Capitulo 17

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La típica magia se hizo presente, un beso tras otro, una caricia tras otra, la manos de el simplemente eran mágicas y me hacía sentir única, no había temor alguno, solo amor y pasión. Solo dos cuerpos llenando un vacio.

Recorriendo de mi cuello hasta mi abdomen dejo un camino de besos marcados. Sus labios estaban tibios y eran suaves. Se acoplaban a la perfección con mi piel. Necesitaba sentirme amada y eso era lo que estaba haciendo el. Sus caricias se hacían más intensas, su besos más profundos, se recostó delicadamente sobre mi apoyando su peso en su codos, me miro fijamente, y tras el silencio de unos cuantos segundo me dio un beso que yo profundice. En un abrir y cerrar de ojos mi espalda se arqueo y mi cuerpo se vio lleno por una presión en la parte baja, que se hacía paso entre mis pliegues húmedos, y sin pensarlo dos veces me aferre con todas mis fuerzas a su espalda ceñida. Uno que otro rasguño deje.

El dolor y ardor fue remplazado por un placer, no muy fuerte pero lo podía sentir. El acelero su ritmo haciendo que nuestros cuerpos chocaran y se movieran en un solo compas, su pecho aplastaba mi senos haciéndolo que se restregaran contra él. Mis piernas afianzaron su agarre en las caderas de él, y mis nalgas se apretaron aun más, de cambio su ritmo a uno más rápido, de mi boca se escapaban gemidos, mi cuerpo me traicionaba y empezaba a temblar.

Una ola de placer se apodero de mi obligándome a mover, y a darle un beso agresivo a Zayn, no me podía reconocer a mi mima. Un deseo carnal se apodero de mí. El dio una última embestida la cual hizo que soltara un gemido cargado, de puro placer, este había sido el mejor momento de toda mi vida, un buen orgasmo.

Todo acabo quede entre las sabanas de la cama de Zayn mientras estaba recostada en su pecho, medite por unos minutos y cuando quise abrir mi boca para hablar, note que su respiración era pesada. El se había quedado dormido.

Desperté y un poco atontada empecé a buscar a Zayn en la cama, el no estaba y en su lugar había dejado una almohada, la cual yo tenía abrazada creyendo que era él. Tome de nuevo mi ropa, me vestí e hice un moño alto en mi cabello. Después de estar unos minutos mirando hacia un punto muerto, la puerta rechinos, y se asomo Zayn quien tenía una bandeja de comida en sus manos.

— Se ha despertado la mujer del eterno sueño— rió, dejo la bandeja en una pequeña mesa y se sentó a mi lado.

— Oh no, tú te dormiste primero, así que el dormilón eres tú— me defendí.

— Pero he despertado primero— se regocijo.

— buen punto Malik.

— Debes tener hambre—dijo.

— un poco— conteste.

Me acomode en la cama e hice un gesto de molestia pues mi partes aun se encontraban sensibles. Además que las piernas me temblaban, me sentía cansada. Como si hubiera escalado un cerro.

— ¿Qué sucede?-pregunto con una sonrisa en su rostro. El sabía perfectamente yo lo que yo sentía

— estoy... un poco.... sensible, es todo— conteste.

— Mmm Uao — soltó una pequeña risita.

— si Uao, estoy sensible, de muchas cosas— reí.

— Sí, me pregunto que será— acaricio su barbilla y luego enarco sus cejas.

— Pues, todo fue por causa de alguien— acuse.

— y estas satisfecha porque....

— Porque fue la mejor sensación de mi vida—complete.

Pase lo que quedaba del día junto con Zayn, después de estar un rato jugando y hablando sobre cosas sin interés alguno la noche se hizo presente. Zayn trato a toda costa de que no me encontrara con sus hermanas pues sabía que haría muchas preguntas.

Salimos por la parte de atrás del palacio, subimos a una camioneta roja. El trayecto hasta el hotel fue en silencio pero no incomodo. Me despedí de él y este se marcho, camine por todos los corredores hasta que llegue a mi habitación. Cambie la ropa por mi pijama, me acurruque bien, y quede dormida.

Zayn

Con lo que había pasado, comprobé que era verdaderamente amor, el solo hecho de contemplarla con aquella inocencia que ella tenía en su mirada, era lo mejor, el acariciar su cuerpo y recorrerlo por completo, me había hecho sentir satisfecho. Sabía que me había encariñado con ella demasiado rápido, pero estaba dispuesto a desafiarlo todo, por volver a tenerla entre mis brazos, aquella latina que mi corazón con ella se había llevado.

Estacione el auto en la parte de atrás, y en toda la entrada estaba Safa mi hermana menor, ella tenía una sonrisa juguetona en el rostro, mientras que seguía todos mis movimientos con sus grandes ojos.

— Safa...

— ¿adivina quién te busca? — dijo con un tono burlón.

— ay no— rodé mis ojos. ¿Por qué a mí?

— ay si—se carcajeo ella.

— Safa, dile que no estoy, dile que amm, que estoy ocupado o algo, tengo varios riyales aquí en mi cartera, te daré lo que quieras, te puedo comprar el leopardo que tanto querías—dije rápidamente.

— yo le dije que habías salido con unos amigos, de todos modos te quitare mas riyales, me debes unas cuantas, y ya no quiero un leopardo, quiero un puma— confeso.

— ¿y? — pregunte angustiado ignorando su comentario de dinero.

— ella dijo que te esperaría— contesto.

— Ayúdame, te doy lo que me pidas, te doy el puma, pero por favor ayúdame— le suplique.

En el fondo se escucho esa voz, era ella, era Jadilla. De seguro me estaba buscando en cada rincón del palacio.

— Creo que me tengo que ir— dijo Safa riendo.

— Safa, por favor— pedí.

— no Zayn, ya ella te vio es algo inevitable— estallo en risas.

— Esto no fue una ayuda, así que no esperes ese puma— resople.

— hice lo que pude no te quejes— grito.

— gracias...

— de nada hermanito— respondió.

Entre a la sala y ahí se encontraba ella, estaba sentada con su típica posición de mujer decente, un día de esto se ganaría un dolor muscular, además tenía una sonrisa tétrica en su rostro.

— Zayn— dijo, se puso de pie y camino hacia mí.

— hola Jadilla ¿como estas? — salude amablemente.

— bien, ansiosa, dentro de poco— grito.

— si...

— ¿no te emociona? — pregunto un poco triste.

— claro que si me emociona Jadilla, soy un hombre tan feliz, creo que soy envidia—dije con un tono sarcástico pero ella no lo noto.

— oh, sabes ahora puedes decirme cariño, o lirio de los valles como mi vava suele llamarme, jadilla suena un poco seco.

— prefiero Jadilla es un bello nombre—asegure.

— ¿sí?

— sí, de verdad, es lindo, y te queda a la perfección.

— ay Zayn, soy la envidia de todas, así como tu... creo que somos el uno para el otro.

— créeme que yo también—esboce una pequeña sonrisa.

— Zayn no sabes cuánto te quiero.

— amm si...

— me reconforta el hecho de que solo seas mío, futuro esposo.



El príncipe árabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora