Capítulo 3: Enero 6

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Un par de ojos verdes brillaron de felicidad a través de la oscuridad que empezaba a cernirse con los últimos rayos solares. Había tanta nostalgia y había un cierto aire familiar en aquellos campos verdes que se extendían delante de aquel pequeño animal —no pensé que extrañaría esta parte de mi vida—sus ojos recorrieron sus alrededores al mismo tiempo que sus sentidos se activaban ante tales aromas que solo la naturaleza podía ofrecerle —aunque es algo diferente a lo que recuerdo—añadió un poco desconcertado.

—Tal vez nos equivocamos...

—Está bien, Principito— dijo Zorro —Este lugar se parece a mi antiguo hogar—volvió a sonreír mientras observaba el paisaje frente a él. Tanto para el joven de cabellos rubios como para su amigo peludo, tal paisaje traía recuerdos de su estancia en el planeta Tierra.

—Recuerdo que —comento Zorro observando el horizonte con melancolía —los amaneceres eran los más hermosos.

— ¿Y los atardeceres?

Su fiel amigo negó con la cabeza —no eran hermosos —Principito lo miro con extrañeza —eran espectaculares — Ambos amigos sonrieron —es una pena que estén esas construcciones.

El rubio se giró y observo que a lo lejos se extendían grandes edificios, algún que otro Rascacielos sobresalían por sobre estos, lo que todos tenían en común era que lucían tan imponentes y tan rígidos, pero debido a su ubicación, ocultaban la puesta del sol. Entre los grandes edificios se pudo observar algo—mmh.

— ¿Qué sucede, Principito?

— ¿Por qué esta...

—Oh— menciono sorprendido al ver que un poco lejos de la gran ciudad se encontraba una pequeña construcción moderna de color negro y blanco de unos dos pisos, con un amplio patio de césped y una cerca alrededor de este, y resaltaba por su gran iluminación. A pesar de la distancia se podía escuchar la música que provenía de este —parece que es una fiesta.

— ¿Fiesta?

—Bueno —comenzó a explicar Zorro —Aquí de seguro celebran muchas cosas...no debe ser muy diferente a lo que hacían los cazadores —Observó confundido a su amigo —estas pálido, Principito.

—Parece que no somos los únicos en llegar aquí.

Zorro agudizo su vista y luego comento con algo de temor —La Cobra estuvo aquí ¿no es así?

Los inseparables amigos comenzaron a correr, era cierto que se encontraban cansados del largo viaje que hicieron para llegar hasta aquí sin embargo, aquello que vieron les pareció más importante que cualquier otra cosa.

Ya a unos pasos de aquel local se detuvieron y Zorro aprovecho en decir —Eso era una idea negra saliendo de una de esas ventanas ¿no?

Principito asintió para luego saltar sobre la cerca mientras que zorro logro pasar por una abertura de esta. El muchacho de cabellos rubios y su fiel amigo corrieron pero ambos tuvieron que detenerse ,un gran árbol se encontraba frente a ellos ,Principito escalo sobre este —yo no voy a poder entrar— Principito volvió a asentir comprendiendo lo que su amigo le decía —ten cuidado ,Principito— añadió Zorro preocupado, tenía la sensación que algo grave sucedía. Sus orejas se pararon de par cuando escucharon que alguien se acercaba, como su instinto le pedía, decidió esconderse en la sombra del árbol.

—La rama no es lo suficientemente larga como para alcanzar la ventana— Informo Principito al bajar del gran árbol— observo curioso a su amigo— ¿Te encuentras bien?.

—Creo que alguien me tomo una foto— dijo Zorro parpadeando— ¿Lograste ver algo?

—No mucho.

— ¡¿Podría alguien ayudarme?! —grito una chica desesperada.

Principito se giró y buscó con la mirada a la chica ayudaba a otra a caminar. De un momento a otro la música pareció disminuir y el tiempo pareció correr lento al observar cómo una chica pelirroja y de vestido cían, manchado por algo que desconocía, caminaba con débiles pasos.

—Solo ve, Principito— pidió Zorro quien se aferraba al árbol, para que no lo vean.

—Regresare en cuanto pueda.

Se dirigió a ellas pero ya en su alrededor se encontraban curiosos y otras más personas, quienes le impedían el paso hacia ellas.

—Estoy bien no se preocupen...solo déjenme descansar—dijo la pelirroja que no hizo más que preocupar a todos.

Unas luces rojas y azules alumbraron al grupo, acompañada de una sirena estruendosa. Dos personas de blanco se hicieron paso y recogieron en una camilla blanca a la muchacha pelirroja. Quien no hizo más que resistirse a ello pero que finalmente aceptó, las dos personas de blanco cargaron la camilla con ella y la llevaron dentro de un carro blanco con una cruz roja en el centro de este.

Más tarde, otras dos personas de uniforme verde oscuro se hicieron presentes en la escena ,haciendo preguntas y anotando las respuestas, Principito se encontraba confundido y más fue cuando vio que a una niña, que también no podía caminar bien, la llevaban en una camilla similar a la de antes.

Los policías en un momento dado se acercaron a él, aprovechó aquel momento para preguntar — ¿Qué es lo que sucedió? —normalmente se presentaría pero ahora mismo necesitaba respuestas.

—Es justo por eso que estamos aquí...queremos ayudar —Respondió el más robusto —primero comenzaremos con las preguntas ¿te parece?.

— ¿Qué es lo que sucedió? —volvió a preguntar el rubio, insatisfecho de la respuesta anterior.

El segundo policía, quien era delgado, con algo de acné y parecía ser un inexperto en su trabajo, quiso decir algo pero el primer oficial lo detuvo alzando una mano.

—Tú no eres de aquí ¿o sí?.

—No, señor—El robusto policía lo examino. Principito quiso decir algo pero el policía se le adelanto.

—Siento que te conozco— luego pareció reflexionar un momento y preguntó —Lo que llevas puesto, no es un disfraz ¿o sí? —El rubio lo observo confundido, quiso de nuevo decir algo pero el oficial se le adelanto— ven, demos una caminata.

—Pero, Yefri—Pidió el novato policía.

—Yo me encargo, no te preocupes...tu sigue preguntando.

Cuando caminaron algo lejos de la conmoción, Principito volvió a preguntar — ¿Qué es lo que sucedió?

—Tal como lo pensé...eres Principito ¿no es así? —El aludido asintió extrañado— y lo que pasa aquí... no es algo que debas preocuparte... ve con tu Rusa y tu Zurru.

Principito se río y luego preguntó —¿Cómo es que me conoce?.

—Mi pequeña hija me contó de ustedes, es algo así como tu fan — Río al recordar algo— aunque no sabe pronunciar muy bien.

—Debe ser una pequeña afortunada de tenerlo —Dijo Principito con una sonrisa pero, borro su sonrisa comentando extrañado —Pero yo vi —dijo volviendo a retornar el tema de antes, en cambio el oficial lo interrumpió.


—Ese ya es mi asunto, no tienes que preocuparte —Le dio unas cuantas palmadas en el hombro, como lo hace un padre a un hijo por un logro, y luego giro ligeramente la cabeza, lo suficiente para ver que distante a ellos el policía novato, los miraba con cierta desconfianza y recelo —es peligroso que sigas aquí.

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora