Capítulo 26: La habitación de extrañas pinturas

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Parecía casi un milagro, era un escenario totalmente diferente a las demás deplorables habitaciones donde incluso los muebles habían perdido el color, pero en la habitación que se encontraba estaba tal y cómo lo recordaba. El tiempo que había transcurrido desde que se fue de aquella casa hasta que regreso no fue demasiado. Aquello resultó en un primer momento extraño, pero ahora Principito podía adivinar por qué de todas las habitaciones solo la habitación de las pinturas se ha mantenido tal y cómo lo había dejado.

Mientras Principito caminaba por los alrededores de la habitación notó algo que en un primer momento no lo vio. Un pincel permanecía en el suelo, casi invisible debido a que se encontraba debajo de la alfombra, con delicadeza lo alzó del suelo luego, su mirada instintivamente se dirigió a las pinturas, las cuales seguían cubiertas por la tela, mientras una extraña idea se le cruzó por la mente.

...

Por otro lado, Azeri caminaba sin rumbo alguno había sido una noche agitada para él pero, se sentía a gusto con la ganancia que había tenido, todos aquellos valiosos objetos contenidos en una bolsa plástica negra común y cualquiera. Sin embargo, sabía que esta sensación de satisfacción y orgullo por su gran hazaña no le duraría mucho, mañana tendría que volver por más. Podía de nuevo sentir ese familiar vaivén de emociones, por un momento detuvo su marcha debido a la preocupación que sentía pero tan pronto se desvaneció conforme recordaba la decisión que había tomado. Otro día lo pensaría, era mejor para él no romperse la cabeza pensando en ello.

La marcha de Azeri se detuvo por segunda vez. Los pensamientos tal vez lo habría distraído o los recuerdos de cómo logró conseguir cada objeto de la bolsa, solo con el objetivo de sentirse más orgulloso de sus actos, lo habrían distraído. Había una idea inconclusa, la cual inconscientemente lo habría guiado a la casa de Dean.

Resoplo con furia, había olvidado por completo el alboroto de aquel evento. Había sido un completo desastre con toda esa gentuza corriendo llena de pánico por el desastre que hicieron las ideas negras. Se rasco la cabeza al recordar que luego de ese incidente había huido del lugar. No había mucho que podía hacer en ese entonces, solo pudo ayudarlo a escapar a través de las ventanas, nada más podría haber hecho o ¿sí?

Azeri odiaba pensar demasiado las cosas, era demasiado esfuerzo para él sin embargo, antes que pudiera girar en sus talones y empezar a hacer su cotidiana caminata, vio al chico que se hacía llamar Principito a través de la ventana. La última vez que hablaron las cosas no habían acabado del todo bien, igual que en aquel evento, sin embrago, era extraño verlo levantar el pincel. La primera idea que salto en la mente de Azeri era que empezaría a pintar. Dean siempre pintaba, lo hacía con una precisión y delicadeza como ninguno. Hubiera sido bueno seguir recordando pero algo lo trajo a bruces la realidad. El muchacho que sostenía el pincel, no lo estaba haciendo de la forma correcta y tan pronto como lo notó cayó en la cuenta que "Principito" no tenía en sus planes pintar. Su corazón dio un vuelco y comenzó inmediatamente correr, entró por la puerta y giro en dirección a las escaleras consiguiendo tropezarse mientras subía por ellas. Mientras se acercaba a aquel cuarto, podía oír algo rasgándose. Azeri sabía más que nadie que ese algo eran las pinturas. Principito estaba arruinando años de trabajo, el arduo trabajo de Dean.

La expresión que Azeri debía mostrar no debía ser otra más que la furia — ¡¿Has perdido la cabeza?! —Grito Vulpes — ¡Estas echando a la basura tantos años de esfuerzo! —grito al mismo tiempo que detuvo el brazo de "Principito", la mano agarraba el pincel, en el aire.

—No estás viendo claramente...

—Claro que lo estoy viendo— respondió rápidamente pero inseguro al mismo tiempo— estoy viendo como tiras a la basura tantos... tantos años de esfuerzo— dijo afligido.

—Dean... ¿Estaba orgulloso de su trabajo?

—Claro que si lo estaba, él lo daba todo a sus pinturas, yo siempre lo apoye.

—Entonces ¿por qué huyo?

—Nunca huiría de mi o de su familia él sabe... sabe que aquí lo tiene todo. Yo te lo explique antes— dijo todavía molesto.

—Azeri—dijo Principito en tono comprensivo— Dean no...

—Él podría haber hecho muchas cosas más, él tiene muchos deseos. Sabía perfectamente que las pinturas lo ayudarían a alejarse de... que lo encerrarán— Principito bajo el brazo inmediatamente para mirar al afligido muchacho que tenía al frente y que mantenía ahora la mirada en el suelo— solo quería ayudarlo, sabía que no terminaría bien si dejaba que se lo llevarán.

—¿Has mirado a tu alrededor, Azeri?

El mencionado levanto la cabeza y se sorprendió de lo que tenía en su frente. El cuarto en el que se encontraba ahora lucia bastante viejo, los colores de las paredes se habían desgastado demasiado —¿Dónde estam— no hacía falta que preguntará, ya tenía la respuesta en su frente. Camino un poco por el cuarto. La mayoría de cuadros habían sido rasgados y solo quedaban 3 más, solo tres más en una anticuada y destartalada habitación.

—Creaste otra jaula para él, Azeri.

Azeri no quería escuchar aquellas palabras por qué en el fondo le ardían, le dolían demasiado por lo que, se quedó mirando la pared a espaldas de aquel joven de cabellos rubios, de manera que podría evitar que el observara al interior de sus ojos y desvelara sus secretos.

—No podía simplemente dejarlo, lo habían acusado de varias cosas y yo no podía seguirlo defendiendo y...— se interrumpió a si mismo cuando sus ojos cruzaron de nuevo con las pinturas, las cuales por la tela que se desgarraba de ellas mostraban en su interior rallas, puntos u otras figuras mal dibujadas, era completamente diferente a cómo las recordaba ¿Dónde estaban los detalles tan bellos y cuidadosos que eran tan característicos de aquellas pinturas?

Principito le entrego aquel pincel. Azeri tuvo que dejar de lado su bolsa que antes contenía objetos valiosos pero que pronto se convirtieron en algo secundario, suspiró, tomo aquel objeto y con la punta del pincel rasgó otra pintura, se sorprendió la facilidad con la que se hacía y continúo con la siguiente. No obstante, en esta penúltima pintura algo salió de su interior y cayo suavemente al suelo. Principito se agacho y recogió aquel objeto, se sorprendió al ver que se trataba de una hoja de su libreta.

Existencia (Fanfic de El Principito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora