Una Realidad / *Sergi Roberto*

💖Capítulo 17💖

*Flashback*

12 años atrás...

Debía de cuidar de la bebé, pero también debía de ir al Camp ya que me dijeron para hacer un vídeo en directo de preguntas y respuestas. No tuve más opción que llevarla conmigo.

Con cuidado la entré a la parte trasera del auto y le coloqué el cinturón de seguridad, le puse un chupete en la boca y un juguete para que se entretuviese.

Encendí el auto y fuimos al Camp, al llegar bajé y luego la cargué para poder entrar al edificio donde me esperaban.

Me dijeron que podía dejar a Karla con uno de los que trabajaban en el edificio para que ellos la cuidasen, pero ella no se quería apartar de mi; tenía sus pequeñas manos alrededor de mi cuello y lloraba, yo trataba de calmarla.

Ernesto:-Yo la cuido, no te preocupes que estará bien conmigo.

La bajé y Ernesto sostuvo su manita, ella empezó a llorar mientras que estiraba su otra mano hacía mí, él la cargó y se fueron hacia la cancha.

El directo inició. Yo me encontraba sentado junto con una de las chicas que trabajan aquí. Hizo la presentación y empezó con las preguntas que hacían los culés en el chat.

Ester:-¿Nos puedes contar tu experiencia como padre?

Fue una de las preguntas

SergiR:-Es una experiencia muy bonita, algo difícil y cansino pero muy hermosa. Desde que mi pequeña llegó a mis brazos por primera vez algo cambió en mi: mi forma de pensar, mi horario que fue un cambio muy radical ya que debía despertarme a media noche, 3 de la madrugada por sus llantos; en lo único que me centro es en el fútbol y mi familia.

Siguió con más preguntas y yo las respondía, de vez en cuando veía lo que hacían Karla y Ernesto.

Ester:-¿Cuántos años tiene tu hija y como se llama?

SergiR:-Recientemente cumplió sus 3 añitos y se llama Karla.

Ester:-¿Qué piensas hacer con tu carrera de futbolista profesional?

SergiR:-Seguirla, seguirla hasta que una situación muy personal no me permita y tenga que dejar al Barça

Karla:-¡Papá!

Vi que era Karla quien se le había escapado a Ernesto y venía corriendo hacia mi mientras lloraba. Al alcé y senté en mi regazo, segundos después dejó de llorar y le di su chupete.

Trató de ponerse de pie aún encima mío y la sostuve para que no se fuera a caer; me agarró del cuello y me miró con sus ojitos verdes avellanas, la sonrisa no abandonaba mi rostro, tampoco quería que desapareciera de ella.