Ella parecía estar concentrada.
Ella se encontraba sumida en sus pensamientos pero sin perder el contacto con el exterior.
Rousse hubiera querido poder tener aquella habilidad que su madre poseía. Era fácil sumirse en los pensamientos, pero le era un poco difícil salir de ellos. Esto le provocó varios problemas pero el principal de ellos era el que ahora se enfrentaba y por supuesto también es el que más le preocupaba.
Se despidió de su madre, ella no dijo nada, probablemente no le había escuchado. No era la primera vez, siempre fue de ese modo. Sin embargo, el cambio que provocó aquella fiesta de esa noche fue el más significativo en su relación de madre e hija.
Cuando se encontraba caminando por las frías calles, no recordaba porque quiso salir en un primer instante. Trato de recordar pero por más que intento no lo logro, una densa nube gris cubría ese recuerdo. Luego de tanto caminar sin rumbo alguno opto por sentarse, se encontraba algo cansada pero no agotada. En medio de este descanso, su teléfono volvió a vibrar pero hizo caso omiso, dejo que sonara y para cuando se hartó que no parara de sonar, lo sacó de su bolsillo, dio un rápido vistazo y corto. Fue en ese instante que vio un punto anaranjado acercándose a toda velocidad. Extrañada pero con cierta curiosidad fijo la mirada para luego descubrir que se trataba de Zorro.
—Pensé que ya no volvería a verte—comentó Rousse con cierta sorpresa, cuando Zorro se encontraba frente a ella.
—Yo esperaba lo mismo —Respondió Zorro algo molesto, malinterpretando las palabras de la chica —hubiera sido mucho mejor sobre todo para mi...sin embargo—cambio su expresión a una de preocupación— creo que realmente Principito necesita de tu ayuda.
— ¿Qué sucede con él? —Zorro echo a correr— ¿No me dirás nada? —pregunto desorientada y algo molesta mientras le seguía el ritmo.
—Te respondería si tan solo lo supiera.
—Pero como se supone que pueda ayudarlo si no sé qué le ocurre.
—Él está enfermo ¿de acuerdo? —Respondió Zorro molesto. Habían corrido por unos largos minutos hasta que de un momento a otro Zorro dejo de correr y comenzó a caminar.
—Zorro, ya estuvimos aquí— advirtió Rousse al observar a su alrededor.
—Ya lo sé —dijo Zorro irritado— no sabes cuánto odio esta ciudad —añadió molesto.
Luego de otra pequeña discusión, lograron llegar a un acuerdo y por fin Zorro decidió describirle el lugar en que dejo a Principito. Rousse sabía perfectamente donde dirigirse, aunque se sintió un poco extraña. Normalmente siempre caminaba o deambulaba, sin tener en específico un punto de llegada, y ahora era distinto.
"Por qué será que siempre me haces esto, Principito" Siempre le fue difícil cambiar algo que era habitual en ella, pero desde su llegada, fue así desde el principio como de pasar de caminar a correr por él o también de empezar a hablar con los animales, como Zorro aunque fuera el único, incluso a convivir con los que no le agradaban. Sobretodo subrayando lo último.
El lugar indicado era una pequeña escuela de una forma particularmente especial y única en su clase. Se encontraba abandonada, debido a su condición, la mayoría de sus paredes se encontraba en pésimo estado; agrietadas, desgastadas y en peligro de ceder. Otro factor era su inadecuada ubicación. Pero, para Rousse habrían más razones del porque abandonar este lugar.
Principito se encontraba sentado junto a estas paredes, su cabeza estaba echada hacia atrás, se veía pálido y cerraba con fuerza los ojos, debiéndose esto tal vez al dolor de cabeza. Cuando Rousse tocó la frente del muchacho de cabellos rubios notó la fuerte fiebre que padecía.
...
—Es extraño— comentó Zorro al ver salir a Rousse de la habitación— él casi nunca se enferma...recuerdo que estuvimos en más de un planeta frío como el de los Eolianos o el planeta del hielo...recuerdo que allí conocimos al rey Zaak y a sus horribles máquinas de hielo— Las orejas se hallaban levantadas y tenía una sonrisa mientras recordaba— si... ahora lo tengo claro... allí yo y Principito nos resfriamos pero sin llegar al grado en que se encuentra ahora.
—No todo depende del clima, Zorro.
— ¿Uh? ¿A qué te refieres?
No respondió ante aquella interrogante, dejo que flotara y se desvaneciera en el aire mientras, mantenía su mirada entre la abertura de la puerta. El muchacho giraba de una lado a otro, de modo que desordenaba las sabanas. Sin que la causa sea la incomodidad de la cama. "Tienes demasiadas pesadillas, Principito ¿no es así? ...Me pregunto si... estarás alcanzando tu límite... por el que no podrás retornar y seguir ayudando a los demás como lo fue alguna vez". Se quedó un momento pensativa. "Espero que no sea así...no mientras estés aquí"
— ¿Planeta de los Eolianos? —Preguntó Rousse a Zorro, desconcertada— que nombre tan particular— añadió mientras cerraba la puerta.
....
—Si lo dices de esa manera... parece ser que solo tuviste un terrorífico sueño ¿Estás seguro que fue así? —fue lo primero que escucho al estar semiconsciente. La voz de Rousse denotaba preocupación— pero me alegro que hayas tenido tus precauciones y lograr ocultarte en esa escuela.
—Sí lo fue— Zorro afirmo un poco molesto a la pregunta de la chica, al notar que no confiaba en su relato sobre los hechos— aunque— añadió— admito que la escuela no fue una de mis primeras opciones.
—Tiene un aspecto terrible... no funciona desde hace mucho...de hecho no recuerdo que alguna vez haya visto a alguna persona entrar...Entonces ¿Por qué lo elegiste como lugar de escondite?
—Fue por... —Zorro se quedó pensando un breve rato antes de responder— creo que ..¿Me resultaba conocido? no...no lo sé— respondió desconcertado —pero —añadió Zorro en tono burlón— ¿Por qué de repente te muestras tan interesada en nosotros?...La última vez que te vimos parecías estar tan sumergida en tus propios asuntos.
—Ese —Recordó Rousse con un amargo sabor en la boca —era un asunto completamente distinto.
—Pero comenzaste a alejarte de nosotros —Reclamó Zorro.
—Pero no del todo...no soy como piensas, Zorro.
—Realmente no me agradas.
—No es como si tú también me agradaras.
Ahora aquella discusión era totalmente escuchada por Principito, mantuvo su cuerpo por un rato en reposo y luego, apoyándose en sus codos quiso sentarse pero un dolor de cabeza lo aquejo y lo devolvió a su lugar, olvido que estaba aún con esos síntomas —está bien...está bien— dijo Zorro calmándolo —aún te estas recuperando, no te esfuerces demasiado.
Cuando Rousse salió de la habitación, Zorro añadió preocupado: — Que susto me hiciste pasar, Principito—Sin embargo, aquella emoción fue fugaz y se desvaneció en una sonrisa— Me alegra que estés mejor ahora.
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Existencia (Fanfic de El Principito)
FanfictionEn el amplio panorama de estrellas y la oscuridad del vasto espacio inspiro y animó a Rosa pudo transformar sus sentimientos en palabras para escribir una carta "Querido Principito, desde el momento en que vi aquel extraño y enigmático planeta sabia...