Capítulo 27: Secretos revelados

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El cuerpo de Zorro le pedía a gritos que descansara y eso iba a hacer. Sus ojos no tardaron en encontrar un refugio el cual estaba un sucio pero es bastante acogedor, una caja abandonada y sin dueño aparente. Zorro se dirigió hacia esta, una vez recostado y a punto de conciliar el sueño, notó algo que le llamaba la atención del edificio que se encontraba al frente, le era algo familiar. Era un edificio normal y corriente sin embargo, le daba vida al vecindario con ese color llamativo, verde pastel, y sus escaleras que parecían conectar con otros edificios colindantes ¿Eso le estaba llamado su atención, el color llamativo? Observo con un poco más de atención y vio que sus puertas tenían como mirilla bastante peculiar, tenía la forma de un ojo—Bueno quien soy yo para juzgar los gustos de la gente— y diciendo esto finalmente se quedó totalmente dormido.

Habían pasado tal vez más de dos horas dormido pero sintió que no fueron suficientes, se sintió solo como un segundo entre cerrar y abrir los ojos, lo cual fue obligado a hacer cuando algo se acercó corriendo peligrosamente rápido hacia donde se encontraba, estaba un poco alerta pero cuando ya se encontraba demasiado cerca decidió reunir todas sus fuerzas para salir de la caja y enfrentar lo que sea que fuera.

Aquella cosa o persona tumbo su caja, al parecer no habría frenado a tiempo por lo que terminó estrellándose con su único refugio. Su caja aplastada y el no haber descansado lo suficiente dieron como resultado a un Zorro enojado y listo para la pelea.

El sujeto o cosa se levantó sobando su tobillo por el mal movimiento. Zorro empezó a gruñir y a mostrar sus dientes buscando espantarlo, grande fue su sorpresa al notar que se trataba de aquella persona que busco por cielo, mar y tierra. Cuando iba a quejarse de todas las cosas que creía necesario recalcarle y dejarle bien en claro, una presencia femenina apareció en escena.

—Lo lamento, no quería asustarte— Era la pelirroja— no debí de presentarme de esta forma.

—Tus ojos— dijo aterrorizado— ¿Qué fue lo que te hicieron? — preguntó el vagabundo confundido.

Zorro se quedó con los ojos abiertos no podía creer que se conocieran, estaba demasiado sorprendido como para correr, de hecho no sabía que hacer se encontraba en una muy extraña situación. No obstante, cuando los ojos amarillos y de escaza pupila se posaron en Zorro, supo que debía hacer, empezó a correr sin embargo, no fue tan lejos, estuvo cerca para oír aquella conversación.

—No te atrevas— dijo el vagabundo deteniendo a la pelirroja— ¡no te atrevas a hacer algo, Ansley!

—¡¿Cómo te atreves?!...¡¿por-por qué no me dijiste que ese animal estaba contigo?¡ —Gritó furiosa la pelirroja—sabes que lo buscaba TÚ LO SABIAS.

Segundos después un pequeño silencio fue roto con los gritos de Ansley —¡Demonios, Dean!... PUEDES DESPERTAR... Haz siquiera visto el mundo a tu alrededor... no ni siquiera puedes verlo estas tan dormido de todos modos.

Y luego un largo silencio, lo cual alerto a Zorro y le indicaba que corriera, pero ahí se encontraba asimilando todo lo que acaba de escuchar.

—No pienses que la próxima vez que lo vea lo deje ir ni a ese maldito animal ni a ti.

Aquello era claramente era una amenaza de Ansley para Zorro. Siempre había sido perseguido sin embargo, no había estado ocultándose todo el tiempo en que busco a este vagabundo que más que ayuda le había traído problemas.

—Zorro, no estoy muy seguro de lo que está sucediendo ahora, yo les seguiré el juego, prometo traerte noticias si descubro algo iré directamente a ti.

Eso había dicho Principito en su último encuentro dentro de aquella escuela abandonada, se mostró seguro y confiado en lo que hacía pero Zorro podía ver que tenía miedo, de participar en aquel "juego", esto no era para nada un juego se trataba de algo serio y peligroso pero Principito lo llamó de esa manera para que no sonara muy chocante.

—¿Zorro? ¿Te encuentras ahí, amigo? —Era el vagando llamándolo.

—¿Por cuánto tiempo te la pasarás siendo ese tipo ehmm cómo dijiste que se llamaba?le había preguntado Zorro, debía estar al corriente de todo sin embargo el tiempo no apremiaba. Afuera, un policía esperaba impacientemente a su mejor amigo y una vez que se encargará de llevarlo a aquella nueva vida probablemente le sería difícil mantener contacto y no lo tendrían en días. Y eso paso, no vio ni escuchó de Principito en días. 

—¿Dean Reymond? —El mencionado quien estaba marchándose, se sobresaltó de inmediato y se dio la vuelta con los ojos entreabiertos— ¿Por qué escapaste de casa? —Preguntó Zorro saliendo de la oscuridad y acercándose sigilosamente al chico que tenía en frente.

...

Todo había quedado en su lugar tal y cómo lo había dejado, había estado recorriendo aquellas habitaciones y recordando algunas cosas. Entre aquellos recuerdos a esa trágica escena que lo llevo a preguntarse ¿terminaría de esa forma esta historia?

En la siguiente habitación vio a aquel ser mirada vacía, buscando algo debajo de la mesa del comedor, al no encontrar nada, observo a su alrededor buscando su objetivo. Sus ojos se fijaron en él, lo observó por unos instantes y sin restarle importancia siguió con su búsqueda. En ese momento, creyó adivinar qué era lo que tanto estaba buscando aquella mujer, le daría aquellos objetos que tanto apreciaba después de todo había cumplido con su parte. Pronto descubrió que era más fácil decirlo que hacerlo, la búsqueda se tornó extensa y pensó que nunca lo encontraría sin embargo, tuvo esperanzas cuando recordó que el único lugar que no busco aún era en el cuarto de Rousse. No la había visto hasta el momento pero sabía que estaría en alguna parte, no salía de casa mientras su madre estuviera allí, de eso estaba más que seguro.

Una vez que tuvo en su poder el peine y el espejo, se dirigió al comedor. Allí se encontraban las dos, hija y madre discutiendo, sabía que Rousse le había alertado de su presencia por lo que quería que su madre tomara cartas en el asunto, pero su madre no la escucharía no mientras tuviera aquella mirada tan vacía. Una vez que entró al comedor, hubo un silencio sepulcral y después la sonrisa de ese ser vacío por dentro como por fuera. Los gritos de molestia de Rousse no lo iban a impedir que se entregaran aquellos objetos a su propietaria, en un momento dado se lanzó al ataque para detenerlo pero no pudo, no pudo con la desesperación de su madre, la cual cogió de inmediato aquellos dos objetos como si su vida dependiera de ello.  

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora