Capítulo 21: Cuadro

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—En este cuadro estuvo trabajando por lo menos 4 días— dijo Azeri mostrando el cuadro incompleto —aunque está claro que no pudo terminarlo... yo apostaría a que hubiera sido una pintura genial— Luego se irguió buscando algo con la mirada — y en aquel cuadro—señalo el cuadro del fondo— En ese pinto un retrato de su novia— explicó —no me acuerdo cuanto tiempo se tardó pero se veía feliz.

Azeri se presentó en la mañana y como no encontró a Dean, pensó que sería buena idea hablar de él con Principito y claro, hablar acerca de las pinturas de aquel cuarto frío y sin colores. Sin embargo, aquellos ojos azules no estaban fijos en lo que Azeri señalaba o decía, sino que prestaban toda su atención en el pincel que permanecía incrustado. Cuando Azeri se percató de ello, se acercó al muchacho y explicó por qué lo del pincel.

—Supongo que se sintió frustrado... pero eso suele sucederle a las grandes mentes maestras— dijo haciendo un gesto con sus brazos— es maravilloso como estas pinturas salen de su cabeza, ojalá lo hubieras visto... cuando se le ocurre una idea no hay nadie que le haga cambiar de opinión—Azeri siempre parecía sonreír cuando recordaba lo cuan orgulloso de Dean— Me hace muy feliz ser su amigo... apuesto que si lo hubieras conocido le hubieras caído bastante bien— de repente se había mantenido en silencio y a los pocos segundos añadió— hoy habrá una exhibición de una de sus recientes pinturas, aunque me siento confundido, no lo vi hoy y tampoco ayer.

—Azeri...

Dean es tu identidad desde este momento... lo necesitarás porqué en este mundo... lo nuevo atemoriza y el miedo hace que quieran eliminar aquello a toda costa. Eso le dijo Yefri y cada vez era más claro lo que estaba ocurriendo.

— ¿Por qué Dean escapó? —Principito termino por preguntar.

—Ojalá lo supiera.

Mentira

—El parecía estar bien antes de ese día... ojalá lo hubiera sabido desde un principio... yo lo hubiera detenido.

Mentira

Principito miró el cuadro del fondo, el cual seguía cubierto— ¿No pinto un retrato para ti?

—No.

— No tienen ninguna foto de ustedes o algo que hayan compartido— comentó Principito — Creí que ambos eran muy cercanos.

—Sí... siempre lo fuimos— Ante la respuesta de Azeri, Principito no puedo evitar sentir tristeza por aquel chico. Aquella respuesta también era falsa.

Aquel torrente de preguntas hizo sentir a Azeri nervioso por lo que, se apresuró en defenderse: —Él no tenía tiempo, siempre estaba pintando o buscando materiales para su pintura— Principito quiso decir algo pero Azeri continuo:— yo lo entendía, Principito.

El aludido comenzó a caminar entre los caballetes mientras contaba mentalmente cada uno y mientras lo hacia preguntó:— ¿Cuándo debía de pintar un cuadro nuevo?

—Crees que... —Azeri se levantó furioso —él... nadie le decía que cuadro debía salir o la fecha límite. Yo estaba siempre ayudándolo... él no debía de sentirse de esa manera e irse.

—Azeri.

Pero no podría contener o apagar las llamas que furiosamente estaban comenzado a extenderse en la habitación antes fría — ¡¿Qué me dices de ti?!¿Acaso nunca estuviste en una situación similar?.... No iba a adivinarlo... él no me dijo nada... siempre sonreía.

"¿Por qué no dejas de mentir Azeri?"

De pronto todo pareció silenciarse, aquella inminente incendio se había aparentemente extinguido, pero cuando los ojos azules de Principito cruzaron con los de Azeri aun había rastro de esa pequeña llama.

—Solo me has contado de un cuadro... dime— Azeri se apoyó su espalda en una pared y luego cruzo los brazos, al parecer no estaba interesado en seguir respondiendo a las preguntas del muchacho de las estrellas pero aun así continuo preguntando: — ¿Qué pinto en los demás cuadros?

—Mmmh... pinto una... un gorrión y a veces... otros animales—respondió recostándose en la pared, ahora un poco más relajado y luego de un momento comentó: —Un príncipe no se supone que estaría en un castillo... con mandatos reales o algo por el estilo... ¿Por qué estás aquí, Principito? —dijo mientras lo miraba desafiante esperando un respuesta.

El aludido sabia que Azeri trataba de defenderse con más excusas, sin embargo era un arma de doble filo que resaltaba las sombras que ocultaba por detrás. "¿Cuántas mentiras cargas en tu espalda, Azeri?" Se preguntó Principito preocupado.

Cuando los vivos colores azulados se convirtieron en cálidos colores amarillentos que eran reflejados a través de un espejo que se encontraba colgado al interior de "su cuarto", se preguntó a quién estaba mirando en ese momento mientras, recordaba las palabras de Azeri de aquella mañana acalorada.

¿No me responderás? Bien de todas formas no esperaba una respuesta.

...

Una línea recta formó en su boca, no le gustaba lo que observaba. La puerta de "su cuarto" se abrió, su madre había entrado, cuando lo observó se abalanzo a abrazarlo y mientras las lágrimas caían de sus ojos, ella daba gracias. El muchacho correspondió al abrazo, de pronto, "su Padre" apareció en la puerta, y orgulloso de su hijo le sonrió. El muchacho estaba seguro que le habían dicho palabras muy conmovedoras, ambos se mostraban felices que su hijo volviera a ser el chico que siempre tuvieron.

El muchacho trató de devolverles la sonrisa, volvió a verse en el espejo. No estaba mirando su aspecto, miraba sus ojos y como aquella extraña sensación trataba de expresarse en su rostro, había comido bien y dormido lo suficiente sin embargo, algo tenía aquel planeta contra sus poderes y por lo tanto no le permitía luchar con la Cobra, lo sabía desde que apareció en este planeta y tenía la leve sospecha que le sucedía lo mismo a la Cobra. No había visto alguna idea negra aparte de Emily y Ansley, ellas serian dos de las tres ideas negras, esperaba pronto reconocer la tercera idea, pero aún se preguntaba ¿por qué la Cobra lo habría hecho? Además está el hecho que la última vez que la vio estaba en su forma humana ¿Estaría tratando de recuperar su poder?

No podía sacar conclusiones rápidas pero esperaba estar en lo correcto.

—Bien... todos sonrían—dijo el fotógrafo. La familia, la cual lucia sus elegantes trajes, se juntó junto al muchacho de cabellos rubios, mostrando sus mejores sonrisas plásticas. Sus padres eran todos unos maestros en ello. Desde la primera vez que vio como estrechaban sus padres la mano de aquel doctor, aquellas sonrisas eran bastantes comunes.

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora