Lauren
Me vestí y acomode mi ropa, era tarde, todas tendrían que estar en el hotel de un lado para el otro, en especial Dahara, quien no descansaría hasta encontrarme. Mire a Zayn fijamente a los ojos. Ay por Dios... no quería irme, pues yo solo quería saltarle encima y cogerlo a besos, eso era lo que me provocaba en ese instante, pero debía mantener mi compostura.
— Zayn me tengo que ir, es tarde—comuniqué
— aun no es de noche—contesto
— Pero es un poco tarde, y no avise que demoraría—insistí
— Bueno, como te parezca mejor, te llevo al hotel—se ofreció y extendió su mano derecha, la tome y estaba tan suave.
— Gracias —dije y bese su mejilla.
Caminamos por el largo pasillo hasta salir, y corriendo por todas las salas del gran palacio llegamos hasta un estacionamiento. Que yo podría jurar que había autos de toda clase. El me dio un leve tirón y caminamos hasta una Toyota burbuja1 roja. Abrió la puerta del copiloto y me hizo entrar, dio la vuelta y subió. Encendiendo la camioneta y dando reversa llegamos hasta un gran portón, que un hombre de casi dos metros abrió, para que luego Zayn acelerara a fondo.
Quién diría... Lauren la latina de acento chistoso, que chicas la molestaban en el colegio, ahora mismo estaba en un lujoso auto junto a un príncipe árabe, del que posiblemente estaba enamorada y al parecer bastante.
— Pensé que tenias alguien que hiciera esto por ti—burle interrumpiendo el silencio que había.
— Desde que estaba en el hare, siempre he sido una persona bastante independiente aunque sea el príncipe—dijo de manera bastante seria.
— Bien, veo que no eres un niño mimado como pensé... o como algunas me dijeron—comente un poco apenada.
— ¿Tengo tan mala reputación?—pregunto.
— algo así...
— ¿Qué te han dicho?—interrogo, soltó una leve risita y negó con la cabeza.
— pues de que eres un hombre arrogante, amargado, que todas mueren y viven por ti. No miras a ninguna, no se sabe si has tenido una novia, cosas así, otras dicen que eres el rebelde de la familia—conté.
— Pues... es una información falacia... a decir verdad soy un hombre humilde, un caballero que no tiene memoria. Suelo hablar muy poco, soy reservado, quizás por eso serán las especulaciones acerca de mi temperamento—corrige— y me da el derecho a decir que te he demostrado todo lo contrario ¿o no es así?—dice.
— algo así, príncipe árabe—rio, pero era totalmente cierto.
El auto se detuvo frente al hotel, para ser sincera no quería bajarme... no quería dejar ir a Zayn, pero todo lo bueno tiene que terminar ¿y por qué no repetir? En fin.
— Seria todo un caballero, pero le dirán a mi padre que ando con una mujer occidental—admitió.
— Tranquilo, no hay problema—alce mis hombros y abrí la puerta.
— ¿Te volveré a ver?—pregunto.
— Supongo que sí.
— ¿En las ruinas?—indago.
— Perfecto—asentí.
El aire tenue se apodero del auto, haciendo que se tornara algo cálido. Mis ojos perdidos entre la mirada asechadora de Zayn se vieron obligados a desviarse, pero en ese momento, aquel hombre árabe tomo mi rostro dándome un tierno beso. Me separe un poco y sonreí, pero tenía que hacerme desear. Esta vez me acerque yo y le di un pequeño beso, me separe rápidamente y lo deje indignado.
— No es justo—chillo este e hizo un mohín con su nariz.
— es solo por hoy—reí.
— Soy un hombre que no aguanta más, pues me he postrado ante la tentación latina—susurro.
— las cosas buenas se hacen esperar—reí, y el alzo sus cejas y me miro pícaramente.
— Entonces la espera valdrá si ha de ser un gran premio—río.
— Algo así—me baje de carro le sonreí y moví mis caderas para que su tentación fuera más aun grande.
Zayn
La seguí con la mirada hasta que se perdió en la entrada del hotel. Una mujer latina verdaderamente hermosa. Cerré la puerta del auto y tome rumbo hacia el palacio. Durante todo el camino lo único que pensé fue Lauren. ¿Cómo había llegado una extrajera y se había impregnado en mi con solo unos pocos días? Creo que jamás le daría una respuesta concreta a eso, y lo tomaría como una apología2.
Llegue hasta la parte trasera del palacio, donde espere que uno de los guardias abriera la puerta, al entrar y estacionar el auto, en toda la puerta que conduce al pasillo central del palacio se encontraba la mujer que me había dado la vida, ella tenía una sonrisa en el rostro, como si supiera que había hecho. Me baje del auto y camine hacia donde estaba ella, dándole un beso en la frente y un delicado abrazo le salude. Le tenía respeto y admiración, pues gracias a sus enseñanzas me había forjado como un buen hombre.
— ¿Zayn cariño dónde estabas?—pregunto mama mientras caminábamos hacia la parte de adentro.
— Salí a meditar un poco—conteste un tanto nervioso.
— ¿meditar? no me mientas Zayn soy tu madre—acuso, sabía perfectamente lo que pasaba.
— Está bien madre, salí en el auto, quería despejar mi mente un poco—le insistí, pero ella no creía. Finalmente entramos a mi habitación, asegure la puerta y me tendí en la cama, mientras que ella estaba de pie en frente de mi, esperando respuestas.
— ¿Quién era la joven con la que estabas aquí?—inquirió, y aquí vendría el interrogatorio.
— ¿Cual joven?—me hice el desentendido. Pues mi intención era persuadirla.
— la morena ojos grises, tiene el cabello negro, es alta y tiene un acento diferente, es eufórica y su tono de voz es bastante alto—le describió. Tenía razón en todo.
— Doniya—dije entre dientes.
— no fue Doniya, yo la vi Zayn, yo misma la vi—afirmo.
— Ella es una amiga—conté sin más referencias.
— ok tenemos tiempo, tu padre está con viejos amigos, y tus hermanas de compras.
— Si mamá—me resigne, pero me haría bien hablar con ella— Bueno mama ella es Lauren, la latina—conté.
— Interesante—rio.
— Ella es mi amiga, la conocí en la competencia de baile—proseguí mientras jugaba con mis manos.
— y...
— Es una buena mujer, respeta mucho la cultura y además es decente y bueno es una buena chica con grandes aspiraciones—complete.
— y...
— ¿por qué dices "y"?—pregunte un poco desesperado.
— Porque soy tu madre y sé que esa chica latina te trae loco. Se ha robado tu corazón—acuso.
1camioneta
2 una pregunta sin respuesta
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El príncipe árabe
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