipe y obtener la fortuna de los Malik, mientras que Mohamed se quería quedar con la chica latina, o algo así.
— ¿y qué se sabe del príncipe?
— unos dicen que el príncipe y la chica latina se perdieron en el desierto, otro dicen que el príncipe murió, así como también otros comentan que amos se fueron a América.
— Hay muchas teorías—murmure.
— si, la cuales pueden ser falsas, yo personalmente estoy del lado del príncipe, pues pienso que la mujer que escojas es la que en verdad ames, y según cuenta la gente él no ama a Jadilla hija de Abdul— el hombre soltó una carcajada y negó un par de veces con su cabeza.
— buena reflexión.
— se lo digo por experiencia propia príncipe Zayn—afirmo.
— Te equivocas de persona, no soy el príncipe—negué.
— no claro que no, solamente los Malik tienen los ojos así, solo ellos tienen esa curva autentica en sus parpados, ante el ojo común e ignorante tú eres uno más, pero ante el ojo experto eres un Malik, el mayor: Zayn.
— eres bastante observador.
— sigue a tu corazón joven Zayn, síguelo.
— gracias.
— te lo dice alguien que paso por los mismo, en esta vida se trata de apostar, pues es incierta.
El hombre me dejo en frente de la casa de Mohamed. Me arme de valentía y toque la puerta, era ahora o nunca. La puerta se abrió dejando ver a uno de los guardaespaldas, de tan detestado hombre para mí.
— ¿Que buscas?—pregunto.
— busco a Mohamed—conteste.
— ¿Y quién eres para verlo?—cuestiono.
— Soy un enviado del rey Yasser, vine a traer obsequios—explique.
— primero debo informar.
— como gustes.
El hombre fue a dar la información, mientras que yo calculaba todo fríamente, era hora de poner las cartas sobre la mesa y apostar. El guardaespaldas regreso con el pasar de diez minutos y me llevo hasta la parte de atrás, donde con un par de mujeres se encontraba Mohamed, mientras que regocijaba.
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El príncipe árabe
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