—¿Qué era lo que estaba haciendo?—se preguntó mientras sostenía entre sus manos un trozo de papel, parada en medio de la calle. Giro de un lado a otro su cabeza y poco a poco empezó a orientarse, ahora sabía dónde se encontraba pero no tenía idea de qué pretendía hacer momentos antes. A lo lejos identificó un sonido proveniente de una tele encendida, y al escuchar las palabras "próximos días nublados, lluvia, cambio climático" supo con seguridad que serían solamente unos aburridos reportes del clima. La calle estaba desolada y a pesar de la voz monótona del reportero del clima solo ambientaban el lugar con una lúgubre soledad.
No recordaba porque estaba allí.
No entendía por qué sostenía un trozo de papel en blanco.
Su teléfono vibró, pero no contesto, ignoro aquello y mantuvo su atención en aquella calle desolada, como si esperara algo, o a alguien pero nadie vendría, de eso si estaba segura. Casi sin notarlo, en sus manos ya hacían trocitos pequeños de papel, echo estos a un contenedor de basura para luego caminar, sin ir a un lugar específico.
Al llegar a una esquina, el tránsito de los carros, el paso de la gente parecía ser el mismo de todos los días, si había algo en común era que todas estas personas tenían un lugar al que ir, "trabajo, dentista, colegio" podría seguir nombrando y la lista se hacía cada vez más larga pero ella solo podía observarlas y pensar en lo afortunadas que eran, en ese instante se formó un nudo en su garganta.
Desbloqueo su celular en un intento de pensar en otras preocupaciones que debía atender pero de inmediato lo apago, no serviría de nada revisar, todo lo que comentaron, lo que publicaron, el pasar de los días habría ocultado todo lo que en aquella fiesta se publicó no había nada nuevo, nada que leer.
Quiso acercarse a la gran biblioteca de la ciudad, sin embargo tuvo que cambiar de planes, su sola presencia podía desatar una escena desagradable que podía evitar. Sí estaba segura de ello, aquellos susurros y cuchicheo a su nombre podían evitarse a toda costa con solo una acción.
Fue entonces que se odio a sí misma de pensar en tales cosas, ¿por qué prohibirse de ello?, ella era libre de hacer lo que quisiera"— No puedes seguir haciendo esto—"era como si Ansley estuviera a su lado, pero no era así "—te será difícil...pero habrá un punto en el que podrás superarlo. No te atormentes".
En un abrir y cerrar de ojos se encontraba en el parque, sentada en el césped acompañada de la lúgubre soledad que parecía no querer irse de su lado. El parque años o meses anteriores había sido un lugar recurrente de niños e incluso adultos pero últimamente, o tal vez desde hace mucho, había quedado en el olvido. Los pájaros que se posaban en las ramas de los árboles, cantaban para un público que no estaba presente, exceptuando por Rousse, quien lejos de disfrutar la melodía y del día, miraba fijamente una flor, nerviosamente movía sus dedos para después acercar sus dedos a esta. Si bien en un primer momento acaricio uno de sus pétalos con delicadeza, esta se convirtió en una presión que amenaza con arrancar el pétalo que mantenía cautivo entre sus dedos.
El toque que sintió entre sus manos, fue suficiente para despertarla de sus pensamientos, al mismo tiempo sobresaltarla, y darse cuenta de lo que estaba haciendo. Se percató entonces que unas manos rodeaban las suyas, los dedos del extraño se encargaron de retirar con delicadeza los dedos de ella de la flor, pero sentir tal delicadeza la asusto, que llevo a instintivamente a no levantar la vista, no iba a mirarlo.
Las manos del extraño eran tan cálidas, aquello le provoco un escalofrió "¿Debería gritarte?¿Debería disculparme?...Pero yo no tengo la culpa de nada o ¿tal vez si?" ni siquiera sabía a qué vino la idea de gritar, solo sentía que lo mejor era no debía mirarlo y tratar de calmar su agitadamente.
—Si hay algo que te esté molestando...puedes contármelo.
Principito tal vez nunca sepa el alivio que provoco en Rousse escuchar su voz—No— respondió la castaña —no es nada—La joven separo sus manos de las del joven de cabello rubio y mantuvo su mirada de nuevo la flor, específicamente en uno de los pétalos, el cual estaba decaído y con la huella impresa de su dedo. Suspiró y luego observo a Principito, debajo de aquellos ojos azules noto algo que la sorprendido— ¿No has dormido, Principito?
—Disculpen...yo también estoy aquí—dijo Zorro acercándose a ellos —y si fue una larga noche—añadió mientras hacía círculos sobre sí mismo para finalmente echarse cruzando sus patitas—lo único que ambos queremos es dormir—el joven acaricio la cabeza de su fiel amigo.
—¿Qué fue lo que ocurrió ayer? —pregunto la castaña dirigiéndose a ambos, pero Zorro ya se encontraba dormido.
Cuando volvió a observar al muchacho, él la observo detenidamente por un momento, al parecer iba a preguntarle algo pero retiro esa pregunta, por una sonrisa —¿confías en mí?
Se quedó helada por un momento y volvió a preguntar — ¿Qué fue lo que ocurrió ayer?
Principito rio para luego preguntar— ¿Confías en mí?
Le pareció como si no tomara con seriedad sus preguntas algo que a Rousse le molesto y con un poco de mal humor volvió a repetir su pregunta— ¿Qué fue lo que ocurrió ayer? —los ojos azules de Principito eran juguetones por lo que ella concluyo que no iban a llegar a nada así que añadió—No me vas a responder mi pregunta ¿no? —El joven sonrió, entonces ella supo que era un "Si". Suspiro para luego decir—si yo respondo tu pregunta ¿tu harías lo mismo? —en los ojos juguetones del muchacho podía ver que estaba en lo correcto, pero aun así quiso probar como última alternativa dejar que los minutos recorrieran, al menos lo suficiente para hacer que el perdiera la paciencia, pero olvido con quien estaba hablando.
"¿Confías en mí?" Repitió Rousse en su mente las palabras del joven.
"No vas a rendirte ¿No es así, Principito?"
Estaba preparada, tenía la respuesta en su cabeza, iba a expresarla pero observo como el cuerpo de Principito se inclinaba dejándose llevar por la gravedad. Rousse grito su nombre repetidas veces a lo que él se reincorporo con brusquedad.
—Deberías descansar, Principito— dijo preocupada, momentos después lo acomodó junto a un árbol. Sus ojos permanecían cerrados, su cuerpo reposaba en el tronco de un árbol junto al de Zorro, sus rubios cabellos se revolvían con la brisa y el sol hacia que estos resplandecieran, si tan solo sus ojos azules estuvieran abiertos observando el cielo, podría ser una perfecta fotografía.
Rousse pronto se sintió mal por haberlo hecho esperar tanto, así que con un poco de nervios se acercó su oído, contuvo la respiración, temiendo despertarlo, y le susurro —mi—titubeó para luego añadir— mi nombre es Rousse. —tal vez no sería la respuesta que él esperaría de ella, pero había respondido a una de sus preguntas. Se alejó con una sonrisa, tal vez no la hubiera escuchado, pero se sentía feliz.
"Me debes respuestas, Príncipe de las Estrellas"
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Existencia (Fanfic de El Principito)
FanfictionEn el amplio panorama de estrellas y la oscuridad del vasto espacio inspiro y animó a Rosa pudo transformar sus sentimientos en palabras para escribir una carta "Querido Principito, desde el momento en que vi aquel extraño y enigmático planeta sabia...