Escape- Parte 2

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—Detrás de ti, Principito— Advirtió Azeri. El aludido blandió su improvisada espada de hierro, un movimiento bastante acertado para desvanecer las últimas ideas negras que obstaculizaron su camino.

—Ya han sido bastantes ataques... si no hubieran interrumpido mi sueño real podría deshacerme de ellas en un solo movimiento, como todo un Rey valiente.

Principito estuvo de acuerdo con aquel comentario, las ideas negras habían estado atacándolo durante la noche, sin parar y sin descanso. Estaban un poco exhaustos pero lo habían logrado ya estaban a unos metros de distancia de la entrada de la torre, sin embargo aún había una pregunta que rondaba en la cabeza del joven de cabellos rubios —Azeri una última pregunta— El aludido asintió mientras blandía su bate improvisado hecho con trozos de madera unidos por una cinta —¿En qué momento dejaste que entrara la idea negra a tu cuerpo?

—Fue bastante extraño. Yo no lo habría dejado ingresar pero en ese momento no pensé con claridad— Dijo Azeri en su defensa, en su voz podía sentirse un sentimiento de desconcierto. Principito lo entendía y más lo pudo comprender cuando una idea negra se acercó de improvisto a él y antes que diera el golpe final, pudo ver que entre esos ojos amarillos se ocultaban sentimientos humanos, miedo, rabia o felicidad de los cuales se distorsionaron para finalmente darle vida.

—No es distinto ¿verdad?

—Nunca fue una molestia, era como si fuera parte de mí o al menos así se sentía— Mientras Azeri guardaba silencio, el cual el muchacho de ojos azules respeto y no interrumpió para centrar su atención en el gran conjunto de ideas negras que peligrosamente empezaban a formar una bestia que le era tan conocida para él. Cuando el Rey desapareció a las últimas 4 ideas negras al igual que Principito se sorprendió de ver tantas ideas negras juntas.

—No quiero ser pesimista jovencito, pero creo que esta vez no lo lograremos— dijo el Rey con sinceridad y tristeza. Principito de nuevo asintió.

— ¿Cómo está mi Rosa? —preguntó de repente.

Al principio el Rey se extrañó por aquella inesperada pregunta pero sin decir nada sobre ello, respondió con tristeza —Lo extraña demasiado... incluso le ha enviado cartas ¿No ha recibido ninguna? — El muchacho negó con la cabeza a modo respuesta. La risa de las ideas negras alertaron a ambos, la transformación había culminado y el mounstro estaba a solo unos metros de ellos y emitía rugidos atemorizantes.

Principito negó con la cabeza y dijo: —La Cobra está distrayéndonos... debemos de traer rápido a Azeri a la torre. Cuando corría de nuevo a donde su amigo se encontraba, se dio cuenta que el Rey no lo seguía.

—Normalmente los mejores soldados se encargan de dar batalla para defender y proteger a su monarca, pero dentro de las responsabilidades de un monarca también esta desempeñar el papel de un soldado.

Pero... ¿Qué podría hacer una vara contra aquella bestia que les ganaba por altura y por fuerza? —Gracias, su alteza— dijo Principito tratando de mostrar una sonrisa —Prometo volver por usted— Aunque sus palabras denotaban firmeza en su promesa, Principito aún tenía dudas sobre cuál sería el destino de aquel valiente Rey bajo el poder de la Cobra.

¿No sería mejor que yo fuera el que combatiera? Pensó Principito al ver cómo el Dracono se acercaba con tal rapidez y fuerza que hacía que el suelo temblara.

¿Por qué cuando ya había aceptado estaba empezando a dudar de su decisión?

El Dracono empezaba a cerrar los pocos metros que lo separaban de él, sus pasos en ese preciso momento eran inaudibles y los gritos del Rey también lo eran. El tiempo parecía transcurrir a paso lento, los movimientos bruscos de la bestia ahora parecían tan lentos e incluso sus pasos también lo eran, parecía haber quedado atrapado en una especie de burbuja, lamentablemente estas son realmente frágiles y se rompen fácilmente por el contacto con cualquier objeto o superficie. En este caso, fueron los gritos de ayuda de Zorro los que se encargaron de romper su burbuja y devolver al tiempo su rapidez habitual.

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora