Capítulo 32: Mejor Amigo

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El tiempo pareció congelarse y por un momento se perdió en la mirada de esa pequeña iris, los sonidos de afuera ya no importaban solo aquella pequeña iris que lo observaba fijamente con aire amenazante ¿La Cobra podrá verme desde aquel ojo? pensó aterrado Principito. De ser otra situación habría sacado su espada y finalmente desaparecer de su vista aquella aterradora mirada con un rápido movimiento, pero era de Azeri quien se trataba. La pigmentación amarillenta que amenazaba con cubrir el llamativo color verdoso de su ojo derecho, mostraba que no le quedaba demasiado tiempo para ser uno de ellos. La situación en la que se encontraba tampoco ayudaba ya que su mano y su brazo empezaron a fundirse en la masa de aguas negras.

El muchacho de cabellos rubios se sobresaltó cuando algo lo punzó por detrás, aquella abrupta sorpresa fue suficiente para devolverlo a la realidad, al voltearse y ver que solo se trataba del bastón del Rey lo agarró con fuerza y volvió a observar a Azeri —Ya sé lo que estás pensando... vas a intentar convencerme de todas formas— aquella voz ya no parecía al de Azeri pero tampoco parecía tratarse de aquellos alaridos tan comunes en las ideas negras era más bien una mezcla cacofónica de ambas— Esto no me detendrá ¿lo sabes?... ya eh vivido con esto durante mucho tiempo pero no creo que pueda salir sin al menos perder un brazo o una pierna— río nerviosamente— o tal vez ambos.

Principito sonrió y se sintió muy alegre de observar aquella confianza y orgullo tan conocidos para él que no fueron opacados por el antifaz de aquel aspecto y el tono de voz propios de las ideas negras. Azeri aún seguía allí más vivo que nunca—O también puede que no pierdas ninguno.

Río Azeri —Bien entonces apostaremos.

Aquella amena charla desactivo las alarmas de alerta y miedo del Rey, quien ahora no dudo en ofrecer su largo bastón a ambos jóvenes. Cuando ellos se sostuvieron de aquel bastón dorado ocurrió algo predecible, su fuerza y el peso de ambos muchachos era un desequilibrio bastante notorio.

—Debemos pensar en algo rápido— comentó Azeri — ¿Qué puede ser lo más elástico y al mismo tiempo tener la fuerza suficiente para cargarnos?

—Lo tengo— dijo Principito. El ambiente era el adecuado, lo bastante positivo y optimista, que no fue difícil llamar a su querida amiga la idea Azul. Esta sujeto de inmediato al Rey y se agarró de un alumbrado o poste cercano. El Rey puso toda su energía en sacarlos de aquel rio de ideas negras. Era claro que aun con la ayuda de la idea azul no iba a ser tan sencillo, fueron minutos estresantes entre tira y jala hasta que al fin habían logrado su objetivo.

—Por todos los reyes, pensé por un momento que no los podría sacar de allí nunca y— El Rey podría haber seguido hablando pero el grito de Azeri lo interrumpió.

—Esto ya lo veía venir después de todo... pero no cuanto dolería— dijo Azeri para luego seguir emitiendo alaridos de dolor.

—La idea Azul y yo no hubiéramos podido con tanto peso... y eso que soy un Rey bastante fuerte.

—Algunas ideas negras nos retuvieron en los últimos segundos estoy seguro que probablemente fue la razón por la que fue tan difícil sacarnos de allí, parecía como si estuviéramos atascados en lodo— propuso Principito mientras se levantaba del suelo y se dirigía al pequeño grupo reunido entorno a Azeri.

—O tal vez aliviane el peso de ambos— dijo Azeri. Él permanecía extendido en el suelo, sin poderse mover, temblando pero no de frio sino de miedo, mientras un fluido negro que provenía de sus extremidades fantasma recorría el suelo.

—¿Hay alguna manera...

—Ojalá la hubiera...— interrumpió Azeri sabiendo perfectamente la pregunta— no tengo idea si hay algún método de regeneración... o alguna solución para sacarme esta cosa que está dentro de mí.

—¿Qué es lo que haremos ahora?—Dijo el Rey preocupado

—¿La Cobra sabe algo de esto?—Pregunto Principito a Azeri. La idea de que la Cobra hubiera sabido todos sus movimientos y hubieran sido atacados podría ahora responderse ¿pero por qué ocultar aquel particular secreto, si habían llegado tan lejos hasta aquí? Una pequeña pizca de desconfianza surgió en Principito y comenzaba a inquietarle.

—"La Cobra" creo que sé a quién te refieres—Respondió Azeri mientras reflexionaba— tampoco pienso decirle o informarle algo... aunque me aterra pensar que volverá por mí en cualquier momento... solo de pensarlo me hace temblar—Principito se agacho y observo más de cerca aquellas pequeñas nubes de negro que aparentaban formar el brazo y la pierna, pero que cuando acercaba la mano desaparecían— Solo hay una cosa que puedo hacer... y es decirte todo lo que sé—añadió Azeri con completa seguridad. Era cierto que las palabras podían ser fácilmente disfrazadas pero había otras señales más corporales que difícilmente podían mentir, Azeri seguía sintiendo terror en tan solo pensar en la Cobra.

—Gracias Azeri—agradeció Principito, quien finalmente decidió confiar en él.

—Es lo menos que puedo hacer para que salves a todos aquí...

—No Azeri... tú serás el héroe de esta historia.

Azeri lo miró con sorpresa, abrió la boca para decir algo pero inmediatamente la cerró porque en realidad no había nada más que decir, no hay nada mejor que expresar sino es con los genuinos sentimientos que escapan de los ojos y se funden en una combinación de pequeñas gotas de sales.

"Si bien la primera vez te miré como un enemigo ahora puedo verte como en realidad eres un amigo...

Mi mejor amigo, Azeri"

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora