XXXIV

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Un dolor muy fuerte la tenía postrada en la cama quejándose por lo intenso que era este, en la parte baja de su vientre las molestias no la dejaban, Rey agonizaba de dolor sentía que todo giraba a su alrededor, el miedo era más fuerte que el dolor el temor de perder a su bebé no la dejaba pensar con claridad, apretando las cobijas y cerrando los ojos arqueaba la espalda buscando sentirse cómoda pero nada funcionaba el llanto no abandonaba sus ojos lloraba de dolor no quería perder a su bebé el lo era todo para ella, ya no lo haría por Ben, lo haría por el por su pequeño niño...

Rose había hido a buscar a la partera ya que como estaban tan lejos de la ciudad ir por un médico sería dejarla morir a ella y al bebé lo más cercano era la anciana mujer que vivía no muy lejos de la casa de campo.

— Llegamos.— dijo Rose quien venía con la mujer.

— Me duele demasiado,— se quejó Rey ante las mujeres.— Rose porfavor.— le suplico.

— Aquí estoy.— tomando su mano y Rey apretó esta.

Como deseaba que Ben estuviera a su lado justo ahora, el juro en el altar frente a Dios estar con ella en las buenas y en las malas en la salud y en la enfermedad y no lo había cumplido la había dejado sola en la primera oportunidad alejándose de su bebé de su hijo en el fondo lo odiaba como la había dejado sola como desconfío de ella ahora estaba sola y pérdida, el dolor que sentía la mataba ahora el dolor físico no quería perder a su bebé.

— Déjeme.— se acercó la partera, tentando su cuerpo ante los gritos de Rey.,— Calmese.— le sobo el vientre.

— No quiero perder a mi bebé, — le suplico.

— Todo estará bien. — la quiso calmar Rose, — ¿Verdad que si?. — mirando a la partera.

— Primero tómese este té. — ayudándola a apoyarse en la cama.— Y sea fuerte por su bebé. — le ánimo.

Rey bebió el té demasiado caliente y algo la relajo un poco.

— Es té de aguacate es muy bueno para el dolor abdominal. — le contó al retirarle el recipiente de sus manos. — calmara los dolores por ahora.

— Aún me duele.— se quejó Rey. — mi bebé, mi bebé, — entre lágrimas decía. — no quiero perderlo es todo lo que me queda.

— Tuvo una pequeña contracción son muy communes en madres primerizas, además. — poniéndole una trapo caliente en bajo su espalda. — esta muy mal alimentada, tiene que comer suficiente no puede estar tan débil para el día del parto.

— Ella lo esta haciendo. — comentó Rose.

— Además debe estar tranquila. — sobando su vientre. — no debe tener preocupaciones esas cosas le hacen mal al bebé.

Rey contuvo las lágrimas su inmensa tristeza dañaba a su bebé.

— Estaré bien haré todo lo que me diga. — se apresuró Rey.

— Además.— agregó.— será bueno que la venga a ver su marido.

Rey callo ante eso, no quería rogarle a Ben si en estos meses no se había dignado a verla o buscarla es por que ya no la amaba.

— El...... — dijo Rose.

— No tengo marido.— se adelanto Rey robándole las palabras a Rose y ante la asombrada mirada de la partera.— el me dejó a mi a su hijo.

— Ya veo,— preparando otras cosas.— mire.— tomando su mano.— los problemas que usted y su marido,  el padre de ese hijo.— mirando su vientre.— no deben afectarla no ahora todo esto le hace mal, posiblemente su bebé no este en la posición correcta y por eso son los dolores, son muy fuertes tiene que estar recostada el tiempo que resta, tiene 6 meses y no podemos dejar que nazca antes, ¿me oyó?.

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